Cristiano Ronaldo y cómo entender la derrota marroquí

Portugal le sacó los tres puntos al seleccionado marroquí de Hervé Renard, a pesar de ser superado en el desarrollo del juego. La selección lusa dejó una imagen muy pobre en la retina de los espectadores.

Cristiano Ronaldo y cómo entender la derrota marroquí
Cristiano Ronaldo y cómo entender la derrota marroquí | Foto: FIFA.com
santiagocastro
Por Santiago Castro Reyes

La apertura de la jornada 2 en el Grupo B se dio con el duelo entre Portugal y Marruecos. A priori, el conjunto africano era inferior a los europeos. Por nombres, por historia y por jerarquía, los lusos tenían cómo llevarse por delante al equipo de Renard. Lograron hacerlo de manera parcial: le ganaron a Marruecos, pero fueron superados por el juego colectivo de su rival.

El gol de Cristiano Ronaldo en el minuto 4, de cabeza tras un centro desde un tiro de esquina, le dio a Portugal la posibilidad de comenzar ganando un partido que sería muy difícil para ellos. Marruecos empezó con ese gol en contra y con la necesidad de ganar, algo que no le afectó para mostrar un futbol colectivo y atractivo que apabulló al campeón de Europa.

Al final, fue la jerarquía de su máxima estrella, los excelentes reflejos de Rui Patricio y las fallas en definición de Marruecos lo que permitió que Portugal ganará el partido y sumara tres puntos a su cuenta. Se pueden analizar diferentes aspectos del partido como la figura de Ronaldo, los duelos individuales y los movimientos particulares de cada equipo para entender cómo los lusos se llevaron, sin merecerlo —si es que se puede hablar de merecimientos en este deporte— los tres puntos.

El desazón de los marroquíes por su derrota | Foto: FIFA.com
El desazón de los marroquíes por su derrota | Foto: FIFA.com

Duelos particulares decisivos

El encuentro entre lusos y africanos estuvo marcado por los duelos individuales entre unos y otros, en parte por las características de los jugadores europeos y en parte por la propuesta colectiva de Marruecos.

Sin lugar a dudas, el duelo más importante era el que incluía a Cristiano Ronaldo y, en este caso, involucra a dos jugadores del bando derrotado. Por un lado, el duelo que entabló con el capitán Mehdi Benatia en el juego abierto. El central marroquí le hizo una cobertura excelente al jugador del Real Madrid, estuvo siempre pegado a su espalda, anticipándolo, evitando que se volteara y peleándole por arriba. Pocas veces perdió e hizo una gran labor con su férreo marcaje, a pesar de la amarilla que se llevó por una falta sobre el número 7.

Nordin Amrabat, una de las figuras del partido | Foto: FIFA.com
Nordin Amrabat, una de las figuras del partido | Foto: FIFA.com

Ronaldo vs Da Costa, un duelo perdido que cuesta el partido

No obstante, el otro duelo que involucró a Ronaldo fue contra el otro central, Manuel Da Costa, quien era el encargado de marcarlo en los balones parados. Este duelo, como era de esperarse, era vital para Marruecos, pues el jugador luso es de los mejores cabeceadores de su equipo y es letal dentro del área. Una oportunidad para liquidar es fatal y eso fue lo que pasó. En el minuto 4, Ronaldo amaga a ir al primer palo y se frena en un tiro de esquina, Da Costa cae en el engaño y deja al luso sin marca. Ronaldo cabecea absolutamente solo en el dentro del área al borde de las cinco con cincuenta y anota el gol decisivo. Un duelo perdido que cuesta el partido.

Más allá de este duelo, que es vital para explicar el resultado, los jugadores marroquíes ganaron el resto de duelos. Particularmente, Amrabat ganó constantemente su duelo con Raphaël Guerreiro, Ziyech su duelo con Bernardo Silva y Boutaïb con los centrales.

En primer lugar, el extremo de Marruecos fue un constante peligro para Portugal, pues el lateral del Dortmund no supo marcarlo y se vio frecuentemente desbordado. Ziyech siempre superó al jugador del Manchester City que aportó muy poco. Tanto yendo por fuera con enganchando hacia el centro, el marroquí salía airoso de su marcador. Finalmente, Boutaïb, que jugó como hombre objetivo, ganó muchos balones aéreos contra Fonte y Pepe en el centro del ataque; aunque los defensores ganaron dentro del área frente al ariete.

Rui Patricio salvó a su equipo en varias ocasiones | Foto: @UEFAEURO
Rui Patricio salvó a su equipo en varias ocasiones | Foto: @UEFAEURO

La mezquindad ante la creatividad

Portugal salió a la cancha con su clásico 1-4-4-2, con Ronaldo y Guedes en punta y Joao Mario y Bernardo Silva por los costados; mientras que Marruecos plantó un 1-4-2-3-1, en el que Amrabat, Ziyech y Belhanda flotaban en la segunda línea de volantes por detrás de Boutaïb.

El equipo luso no se molestó en ningún momento por manejar el balón o por proponer un fútbol a la altura de sus figuras

Inmediatamente después del gol, los lusos decidieron replegar sus líneas y el equipo africano se adueñó de la posesión del esférico, generando superioridad por los costados con sus volantes y laterales. Amrabat superaba al lateral izquierdo con el apoyo de Belhanda y Ziyech le daba dolores de cabeza a Cedric con Hakimi siempre rebasándolo por la línea. Ante esto, Santos envió a Guedes a la banda izquierda y a Joao Mario a jugar como enlace por el medio, algo que poco efecto dio, pues el jugador del Valencia no sentía la marca.

Con esta situación, el equipo marroquí generaba mucho peligro desde sus bandas y con sus volantes, pues pisaban el área constantemente e intercambiaban posiciones desordenando a la defensa rival. Boutaïb siempre se mantuvo en el centro del campo, fijando centrales y sirviendo de proveedor para sus compañeros que llegaban de frente.

Ziyech, a pesar de su gran partido, no puedo cambiar la historia | Foto: FIFA.com
Ziyech, a pesar de su gran partido, no puedo cambiar la historia | Foto: FIFA.com

El equipo luso no se molestó en ningún momento por manejar el balón o por proponer un fútbol a la altura de sus figuras, estaba convencido del poderío de su capitán en el ataque y se mantuvo enviando balones largos hacia él.

Así, la imagen del equipo de Fernando Santos fue excesivamente pobre, creó muy poco, tuvo pocas chances y no mostró la solidez defensiva que suele tener. Sus líneas eran inconexas, no supieron leer los ataques de su rival y perdieron mucho en el juego aéreo defensivo, sobre todo contra Benatia. Los marroquíes, a pesar de perder, dejaron una sensación muy positiva, con un fútbol propositivo, creativo y bastante vistoso. Además de hacer gala de su gran talento individual.