Análisis Bélgica: el milagro se fraguó en la pizarra

Bélgica consiguió, contra todo pronóstico, eliminar a la favorita para alzarse con esta Copa del Mundo. La Brasil de Tite, Neymar, Coutinho o Paulinho sucumbió ante la táctica planteada por Roberto Martínez. Con sufrimiento en la segunda mitad, los Diablos Rojos cerraron una victoria (1-2) que pasará a los anales de la historia. ¿Son ahora favoritos?

Análisis Bélgica: el milagro se fraguó en la pizarra
Eden Hazard, uno de los mejores para Bélgica, se tiró sobre el césped para celebrar el pase | Foto: FIFA
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Por Xavi Aparicio de la Ossa

Lo vivido en el Kazan Arena pasará a la hemeroteca como una de las eliminaciones más sorprendentes del Mundial. El fútbol, una vez más, decidió premiar al equipo más pequeño. Y no es que Bélgica fuese inferior a la Brasil de Tite, todo lo contrario, por plantilla podía competir de tú a tú sin temer por el resultado. Vaya si lo hizo. El cuadro dirigido por Roberto Marínez conquistó Rusia eliminando a la favorita para alzarse con el dorado, tras la caída de todas las 'grandes'. Quedó demostrado que en este bonito deporte la preparación es proporcional (al alza) a la calidad del rival.

Bélgica celebró una victoria que pasara a la historia de la Copa del Mundo | Foto: FIFA
Bélgica celebró una victoria que pasara a la historia de la Copa del Mundo | Foto: FIFA

Han sido muchos años en los que esta generación ha tenido que recibir críticas por tener una calidad que después no se transformaba en resultados positivos sobre el terreno de juego. Esta selección no pudo pasar de los cuartos de final en la Eurocopa 2016, cayendo por 3-1 ante Gales, como tampoco pudo hacerlo en la anterior Copa del Mundo, también siendo eliminada en cuartos contra Argentina (1-0). Para 2018 los pronósticos auguraban una nueva caída de los europeos, pero tras lo sucedido ante la canarinha, la historia puede cambiar. La pregunta es ahora: ¿Podrá Bélgica ser campeona?

¿Podrá Bélgica alzarse con la Copa del Mundo tras eliminar a Brasil?Todavía quedan unas semifinales (muy duras) que pasar. Quedan dos finales para tocar el cielo, no todo acabó eliminando a la pentacampeona. Un resultado que, por cierto, no fue producto de la casualidad. Los entrenadores reciben pocas, o ninguna, alabanza cuando hacen las cosas bien, pero hay que reconocer el acierto de Roberto Martínez en el planteamiento. Con cambios que, 'a priori', parecían algo arriesgados, el entrenador español consiguió plantar cara a un hueso duro de roer. No solamente eso, sino que en la segunda mitad el aguante de sus pupilos hizo que el milagro fuera posible.

4-3-3: ¿Arriesgado o inteligente?

Poco antes del comienzo del encuentro se daban a conocer las alineaciones de ambos combinados nacionales. Brasil, sin sorpresas, salía con un 4-3-3, al igual que lo hacía Bélgica, para sorpresa de todos. Caían dos titulares en el once (Mertens, Carrasco), para dar entrada a otras dos (Fellaini, Chadli) que entraron de interiores con Witsel en el pivote. Sobre el papel no se entendía la intención del técnico español, pero todo cobraría sentido una vez se iniciara el encuentro.

Novedades en el once. 4-3-3 con Fellaini y Chadli por dos titulares como son Mertens, CarrascoLos brasileños tienen tendencia a cargar todo su fútbol en la banda izquierda, donde hay muchísimo potencial para poder hacer daño a los rivales (Marcelo - Coutinho - Neymar). Por ello, había que idear un plan para desconectar a las mejores piezas del equipo de Tite. La solución fue sencilla, pero perfecta. Cuando los amarillos intentaban mover el balón hacia esa banda, y uno de estos tres entraba en juego, de manera automática Fellaini acudía a ayudar a Meunier y a la misma vez Witsel venía a apoyar al centrocampista del United. De esta manera, la intervención de los tres futbolistas quedaban anuladas.

Para no dejar espacios en el centro, Chadli se ocupaba de la pieza que se encargaba de entrar para intentar romper toda la defensa belga. Fue así como Brasil perdió los nervios sin poder ser incisivo en ataque. Obviamente, cuando el fútbol sudamericano se volcaba en la derecha, el movimiento se repetía pero con otras piezas. 

Contraataque letal: las tres flechas

Con el planteamiento defensivo fijado, había que inventar la manera de hacer daño en ataque. Roberto Martínez hizo fácil algo que parecía complicado. Bélgica estaba defendiendo con ocho efectivos por detrás del esférico, dejando a tres arriba descolgados, los más peligrosos (Lukaku, Hazard, De Bruyne). Cuando los Diablos Rojos recuperaban balón, la consigna era salir al contraataque y que estos jugadores recibieran balón lo antes posible. Pese a que solamente se anotó un tanto con esta estrategia (siendo Lukaku quién recuperó la pelota en su área), fue suficiente para terminar con Brasil.

Lukaku, una pesadilla para la zaga amarilla | Foto: FIFA
Lukaku, una pesadilla para la zaga amarilla | Foto: FIFA

Bélgica defendió con ocho efectivos por detrás del esférico, y tres descolgados para contraatacarLas contras tan bien planteadas no se entienden sin la figura de estos tres jugones por separado. En primer lugar, destacar la posición de Lukaku, que no partía como delantero centro sino que arrancaba desde banda, una solución que ya había utilizado el propio Martínez con su delantero en el Everton. La alternativa salió a las mil maravillas, puesto que en el segundo tanto de Bélgica, el delantero del United trazó una diagonal perfecta para ponérsela en bandeja a su compañero De Bruyne. El centrocampista del City estuvo sublime, a su mejor nivel, imparable.

De Bruyne disparó potente y cruzado en el segundo tanto, haciendo imposible pararla | Foto: FIFA
De Bruyne disparó potente y cruzado en el segundo tanto, haciendo imposible pararla | Foto: FIFA

Mención aparte merece Eden Hazard, que supo leer a la perfección lo que su equipo necesitaba en cada instante. Cuando había que salir rápido para llegar a área rival, él intentaba conseguirlo rompiendo líneas con pases en profundidad o driblando rivales. No obstante, en los momentos en los que se requería pausa, cogía el esférico y lo aguantaba hasta que se incorporaban sus compañeros. El futbolista blue estuvo muy entonado, al nivel que su selección necesita para llegar a lo más alto.

Para ganar hay que sufrir

El factor sorpresa funcionó durante 45 minutos, que fueron letales para los europeos. Brasil enfiló el camino de los vestuarios sin saber lo que acababa de pasar sobre el césped, noqueado. Sin embargo, quince minutos de descanso sirvieron para que Tite introdujera modificaciones en el once para intentar conseguir una remontada que se preveía muy complicada.

Bélgica aguantó toda la segunda parte gracias a un sublime CourtoisLa primera solución brasileña fue alinear dos puntas (Gabriel Jesus, que ya estaba en el terreno junto a Firmino). Fueron los minutos de más sufrimiento para los belgas que, al tener que estar pendientes de dos referentes, no podían coger bien sus marcas, por lo que el sistema se desmoronaba por momentos. Roberto Martínez no tuvo otra opción que pedir calma a los suyos, haciendo que se agazaparan en el área para defender con todo el 0-2 tan positivo que llevaban de ventaja. La idea, de nuevo, salir al contraataque con sus tres lanzas.

Renato Augusto remató un centro espectacular de Coutinho para poner el primero | Foto: FIFA
Renato Augusto remató un centro espectacular de Coutinho para poner el primero | Foto: FIFA

La canarinha fue un torbellino constante e intentó conseguir el empate por todas las vías posibles. El tanto llegó en un despiste defensivo, cuando dejaron entrar a Renato Augusto, que remató un centro exquisito de Coutinho para batir a Courtois, que poco pudo hacer. Si Bélgica está en semifinales, en parte, es por la actuación de su guardameta, que se hartó de sacar balones que iban a gol. Algunos dudaban de su habilidad en los balones que iban bajos, pues demostró que va de maravillas en todas las facetas. A su mejor nivel, hay portero para rato. Eso sí, si Bélgica quiere seguir su camino hacia la gloria, será importante bajar la euforia estos días para afrontar con cabeza las semifinales.