Mario Zagallo y Franz Beckenbauer no son dos nombres cualquiera. Ambos se jactaban de ser los dos únicos futbolistas en la historia del deporte rey que habían logrado el título máximo como jugador y como entrandor. Sin embargo, tras la victoria de Francia sobre Croacia, este selecto club tiene un nuevo miembro: Didier Deschamps.
El actual entrenador galo fue el capitán de su selección en la final en la que Francia logró su primer campeonato. El 12 de julio de ese año en Saint-Denis el equipo “bleu” obtuvo su primer trofeo al imponerse a Brasil en la final por 3-0. La última participación destacada de Francia hasta entonces en un torneo a nivel de selecciones fue en la Eurocopa de 1984 donde se llevaron el trofeo gracias a la gran generación del “Carré Magique” liderada por Platini, Giresse o Tigana. Por este motivo, la victoria en 1998 supuso la primera gran reinvención de Francia.
Los galos apostaron por una nueva generación de jugadores dejando atrás a lo anteriormente nombrados. En esta nueva hornada destacaban un Zidane que comenzaba a asentarse como estrella internacional y otros jugadores de calidad incuestionables como Thuram o Karembeu. A ellos se le unían grandes leyendas galas como Petit, Blanc o el propio Deschamps y jóvenes que empezaban a despuntar como Vieira, Henry y Trezeguet.
Esta Francia logró derrotar en las semifinales a la última gran Croacia, la de Suker, Boban, Jarni, y Prosinecki. En la final se impusieron con contundencia por 3-0 a una Brasil que no le faltaba calidad con Ronaldo, Rivaldo, Bebeto, Dunga y Roberto Carlos entre sus filas. Tal era el buen trato de la pelota y la calidad de esta generación francesa que muchos la consideran como el mejor combinado “bleu” de la historia.
Como jugador, Deschamps se ganó estar en el Olimpo de futbolistas más destacados de su país, pero tras su labor como entrenador se ha ganado codearse con los más grandes del panorama futbolístico mundial.
El primero de ellos es Mario Zagallo. El brasileño conquistó los Mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962 como jugador marcando un gol en ambos y posteriormente hizo lo propio en México 1970 como seleccionador y con Pelé como estrella de la canarinha. También fue entrenador de la Brasil que perdió en 1998 precisamente ante la Francia que capitaneaba Deschamps.
La trayectoria de Beckenbauer es muy parecida a la del entrenador galo. El alemán fue campeón del mundo como futbolista y capitán de su país en Alemania 1974, ganando en la final a la Holanda de Johan Cruyff, tras haber sido subcampeón en Inglaterra 1966 y tercero en México 1970. Como entrenador, el germano fue segundo en México 1986 y por fin campeón en Italia 1990.
Es por este motivo que Deschamps no dudó en deshacerse en elogios hacia ellos cuando fue preguntado en rueda de prensa: “Ellos fueron muchos mejores seleccionadores yo. Zagallo y Beckenbauer fueron muy grandes. Hay que ganar títulos, eso es lo más importante. Me dolió mucho perder hace dos años la Eurocopa, pero esta ha sido una gran ocasión para olvidar lo que sucedió. El fútbol es de los jugadores y ellos son campeones del mundo. Debemos estar orgullosos”, explicó el seleccionador.
Sin embargo, el técnico galo puede aumentar su leyenda y superar a los dos anteriores seleccionadores. El pasado 15 de julio Francia volvió a disputar una final con una nueva generación de jugadores. Liderada por Griezmann y Pogba, esta nueva Francia se ha destapado por ser un seguro atrás gracias a Varane y Umtiti y a dos laterales que a priori partían como reservas, Lucas y Pavard. La explosión de Mbappe no hizo sino aumentar las probabilidades de conseguir éxitos en el futuro.
Ninguno de los jugadores mencionados supera los 27 años de media, lo que es lo mismo, esta selección francesa aún no ha tocado techo. Por ese motivo, será la selección favorita y a batir en los próximos compromisos internacionales.