Ganar con las palabras

"Nunca ha habido un técnico más consciente del poder de la palabra hablada para ejercer el liderazgo, la persuasión y la propaganda". Así describió El País a José Mourinho durante su etapa en el Real Madrid. Y es que el portugués es un entrenador único, irrepetible y exclusivo. Lejos de sus títulos allá donde ha ido y su hambre de victoria, sus recursos comunicativos son amplios y con ellos, como él mismo declara, empieza siempre cada partido. Mourinho ha sabido generar sensaciones ideales alrededor de un desarrollo que para él es óptimo para encarar cualquier competición o reforzar sentimientos de unidad y grupo en cada una de las plantillas que ha dirigido. Su figura ante los medios es la de un personaje premeditado, preparado de forma estratégica y cuidada con multitud de detalles. Una figura que, sumada a su enorme palmarés, con el tiempo y desde sus inicios como ayudante técnico del FC Barcelona, le han llevado a lo más alto del mundo de los banquillos.

Ganar con las palabras
Foto: Daily Mail
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Por Albert Ballesteros

El ambiente y los minutos previos acompañan a tener expectativas altas de cara a la rueda de prensa post-partido. Multitud de cámaras, periodistas de alrededor del mundo y televisiones guardan pacientes su sitio frente a una mesa que, por el momento, aún no ha sido ocupada. Millones de personas esperan frente al televisor de sus casas escuchar las declaraciones y respuestas de uno de los técnicos más prestigiosos del mundo. Y llega.

Lo hace con semblante serio, no cabizbajo. Es consciente de todo lo que su figura y palabras llevan detrás y domina a la perfección la atmosfera creada por los medios. No se arruga. Coge sitio, clava la mirada al resto de presentes en la sala y se dispone a responder. Segundos antes, ajusta el micrófono a la altura adecuada para evitar problemas no forzados. Se le ve confiado, incluso motivado. El guión previo a todas y cada una de sus intervenciones viene condicionado por aquello que sucede en el encuentro. Y con ello, empieza.

Mourinho estudia con detenimiento cada situación y cada pregunta. Su capacidad de raciocinio, espontaneidad, gestual y de escenificación supera la de los demás y todo viene dotado de conocimientos previos. Lo hace informándose de todo aquello que antes ha sido publicado, a su favor o en contra, por aquél periodista que pueda acceder al turno de palabra. Sabe de primeras que no gusta a todo el mundo y, no obstante, tampoco le preocupa. Fiel a sus ideas, a su método de trabajo y modelo de juego, el portugués ve a la prensa como un elemento más del juego. Y los periodistas ven a Mourinho como un tesoro en sus intereses, publicaciones y ventas. La noticia gira en torno a él y no de forma contraria.

José Mourinho, tesoro periodístico. Foto: The Sun

The Special One

"Tengo la seguridad de que seremos campeones el próximo año". Con estas palabras José Mourinho definía su ambición en la rueda de prensa de presentación como técnico del FC Porto, en 2002. Para muchos, una osadía, un gesto arrogante e incluso provocador. Para otros, como él, un techo no tan lejano, un objetivo real, una meta que cumplir. Más aún situado en un contexto poco favorable: un equipo que encadenaba tres años consecutivos sin alzar el título liguero y acababa de ser eliminado de la Copa de Portugal por el Sporting de Braga.

Nadie es más exigente con Mourinho que él mismo

En 2004, tras un gran recorrido con el club portugués, matizaba con una de sus declaraciones más famosas y reconocidas en otro entorno completamente diferente: "He sido campeón de Europa. No soy uno más. Puedo decir que soy "The Special One". Unas palabras que situaron al portugués allá donde él, desde un primer momento, quiso. Dejando muestras de enorme frontalidad en sus etapas previas como ayudante de Robson o Van Gaal en el FC Barcelona y como primer entrenador en el Benfica, Uniao Leira y Porto, las expectativas a nivel de club y personales en su primer día como nuevo manager de un Chelsea en plena fase de crecimiento no podían ser más altas. Era entonces 2004 y el proyecto de Abrahimovic no hacía más que coger fuerza.

La etiqueta de arrogancia ha acabado cogiendo forma distinta para pasar a ser la de convencido. No existe a día de hoy persona que exiga más a José Mourinho que el propio José Mourinho. Y lo hace a consciencia. Prueba de ello es el trato con los jugadores, extraídos por aquél entonces de toda presión. John Terry, capitán ilustre del conjunto londinense, lo define así: "Desvió la atención de la prensa con aquella citación. Sabía lidiar con la presión y liberó al equipo de la misma. Con la prensa, era él quien dictaba las reglas".

"Hablo cuando yo quiera, no lo decide la prensa"

La imprevisibilidad en cada rueda de prensa, el no saber por dónde va a atacar o hablar, han hecho de él con el tiempo una figura reconocible de forma mundial. Su capacidad comunicativa va más allá del deporte rey y se convierte en un ejemplo de saber usar la ironía, de mantener vivos a sus enemigos y a los suyos, de seguridad en uno mismo y de atrevimiento en cada una de sus declaraciones.

Gestos que suman puntos

José Mourinho no solo habla con palabras. De él son célebres multitud de gestos y escenas que, para bien o para mal, han acabado influyendo en el resultado final del partido que acontecía. Del mandar callar a la afición del Liverpool al salir al campo veinte minutos antes que los jugadores en el Santiago Bernabéu para ser pitado él y liberar a los jugadores existen factores que él sabe manejar como pocos otros.

Muchos de sus gestos han dado la vuelta al mundo

El portugués es consciente de que las cámaras le siguen y que todo aquello que protagonice tendrá consecuencias directas. En una visita a San Siro como técnico del Real Madrid, Mourinho se enfrentaba a un Milan que aún recordaba el triplete que el técnico había conseguido anteriormente con el eterno rival, el Inter de Milan. Sabedor del "odio" que allí podía despertar, Mourinho pisó por primera vez el césped levantando tres dedos de una mano en referencia al histórico triplete con el conjunto italiano. Ese día el Madrid empató a dos con gol de Pedro León en el descuento, aquél que para Mourinho era considerado "como Zidane o Maradona" por la prensa española cuando éste no era convocado.

Mourinho, en San Siro. Foto: MARCA

Los gestos de Mourinho, lejos de poder generar adversión, le han hecho también más humano. En el recuerdo de muchos queda su abrazo con Marco Materazzi a la salida del Bernabéu tras ganar la Champions League con el Inter de Milan, con técnico y jugador llorando desconsoladamente. En su última visita al Emirates, Mourinho fue a dar la mano a uno de sus ex-jugadores, Mesut Özil, quién le entregó su camiseta. En su etapa en Madrid se dijo más de una vez que no se entendían. Mourinho dijo del alemán ser "el mejor 10 del mundo".

Y títulos

Fue en 2007 cuando uno de sus gestos acabó decantando un título. El Chelsea acababa de perder las opciones de ganar el título liguero frente al Arsenal en el Emirates y Mourinho respondió con un gesto al final del partido que unió como otras pocas veces a la afición blue. Abatidos por la decepción, el portugués se dirigió hacia ellos con señales de que deberían tener la cabeza bien alta.

El equipo lo había dejado todo y, además, jugaban una final frente al mismo Arsenal catorce días más tarde por la Copa de Inglaterra. Fue ese detalle el que empezó a jugar a su favor de cara a la decisiva final que finalmente ganarían los blues, siendo los jugadores los que, con la misma gesticulación, devolvían la alegría a sus seguidores en Wembley.

Mourinho es una leyenda en Stamford Bridge. Foto: Chelsea FC

Robin Hood

El diario italiano Tuttosport califica en uno de sus artículos el siguiente titular: "Mourinho contra todos". Sin ir más lejos de la realidad, le seguía una citación que revolucionó Italia: "Me siento el Robin Hood del fútbol italiano y es por eso que me gusta trabajar por el Inter, porque es difícil". José Mourinho encontró en el club italiano una nueva casa tras su salida del Chelsea FC, lugar donde se forjó aún más su figura y leyenda dentro del mundo de los banquillos.

Mourinho crea unidad dentro y fuera del vestuario con sus declaraciones

Declaraciones como éstas sumadas a los títulos de los suyos hacían crecer la estima de los neroazzuri hacia él. Mourinho, en una entrevista televisiva donde incluso una bailarina en ropa interior se atrevió a bailar sobre su silla, proseguía: "Nosotros tenemos Inter Channel con cuarenta y cinco mil abonados, la Juventus tiene Tuttosport y el Milan tres canales de televisión y los periodistas". Todo lo que Mourinho declaró en esa entrevista no hizo más que acercar su afición interista a él, en un sentimiento unido frente a lo establecido. Se convertía, como él bien indicaba, en Robin Hood.

En Italia, no obstante, tuvo algún que otro momento complicado dentro de su relación con la prensa. En una rueda de prensa, chocó con uno de los pocos periodistas que se atrevió a intercambiarle palabras. "Te prometo que juego con el once que tú escribas", le replicó Mourinho al periodista cansado de sus preguntas sobre la dirección de equipo. La respuesta por parte del "giornalista" fue inmediata: "Si me das parte de los nueve millones que ganas, aunque sean sólo 500 mil euros...". Por primera vez, el técnico portugués parecía no tener respuesta. Pero la tenía: "Te equivocas. Gano once millones, catorce con publicidad".

Su labor comunicativa en un entorno tan pasional como el del perfil italiano ayudó a generar una plantilla sólida en compromiso y entrega, así como también en todo aquél sistema que Mourinho planteaba. Atrás quedan grandes noches en el Giuseppe Meazza como el 3-1 frente al Barcelona en las semifinales de una Champions que acabaron levantando los italianos.

Mourinho en una entrevista en su etapa como técnico interista. Foto: Tuttosport

Identidad múltiple

Del José Mourinho prepotente, provocador y arrogante en las ruedas de prensa al José Mourinho íntimo y solidario hacia los suyos existen muchas subfases de la misma figura. El técnico portugués es, según sus relativos más cercanos es alguien sencillo, próximo, familiar y de profundas convicciones religiosas. Su cara más íntima no es mostrada en los medios porque él mismo sabe que no le beneficia.

Mourinho reserva su cara más íntima ante los medios

Con poca tolerancia al fracaso y la derrota, Mourinho es un ganador nato que vive por y para ello. Sin embargo, ha dejado grandes detalles fuera del terreno de juego que ha dejado boquiabierto a más de un presente. En su etapa como entrenador del Real Madrid, el portugués ayudó económicamente a algunos de los padres de los jugadores del Canillas CF, club donde militaba su hijo, para que sus descendientes alargaran su etapa como pequeños futbolistas.

"El fútbol me ha quitado más de lo que me ha dado". Con esta frase Mourinho sorprendía en una de sus ruedas de prensa como entrenador del Real Madrid a todos los periodistas que asistían a la sala. Fiel a los suyos y reservado para ellos, Mourinho afirmaba que "el fútbol me ha quitado la privacidad y con eso los que pierden son los míos". El portugués dedica todo su tiempo hacia sus equipos allá donde va pero una vez acaba la jornada laboral, cuida como pocos su relación familiar. Aleja la presión por unas horas para dedicar la misma atención que deja en sus equipos a su familia.

Mourinho tuvo una estrecha relación con el Canillas, club donde jugó su hijo. Foto: Punto Pelota

Conoce mejor que nadie la necesidad de tener un equilibrio emocional estable de cara a enfrentarse a presiones tan altas como las que él es sometido cada día y lo hace apoyándose en una familia que incluso está presente en los estadios de sus equipos. Ya esta misma temporada, como técnico del Chelsea FC en su segunda etapa, se atrevió a celebrar alguno de los goles del equipo inglés junto a su hijo, situado detrás del banquillo de los blues como aficionado.

"De mi vida privada no tengo que dar explicaciones a nadie"

"Mi vida sin el fútbol sería muy tranquila. Tengo una licenciatura y muy probablemente estaría trabajando como profesor de INEF en una Universidad. Al mismo tiempo, el fútbol me ha dado la satisfacción de hacer lo que quiero, lo que siempre soñé". Mourinho cuida su poder íntimo y reconoce a la par no ser igual dentro del fútbol que fuera. Eso, además, le da ventajas de cara a su trabajo. La dureza y serenidad que muestra en la dirección de sus equipos no encuentra debilidades que le puedan jugar en contra, de ahí su destacada intención de separar cada ámbito.

Sobre esta identidad múltiple habló el propio entrenador del Chelsea: "Cuando me enfrento a un partido, estoy de pie noventa minutos, hablando con los míos, con los árbitros... Estoy haciendo mi partido y no teatro, estoy trabajando. Las ruedas de prensa previas también son parte del partido. Los que comparten vestuario conmigo me conocen trabajando, pero a Mourinho le conocen solo los amigos y la familia".

El Mourinho íntimo lo conocen muy pocos. Foto: Gazzeta dello Sport

Una batalla sin precedentes

Cada héroe necesita de su antagonista. Y viceversa. El fútbol, quizá, quiso colocar de forma intencionada en el mismo contexto a dos entrenadores de talla mundial como Pep Guardiola y el mismo José Mourinho. El Real Madrid y Florentino Pérez en su prolongación fijaron en su agenda el hombre ideal para parar a uno de los equipos más completos y con mejor fútbol que recuerda la historia del deporte. Guardiola y los suyos lo estaban ganando todo y solo derrotas como la sufrida frente al Inter de Milan en unas semifinales de Champions oscurecieron uno de los mayores éxitos de la historia culé.

"Figo ya puede venir tranquilo a Barcelona"

Mourinho llegó al Real Madrid el verano de 2010 con la difícil papeleta de frenar el éxito del eterno rival. Y en su primer año como técnico madridista lo consiguió por momentos. El 5-0 de su primer Clásico le hizo abrir los ojos ante un equipo que si le dejabas jugar, te pasaba por encima. Fue cuando entonces Mourinho interpretó mejor su batalla personal fuera y dentro de los terrenos de juego ante lo que para él era un "producto hecho y acabado". La victoria en la final de la Copa del Rey con un solitario gol de Cristiano Ronaldo ante los culés no tuvo el mismo efecto en Champions donde los blancos cayeron eliminados frente a los azulgranas en una semifinal cargada de polémica arbitral y de cruces de declaraciones.

Mourinho, frente al Barcelona de Guardiola. Foto: Zimbio

Mourinho fue preparando a consciencia cada encuentro en previas cargadas de intenciones. Las famosas declaraciones de "¿Por qué?" tras la expulsión de Pepe en la ida de semifinales o tildar de Guardiola de estar en "la única categoría de entrenadores que critican el acierto del árbitro" fueron conreando un terreno que el portugués buscaba desde hace tiempo. La continuidad de las mismas hizo encender incluso a Pep Guardiola, conocido por su temple y calma, tilando a Mourinho de "puto amo" y regalándole su "Champions particular", refiriéndose a todo lo que los medios rodean. Mourinho replicaba que, bajo su idea, "señorío es morir en el campo y no filosofía barata".

Su batalla personal con Guardiola se vio extendida con la de otra figura más que reconocida en el mundo del fútbol, Johan Cruyff. El que para muchos es considerado el "maestro" del actual técnico del Bayern de Múnich declaró de Mourinho ser "un entrenador de títulos, no de fútbol". Mourinho, que se las veía venir con el holandés, respondió con agradecimiento a su consideración y añadió, con ironía, "hace una semana que no duermo".

"Pep no necesita hablar de mí porque ya lo hacen sus jugadores a diario"

Dicen que el valor de un personaje es la suma del valor de sus enemigos. Mourinho cuenta con enemigos de enorme nivel y reconocimiento, como el mismo Guardiola, Wenger, Benítez, Ranieri o Cruyff. Van de su mano, no obstante, otras grandes figuras del fútbol como Ferguson, Maradona o el fallecido Preciado. Su lucha particular con Guardiola y uno de los mejores equipos de la historia tuvo final favorable para Mourinho cuando consiguió levantar una Liga con 100 puntos y 121 goles a favor, sacando a relucir los pocos defectos del conjunto azulgrana, algo desgastado de su propio éxito.

Mourinho y Guardiola en uno de sus múltiples enfrentamientos. Foto: Defensa Central

Amenazas externas

Mourinho chocó de cara con la prensa española, una de las más duras y críticas del mundo del periodismo deportivo. Como técnico del Real Madrid, fue calificado desde diferentes medios incluso como "dictador" o "nazi" por sus decisiones en el banquillo merengue. El club blanco es considerado por muchos como uno de los más difíciles de gestionar por toda la presión que comporta y cómo la prensa actúa como amenaza externa tratando también asuntos interiores del vestuario.

"Hay un límite entre crítica y respeto"

En su vuelta al Chelsea FC Mourinho cargó contra una prensa que no entendía "el límite entre la crítica y el respeto". Y continuaba: "cuando la gente no entiende este límite, haces lo que hice yo en el Madrid. Ni prensa, ni televisión ni radio. Haces tu vida". Tras tres años llenos de intensidad y dureza, dentro y fuera de los terrenos de juego, José Mourinho dejó el Real Madrid confesando que su último año fue "el fracaso de su carrera", sin conseguir en éste ganar ningún título y quedándose a las puertas por tercera vez consecutiva de la final de la Champions League. Una etapa en la que pocos reconocerán que fue él quien realmente paró el torbellino azulgrana, aquél que barría todo lo que salía a su paso. Consiguió, entre otras cosas, el porcentaje más alto de victorias de todos los clubes en los que ha estado. De 178 partidos disputados, ganó el 72%. Un dato a la altura de los mejores.

Mourinho vivió altibajos como técnico del Real Madrid. Foto: El Mundo

The Happy One

Del Mourinho del "The Special One" al "The Happy One" corren nueve años. Nueve años llenos de títulos, experiencias, batallas ganadas y perdidas, récords y otras tantas experiencias. El técnico portugués volvía a la Premier League y lo hacía en su casa, el Chelsea. En aquella rueda de prensa, la de su presentanción en el regreso, pudimos ver un Mourinho renovado, sonriente. Corría tras él una bocanada de aire fresco e incluso liberador tras un duro año en Madrid.

Lejos de sus aspiraciones deportivas en su nuevo proyecto con el conjunto inglés, Mourinho a lo largo de su carrera ha conseguido romper con multitud de mitos. El primero, y quizá uno de los que más empuja a aquellos jóvenes entrenadores que lo tienen como referente, a poder llejar lejos sin haber vestido antes de corto. Su capacidad de ir de cara, ser frontal, no traicionar a la verdad y ser inamovible en principios y pensamientos frente a la opinión que prensa pueda condicionar y generar ante él hacen de Mourinho un entrenador único, especial e irrepetible.

Mourinho traspasa dimensiones. Asume todo lo que rodea la comunicación antes, durante y después del partido y lo hace con matices, detalles y condiciones meticulosamente estudiadas. Pocos son capaces de negar a Mourinho como uno de los mejores técnicos de la última década y probablemente de la historia del fútbol y también son pocos aquellos que lo niegan como un auténtico superdotado en lo que faceta comunicadora se refiere. Se trata, entonces, de una joya para los contemporáneos que viven una época donde el fútbol también se escribe, se analiza y se siente por muchas vías.

Mourinho en su nueva etapa en el Chelsea. Foto: Telegraph

Bibliografía utilizada:

- "Código Mourinho", Juan Carlos Cubeiro - Leonor Gallardo, Alienta Editorial

- "Mourinho versus Guardiola", Juan Carlos Cubeiro - Leonor Gallardo, Alienta Editorial

- "Mourinho, los secretos de su éxito", Nuno Luz - Luís Miguel Pereira, Prime Books

- "De Nietzsche a Mourinho", Santiago Navajas, Ensayo Berenice

- "Annoyomics", Risto Mejide, Grupo Planeta