El Mónaco está en su año perfecto. Victoria sufrida por cómo fue. Ante un Toulouse sin nada que jugarse, con la permanencia asegurada. Parecía un partido plácido en el Stade Louis II a la espera de la visita de la Juventus el próximo miércoles en semifinales de Champions.

En el recuerdo estaba el partido de ida en Toulouse con una sonrojante derrota del equipo monegasco por el mismo resultado que hoy, pero a la inversa (3-1). Importantes eran las bajas de Sidibé y de Bakayoko en los locales.

La primera mitad se jugaba en terreno del Toulouse, con un Mónaco muy incisivo, haciendo daño por la banda de Mendy y Lemar, muy participativos ambos en todo el partido. El Toulouse aprovechaba los pocos contraataques que tenían, sobre todo a partir de errores no forzados de los locales en los pases.

Falta de frescura en los últimos metros

Moutinho y Fabinho dirigían el juego local entre asociaciones con Lemar y Bernardo que la defensa del Toulouse cortaba a la perfección, haciendo, en ese aspecto, un partido más que digno en la capital del Principado. El joven portero Lafont estuvo muy acertado en las intervenciones que tuvo que realizar para evitar que el cuadro de Jardim se adelantase en el marcador y pusiese el encuentro muy cuesta arriba para los visitantes.

Falcao entraba poco en juego debido al marcaje férreo que tenía sobre él de los centrales Diop y Jullien, y los mediocentros del Toulouse bajaban a defender prácticamente al borde de área propio, por lo que los ataques del Mónaco quedaban en nada.

La segunda mitad comenzó con un ritmo frenético. Un error de Jemerson nada más comenzar, despejando al aire un centro lateral, provocó que Toivonen, en mano a mano con Subasic, no perdonase y colocara el 0-1 en el marcador. Un jarro de agua fría que el Mónaco debería solventar con menos de 45 minutos por delante.

Reacción rápida ante la adversidad

La reacción fue genial. Centro lateral que Glik, a la salida de un córner, cabeceó a la escuadra de Lafont y empataba el encuentro en apenas dos minutos. A partir de este momento, el Mónaco buscaría darle la vuelta al marcador con mucho ahínco, con cantidad de ocasiones y teniendo al Toulouse encerrado casi en su propia área.

En un error de salida de balón por parte del portero del conjunto violeta, Mbappé colocó el 2-1 con un disparo raso al palo corto en lo que parecía que iba a centrar, aunque no es menos cierto que Lafont podía haber hecho mucho más.

Desde entonces, excepto ataques aislados de ambos equipos, el encuentro bajó la intensidad y comenzaron a llegar los cambios y variantes de ambos técnicos. Braithwhite, uno de los pilares básicos del Toulouse, entró al terreno de juego pero apenas creó ocasiones claras de gol ante un Mónaco que quería sentenciar el encuentro cuanto antes.

En una combinación maravillosa entre Moutinho y Dirar, el marroquí colocó un centro medido al segundo palo y Lemar, entrando desde segunda línea y con comodidad, anotaba a placer el último y definitivo gol del partido.

La Champions, en la cabeza de todos

Cabe destacar la gran ovación que se llevó Kylian Mbappé cuando fue sustituido, nuevo ídolo de la afición. Leonardo Jardim ya comenzaba a tener la cabeza en el encuentro del miércoles y realizaba cambios para dar descanso a jugadores importantes.

A pesar del buen juego y de la victoria, Falcao no brilló con luz propia. Estuvo bien marcado durante todo el encuentro y no pudo anotar ni un solo gol, a pesar de tener una ocasión inmejorable que golpeó en el poste.

El encuentro terminó, con el Mónaco como líder indiscutible a la espera de su partido aplazado y del encuentro que tiene que jugar el PSG mañana en Niza, obviamente decisivo para el título liguero.

El Mónaco ya piensa en el que puede ser el partido más importante de toda su historia ante la Juventus, en el que conseguir un resultado a favor para ir a Turín con garantías le daría muchas esperanzas de jugar la final frente a uno de los dos equipos de la capital de España. Mientras tanto, solventó este encuentro de manera cómoda por el resultado pero con mucho esfuerzo por lo que expuso el Toulouse. La liga sigue en manos del Mónaco.