El Milan llegaba a esta 10ª jornada de Serie A con la moral por las nubes tras su victoria a la Juventus con el golazo de Locatelli, colocándose en segunda posición a tan solo dos puntos de la Vecchia Signora. El Genoa, por su parte, todo lo contrario. El cuadro grifone perdía el derby della lanterna ante la Sampdoria por 2-1, en el que es el partido más importante de su temporada. 

Montella regresaba a la que fue su casa la temporada pasada, pero para enfrentarse a su eterno rival por aquél entonces (entrenó a la Sampdoria, máximo rival grifone). Pondría en liza casi el mismo once que se enfrentó a los bianconeri. Sí, casi, ya que Abate y Suso se quedaban en el banquillo, siendo reemplazados por Poli y Honda, respectivamente. Mientras que Ivan Juric, técnico del Genoa, variaba el esquema con respecto al empleado en el derbi genovés. Pasaba del 3-4-1-2 al 3-4-3. Pandev era el sacrificado para dar entrada a Ninkovic en uno de los dos extremos, abandonando Rigoni la mediapunta para colocarse justo en el otro. 

Un tiro, un gol

Tres minutos de partido y ya saltaban chispas entre Edenílson y Niang. Duelo en el que tuvo que intervenir Luca Banti para pedir paz o, a la próxima, eran amonestados. Pero en la primera y única ocasión del primer tiempo, el Genoa no perdonaba. Efectividad 100%. Rincón caracoleaba en el vértice del área para deshacerse de sus marcas, se la acomodaba a su pierna buena, para sacarse un centro y que lo rematara con un gran testarazo al fondo de la portería Ninkovic. Desajuste defensivo rossonero que no desaprovechó el extremo serbio.

A raíz del gol, el cuadro genovés se hacía con el control total de la posesión, manejando los compases del partido a su antojo. Con dos bandas como Ninkovic -autor del tanto- y Rigoni, que se proyectaban constantemente como auténticas balas por ambos carriles y tirando centros en diagonal que hacían sufrir las espaldas de la defensa lombarda. 

Un dominio grifone que se iba apaciguando con el paso de los minutos y, por ende, los de Vicenzo Montella comenzaban a llevar la batuta del encuentro. Llegaba así el primer aviso del Milan, el cual fue un zarpazo de Romagnoli, quien tras avanzar varios metros en campo rival con el cuero en sus botas, se sacó un zurdazo que pasó rozando el poste izquierdo de la meta defendida por Perin. 

Volviendo al duelo de Niang, se sumaba a éste Rigoni, quien comparte banda con su otro compañero y protagonista, Edenílson, tras una entrada del italiano sobre el jugador rossonero. Minutos después, segunda llegada del Milan. En esta ocasión, fue Bonaventura, que tiró una diagonal, zafándose de hasta tres oponentes, y cerca del balcón le salía el disparo algo flojo, llegando manso a los guantes de Perin. La siguiente llegaría al filo del descanso, cuando Niang empalaba una volea cerca del área después de que Bacca se la cediera con el interior de su bota. El disparo del francés se iría por encima del travesaño. 

Paletta tuerce más las cosas

Arrancaba los segundos 45 minutos con la misma tónica. El Milan controlaba el esférico, y en el primer minuto de esta segunda mitad, Bonaventura tuvo otra ocasión, pero con el mismo resultado. El balón pasó por encima del larguero. Poco después, de nuevo el 5 rossonero disfrutaba de otra ocasión, pero su disparo desde borde del área lo sacaba con una gran mano a bajo Perin. 

Si la remontada se antojaba complicada, Gabriel Paletta le añadía un extra. En el 56, el central italoargentino medía mal una entrada y terminaba arrollando a Rigoni con las dos piernas. Luca Banti le mostraba así la roja directa. Montella efectuaba un cambio para cubrir ese hueco, y decidía sentar a Bacca para dar entrada al paraguayo Gómez. 

A la media hora de partido, surgía la polémica en el Luigi Ferraris. Tras el saque de esquina del Genoa, Niang elevaba la bota para despejar el balón, pero golpeaba, a su vez, la cabeza de Burdisso. Posible penalti no señalado a favor de los grifone, y las protestas se producían tanto en el graderío como por parte de los propios jugadores. En esos instantes, entraba Luiz Adriano en el lugar de un desaparecido Honda, lejos de su gran nivel en el CSKA. 

En el minuto 66, Juric daba entrada al gran ídolo y goleador del Genoa, Leonardo Pavoletti, que regresaba tras su lesión (ya disputó algunos minutos ante la Sampdoria), sustituyendo a el 'Cholito' Simeone. Segundos después, Rincón rozó el segundo tanto grifone cuando su disparo desde el balcón del área rossonera rozaba la cruceta de la portería de Donnarumma. Vicenzo Montella quemaba sus naves. Se marchaba del verde Niang para que entrara Suso, un ex del Genoa que se reecontraba con su antigua afición. 

Seguían pasando los minutos y el Milan buscaba el empate con insistencia, y daba la impresión de que mucho mejor tras la expulsión de Paletta. Llegaban tres ocasiones en apenas cinco minutos. El primero en probar a Perin fue Kukca, otro ex, pero su zurdazo se encontraba con los guantes del meta genovés. Y justo después, Bonaventura filtraba entre el muro grifone un espectacular pase hacia el interior del área, pero Poli, que llegaba desde atrás, no conectó bien el disparo y terminó saliendo muy desviado. Y en tercer lugar, Suso calcaba el disparo de su compañero Kucka, con la misma resolución. 

Poli tras fallar una clara ocasión de gol. / Foto: @acmilan
Poli tras fallar una clara ocasión de gol. / Foto: @acmilan

Pavoletti como significado de gol

Con la entrada del delantero grifone, el cuadro de Juric mejoraba en su nivel ofensivo. Así, en una contra del Genoa, se acabaría el partido. Pavoletti iniciaba la jugada, entregándosela a Lazovic con un gran balón en diagonal. El serbio la pone al corazón del área, y es el propio Kucka quien introduce el esférico lejos del alcance de su portero. Pocos minutos después, Pavoletti ponía la guinda al pastel y hacía el tercero tras batir en el mano a mano al 'Gigio' Donnarumma, montando una auténtica fiesta en el Luigi Ferraris. Se sucedían los olés en cada jugada que trenzaban, ante un Milan completamente KO, que no sabía ni por donde le llegaban. Incluso hubo tiempo para un cuarto gol del Genoa que iba a ser anulado por fuera de juego. 

Se llegaba así al final del partido. El Genoa sumaba 15 puntos que le aúpan a la 7ª plaza y les da una gran inyección de moral tras esa derrota ante la Sampdoria. El Milan, por su parte, cae del cielo y pierde la oportunidad de ponerse líder. Serán terceros de manera provisional con los 19 puntos que acumulaban.