El Inter de Milán dice adiós a la Europa League. Esta competición, tan poco respetada por los grandes de Europa, pues muchos la ven como un trámite, un consuelo para perdedores o incluso un estorbo, puede convertirse en un problema para los equipos, condenados a dar la talla ante equipos de mucho menos nombre. Así le ha ocurrido al Inter de Milán, que después de quedar encuadrado con equipos como el Southampton, el Hapoel Be’er Sheva o el Sparta de Praga, se vuelve para casa tras caer con estrépito en Israel.
Así valoraba el partido Stefano Pioli: “El partido duró 95 minutos. No estuvimos unidos y tuvimos situaciones defensivas que no pueden ni deben suceder”. Le lanza un mensaje a sus jugadores, les debe valer para toda la temporada: “Tenemos que trabajar mucho”.
Sobre el partido alabó la primera parte de los suyos, aunque reconoce que no supieron mantener el nivel: “En la primera parte hemos dominado, bastaba con mantener esta actitud, pero después del descanso nos hemos vuelto demasiado individualistas y presuntuosos”. “No podemos estar satisfechos con nuestro trabajo”, concluyó.
Siguió con el análisis sin esconderse en excusas: “Es sobre todo un problema mental. Se puede decir que tenemos mucha calidad, pero nos hace falta saber sufrir para que podamos conseguir los tres puntos”, explicó, tras ver cómo el Hapoel Be’er Sheva daba la vuelta al marcador y sellaba la victoria en el minuto 94 gracias a Ben Sahar.
Tampoco se escuda en el cansancio físico. “No nos escondemos detrás de esto debido a que, a pesar de jugar en inferioridad (por la expulsión del portero Handanovic), tuvimos dos ocasiones en los últimos minutos para llevarnos el partido”. “Metí a jugadores más frescos para llevar el peso y las riendas del partido, creí que esa era la manera correcta”, explicó, sobre los cambios introducidos para llevarse la victoria (sin éxito).