FC Dallas logro una goleada ante un rival que no fue rival en ningún momento del partido. La victoria quedó encarrilada prácticamente en los primeros 45 minutos, ya que en ellos consiguieron anotar cinco goles, convirtiéndolo en un récord de la competición. El segundo tiempo apenas tuvo historia, y sólo sirvió para que el equipo visitante consiguiera anotar dos goles que dibujaran el marcador y no convirtiesen la goleada en una derrota deshonrosa.

Lo más rápidos del oeste

Desde que el árbitro señaló el inicio del encuentro, se vio claramente a un conjunto que quería la victoria y que insistiría hasta conseguirla. En este inicio tuvo una participación muy activa desde el inicio el extremo Michael Barrios, que en la tercera ocasión en la que llegó a línea de fondo colocó un centro para que Lamah en el segundo palo solo tuviera que empujar el balón para anotar el primero.

Tras este gol el encuentro pareció bajar de ritmo con un equipo local que veía por instante a un rival que buscaba disputarle el control de la pelota, pero que apenas conseguía llegar a portería. Sin embargo fue de nuevo el conjunto local, y otra vez el futbolista belga el que pondría el segundo gol para su equipo. Lamah recibió un balón en la frontal de área y tras deshacerse de un rival batió al portero con un fuerte disparo.

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Sin  embargo pocos minutos después el mismo jugador, Ronald Lamah consiguió anotar un tercer gol que significó un ‘hat-trick’ para su cuenta particular. El conjunto texano recuperó la posesión de la pelota en salida de balón de su rival, y tras poner un balón a la espalda de los defensas, el belga volvía a batir al portero.

Tras algunos minutos en los que el juego pareció calmarse, llegó  el cuarto tanto, ante un rival que prácticamente se había dado por vencido. El encargado de anotar ese gol fue Maxi Urruti que consiguió deshacerse de la defensa rival en velocidad y superó finalmente al guardameta con una vaselina.

Pero todo no acabó ahí, ya que en los minutos finales, nuevamente Barrios se internó por su banda, en donde estaba siendo un auténtico puñal, y puso un balón a Akindele para que este con un gran movimiento tumbase a la defensa y lograse los cinco goles más rápidas en la historia de un partido de MLS.

Sin más historia

La segunda parte, a pesar del resultado tan abultado, el Real Salt Lake, quiso poner algo de intensidad a su juego, y durante los primeros minutes llevó la iniciativa, buscando algún gol que les permitiese dibujar un resultado que parecía difícilmente remontable. A pesar de esta circunstancia, todas sus acciones carecían de peligro y apenas ponían en problemas a la portería rival.

Con el partido casi resuelto el entrenador local comenzó a dar entrada a jugadores de los que cuentan con menos minutos, mientras que su rival en la banca hizo lo mismo pero con futbolistas de mayor corte defensivo para tratar de aguantar el resultado y que no fuera a más.

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Sin embargo, a falta de 20 minutos para el final del partido, los visitantes consiguieron anotar dos goles que les dieron algo de aire y dejaron que el partido no fuese una pesadilla. El primero lo anotó Omar Holness desde el borde del área tras recibió un pase de Plata. El siguiente lo consiguió Kyle Beckerman al anticiparse a su marcador en el primer palo tras un saque de esquina.

Estos dos tantos no hicieron otra cosa que desperezar del letargo en el que estaba sumido el equipo local y comenzó de nuevo a tener mayor control sobre la pelota. Esto provocó que su rival les generase menos ocasiones de peligro.

Con el encuentro prácticamente finalizado, a falta de un par de minutos, llegó el gol que cerró la fiesta que fue el partido. El Homegrown Player Jesus Ferreira controló un centro de desde la banda y con una tranquilidad pasmosa batió al portero a pesar de la salida de este. Este significó un sexto gol que significaba la recuperación de confianza de un equipo que tenía muchas bajas por culpa de la convocatoria de selecciones y las lesiones.