Regresaba la Champions al estadio Da Luz y con ella, el entusiasmo de los aficionados por ver vencer a los suyos por primera vez en esta edición 2017/2018. El choque comenzaba con la expectación que merecía, la de un duelo entre dos habituales de la competición. Una expectación que poco a poco se fue diluyendo con el paso de los minutos. Sobre el campo se encontraban dos equipos muy tímidos y sin ninguna intención de tener la iniciativa del juego.
La primera ocasión de peligro en el partido fue para el equipo local. El canterano del Barça, Alejandro Grimaldo, hacía una buena internada por la banda izquierda sorteando a varios rivales que culminaría, tras un centro perfecto del lateral, Salvio con un buen remate de primeras que salió rozando la cepa del poste.
En los primeros compases del partido, el ritmo era muy bajo, algo que se podía observar en los continuos parones de juego, a causa de las numerosas faltas cometidas por ambos equipos. En el minuto 31, tras una jugada rápida del Manchester United, Matic le servía un balón perfecto desde la banda a Rashford, que cabeceaba por encima del larguero. El delantero inglés estaba metido en el partido y era el que más peligro le creaba a la zaga portuguesa con sus continuos desmarques a la espalda de los defensores. El conjunto inglés apretaba, y pocos minutos después gozaría de una nueva ocasión. Esta vez, el serbio Matic, cambiaba su función de pasador por la de rematador, pero su disparo se topó con una buena parada del debutante Slivar. El United estaba siendo, ligeramente, superior en los minutos finales del primer periodo.
Tras el descanso, ambos equipos salían con más predisposición de generar algo de futbol que en el primer tramo del partido. La pugna por el control de balón en el centro del campo se la acabaría llevando el equipo visitante, gracias al trabajo del doble pivote planteado por Mourinho.
De nuevo, Rashford encontraba otra oportunidad en un remate seco y duro que atojó sin problemas el debutante más precoz en la historia de la Champions League, Svilar. Así le quitaba el récord a Casillas, que lo consiguió en el 1999 cuando militaba en las filas del Real Madrid. Al final tendría premio un incisivo Rashford, que tras ver al portero rival adelantado chutó directa una falta lateral que acabaría convirtiéndose en gol.
El debut no soñado
La inexperiencia del canterano del Benfica le jugó una mala pasada y acabaría traspasando la línea de meta con el balón entre sus manos. Había dudas, pero la tecnología dictaminó que fue gol.
Con el partido encarrilado, el que había sido el delantero de la noche, tenía que retirarse del rectángulo de juego por lesión. El entrenador local, Rui Vitória, alentaba a sus pupilos desde la banda y con un cambio ofensivo intentaba remediar la ya inevitable derrota. Aunque, casi lo consigue. Sin embargo, el remate de Rubén Días, libre de marca, tras un córner sacado por Cervi no fue entre los tres palos. Ya en el tiempo de descuento, los aficionados lisboetas veían cómo el árbitro expulsaba a Luisao, por doble cartulina amarilla.
Un Benfica, practicamente, eliminado
Varapalo tremendo para el conjunto portugués que ve como se esfuma, prácticamente, la opción de clasificarse para la fase final de la competición más importante del viejo continente. Con esta última, son tres las derrotas en tres partidos que sitúan a los lusos colistas de su grupo con 0 puntos en su casillero. No obstante, le quedan tres finales por delante que debe ganar si quiere que su sueño se mantenga vivo.