Pocos seguidores rojiblancos han olvidado todo lo ocurrido con Agüero el verano pasado, pero es indudable que el Kun dejó una huella imborrable en el Atlético de Madrid. Uno de los momentos más recordados llegó en la temporada 07/08 con un partido espectacular del equipo entonces dirigido por Javier Aguirre, que arrolló el Barcelona sumando tres puntos que ayudarían a finalizar el año en cuarta posición y jugar la temporada siguiente la Champions League.
El Atlético vivía una situación parecida a la que vive este curso tras las bajas de futbolistas como el Kun o De Gea, que han obligado al club a empezar un nuevo proyecto casi desde cero. En el verano de 2007, la salida de Fernando Torres sirvió para conseguir dinero suficiente para invertir en fichajes y traer a jugadores de la envergadura de Diego Forlán o Simao. El equipo acabó consiguiendo su objetivo de acabar en los cuatro primeros puestos de la tabla, pero tuvo que trabajar duro para conseguirlo.
Uno de los puntos de inflexión de la temporada fue la visita del FC Barcelona a la ribera del Manzanares en la jornada veintiséis del campeonato liguero. El conjunto azulgrana, entrenado en aquel entonces por Frank Rijkaard, llegaba con la obligación de ganar para no perder de vista la primera plaza de la clasificación ocupada por el Real Madrid. Un Barcelona que llegaba al encuentro con una plantilla plagada de estrellas tales como Ronaldinho, Henry o Eto'o, pero con la sensación de que el ciclo de éxitos ya había acabado y llegaba el momento de cambiar de rumbo.
El choque comenzó mal para el Atlético de Madrid ya que Ronaldinho, muy discutido en esas fechas debido a su pésimo estado físico, adelantó a los azulgranas con una chilena que dejó helada a la grada del Calderón. Pese al golpe, el conjunto madrileño contaba con un as en la manga: Sergio Leonel Agüero. El delantero argentino se encargó de marcar el empate con un tiro desde fuera del área que rebotó en Puyol y despistó a Valdés. Posteriormente fabricó la jugada del segundo gol, obra de Maxi, forzó el penalti que transformó Forlán y cerró su exhibición con una jugada mágica, dejando atrás todo lo que le salía por delante, que acabó con un disparo ajustado que puso el cuarto tanto en el marcador. Eto´o maquilló el resultado con el 4-2, pero los tres puntos se quedaron en Madrid.
Este resultado metió de lleno al Atlético en la lucha por la Champions y hundió al Barcelona, que vio como el Real Madrid ganaba en Huelva y afianzaba su liderato. A la postre, el conjunto blanco ganaría el título liguero ‘obligando’ al Barça a reformar la plantilla y colocar en el banquillo a Pep Guardiola.
Después de aquel partido, Agüero empezó a llamar, todavía más, la atención de todos los grandes de Europa. Hubo más exhibiciones, pero la que de verdad hizo madurar al actual jugador del Manchester City fue la que firmó un 1 de marzo de 2008 en el estadio Vicente Calderón.