Ser uno de los equipos punteros del Grupo 3 y tener que visitar la Dani Jarque cuando tienes a varios equipos persiguiéndote es muy peligroso. El Espanyol B es uno de los mejores locales de la competición y no deja que ningún punto se escape de su casa. Los grandes, como el Reus, están bien enterados.

El inicio de temporada del filial espanyolista fue de un alto nivel. Es complicado calcar la trayectoria en el comienzo de la segunda vuelta y, en una derrota dolorosa, el Espanyol B no consiguió puntuar contra un Lleida que hizo pocos méritos para ganar. El Reus, que en la segunda jornada ganó al filial en un partido gris de los espanyolistas, creía que iba a ganar, pero como en la jornada pasada y al contrario que en la primera vuelta, el mismo resultado tampoco se produjo.

El Espanyol B salió más acertado que en Lleida. Mostró una versión más mejorada, más compacta y menos frágil en determinados momentos. El Reus no pudo tocar cómodamente pese a los numerosas pérdidas por parte de ambos equipos. Un equipo perdía el balón y lo recuperaba rápidamente; el otro lo imitaba. La intensidad estaba en el centro del campo y los delanteros tuvieron que bajar a recibir y ayudar a templar el juego.

La defensa del Espanyol B estuvo poco exigida pero cuando el Reus conseguía hilar una buena combinación la zaga salía al paso. No obstante, también hubo errores que pudieron costar más de un disgusto. Pero para ello estaba Ualoloca. El portero de Bel-Air, como ya ha hecho en otras ocasiones en las que ha tenido que jugar, acabó siendo providencial para que el Espanyol B no encajara gol. El arquero madrileño sacó todo su repertorio y calló las voces que señalaban que era un portero que no daba seguridad.

En la segunda parte el Espanyol B se encontró con una falta muy escorada, casi un córner. Lluís Planagumà pidió a Aarón que lo lanzara  igual que un saque de esquina pero el balón decidió hacer caso omiso a la trayectoria que había imprimido el lateral y a las indicaciones del técnico. Edgar Badía se topó con Adrià Dalmau en el salto y el balón, muy travieso, le pasó por al lado y se introdujo en la portería visitante.

El filial no dio tiempo a que el Reus se recuperara ya que en los minutos siguientes, y ya con el control del partido, trenzó una maravillosa jugada colectiva iniciada por Aarón y que culminó Dalmau para reencontrarse con el gol varias jornadas después.