El ambiente está caldeado en el Pizjuán, los jugadores verdiblancos tras el calentamiento se marchan al banquillo entre silbidos y la canción de Rocky de fondo. La capital andaluza hoy se prepara para recibir a los dos equipos de su ciudad en un derbi de los más seguidos y emocionantes de todo España. En Nervión observamos a las dos aficiones muy entregadas, en Gol Norte, su público porta una gran pancarta con el lema de “A Sevilla traemos fútbol, honor y gloria”, en la zona visitante, los béticos, tienen en sus manos varios luminosos de color verde. Realmente el comienzo del partido pinta ser emocionante.

El Betis golpea, el Sevilla contraataca

Rueda el esférico en el Sánchez Pizjuán y no dio tiempo a que el reloj marcara un minuto, cuando el Sevilla se encontró con un gol en su contra. Segundos después de que sacaran del medio del campo Joaquín dio el pase de gol al 6 del equipo verdiblanco, Fabián. Un tanto que el sevillano anotó tras rematar con la izquierda desde fuera del área.

Con el transcurrir del partido, los de Nervión, se iba situando dentro del terreno de juego e iban asimilando que estaban perdiendo frente a su afición. Con todo ello comenzaron las ocasiones de los rojiblancos y poco a poco se estaban empezando a hacer con su estadio, con su casa. El medio del campo era sencillo de traspasar para los de Montella y la defensa bética cada vez estaba más temerosa.

El problema entre las filas sevillistas era la poca definición a la hora de anotar el gol, pero tarde o temprano se predecía el empate dentro del terreno de juego.  Todo lo que se veía se hizo realidad, ya que en el minuto 13, Ben Yedder, ponía el 1-1 en el marcador. Por fin la afición rojiblanca podía celebrar un tanto que les había costado mucho conseguir, aunque la alegría no les iba a durar mucho.

Los de Quique Setién decidieron tomar una vez más las riendas del encuentro, y con ello, consiguieron ponerse nuevamente por encima en el marcador. El gol vino esta vez de las botas de Feddal que con un remate de cabeza desde el centro del área al centro de la portería ponía al conjunto de Nervión en apuros. Después de este gran jarro de agua fría, el Sevilla, decidió seguir por la misma línea e ir a por todas.

El público del Pizjuán coreaba las canciones de su equipo, mientras tanto, los rojiblancos sacaban sus garras para volver a repetir la maravilla del empate. Al otro lado se encontraba el Betis, que no estaba muy por la labor de que se repitiera lo mismo. Para ello, tenían entre sus filas a Fabián, que se movía a sus anchas por la banda volviendo loco a Escudero.

Finalmente la espera y las numerosas llegadas dieron sus frutos, en el minuto 39 el gol llegó para los sevillistas tras un cabezazo de Kjaer al centro de la portería, después de una asistencia de Franco Vázquez de cabeza. La defensa de Setién se quedó demasiado dormida sin reaccionar apenas al ataque. Los últimos minutos del encuentro se basaron en un constante de los de Nervión, con llegadas abrumadoras y con gran peligro.

Los de Quique Setién hunden al conjunto de Montella

El pitido que daba inicio al segundo periodo puso en marcha la maquinaria bética y sevillista haciendo que el ritmo fuera parejo. La intensidad del primer tiempo se hacía notar y ambos conjuntos estaban deseando dar una victoria a su afición. La defensa de Montella y la de Setién estaban más estructuradas y las jugadas no estaban tan claras como al principio.

El reloj corría y los visitantes se iban haciendo poco a poco con el partido ensombreciendo casi sin esperarlo a los de Nervión. Esta situación de crisis pudo verse en una jugada en la que Sergio Rico se encontró entre en la espada y la pared, después de que su defensa dejara al delantero solo ante él. Tanta presión y descontrol dieron sus frutos, en el minuto 62 Durmisi anotaba el 2-3 tras un remate con su pierna izquierda.

Los sevillistas no tuvieron tiempo de respirar y asimilar la derrota momentánea cuando de repente subía al marcador el 2-4 de las botas de Sergio León. Todo ello después de que este rematara con su pierna derecha tras ser asistido por Tello. En este momento todos los presentes se quedaron boquiabiertos y con una gran decepción en sus rostros.  

Los del Sánchez Pizjuán  no se podían creer lo que estaba ocurriendo, los verdiblancos habían cogido la delantera y parecían muy decididos a llevarse el encuentro. Sin embargo, los de Montella no se querían rendir ante su gran adversario. Su alegría llego en el minuto 66 cuando Lenglet daba un respiro a su equipo.

Los últimos minutos del encuentro se basaron en el acoso del Sevilla hacia el Real Betis que no iba a permitir que el partido se le volviera a ir de las manos, por ello, su contención fue salvadora. Los del técnico italiano no paraban de llegar a la portería de Adán pero la desesperación se palpaba en el ambiente, había llegadas pero pocas oportunidades de empatar. Cuando todo estaba ya acabado la piedra terminó por caer encima del Sevilla después de recibir en el descuento el 3-5 por parte del 20 verdiblanco, Tello, hundiendo de esta manera a los de Montella más aún.