Mucha ambición y pocos goles

Siete días después de la catástrofe que vivió el Salto del Caballo ante el Cercerda, los de la ciudad imperial recibían la visita de otro rival directo con muchos fantasmas del pasado sobrevolando el estadio. De hecho, la línea ascendente con la que llegaba el Valladolid B a Toledo representó sobre el césped los primeros minutos del juego sobre el césped. El filial pucelano protagonizó un gran inicio del encuentro acechando la meta local con continuos acercamientos y saques de esquina durante el primer cuarto de hora.

El Toledo de Miguel Falcón se repuso de forma positiva a ese inicio fulgurante de los visitantes y optó por un planteamiento más conservador, exento de la presión ofensiva que tanto ha caracterizado al Toledo esta temporada. El Valladolid B intentaba hacer daño por las bandas por medio de Samanés y Mayoral pero no aprovechó la superioridad que minutos después ya no tendría. Con el transcurso del partido, el Toledo empezó a adelantar líneas y a sentirse protagonista sin asumir los riesgos que en otras ocasiones les ha costado algún gol en contra. El trivote formado por Usero, Castro y De Lerma en el centro del campo empezó a asentar a su equipo con autoridad, destacando la participación del "puma", que protegido por la pareja Usero-Israel actuaba con total libertad de movimientos en la parcela atacante solo por detrás del delantero verdiblanco, Héctor Figueroa. Al Toledo solo le faltaban las ocasiones para fructiferar el buen juego que estaba cocinando, y fue este último, el que trató de llevárselas a la portería del visitante Dennis. El mejor del encuentro.

Figueroa se puso en modo profesor y quiso dar lecciones de los movimientos que debe tener un delantero, tanto cerca como lejos de la portería rival. El jugador canario del Toledo interpretó muy bien un pase filtrado de Usero, y en la frontal del área le bastaron dos toques para crear la primera gran ocasión del partido. Control orientado con el pecho para deshacerse de su rival, empeine para colocar el esférico, y pese a la situación esquinada dentro del área, Figueroa suelta un derechazo cruzado que solo el bote del césped pudo alejar del fondo de las mallas. En tan solo 5 minutos después, el delantero del Toledo volvería a soltar otro zarpazo que no hizo más que engrandecer la figura de Dennis. De Lerma, incontrolable para la defensa pucelana, puso un centro medido desde la derecha para que Figueroa hiciera el giro de cuello perfecto hacia el gol. Allí apareció Dennis con una gran estirada de reflejos, que además sirvió para mandar el esférico a saque de esquina. El partido comenzaba a estar donde el Toledo quería, desinflando a un Valladolid que fue de más a menos, aunque eso sí, siempre peligroso en sus salidas a la contra.

Comenzó fuerte el Toledo en los segundos 45 minutos, conscientes de que el ritmo del partido jugaba a su favor. Usero con una volea que propició otro paradón de Dennis, y de nuevo, Figueroa de cabeza, ponían las claves de la victoria del Toledo justo en el área blanquivioleta. La ambición del conjunto local crecía por momentos, y tan solo el árbitro fue capaz de bajar los decibelios impuestos por el equipo verdiblanco. No a base de malas decisiones, sino con las detenciones del juego. Todo lo contrario a lo que había protagonizado la primera mitad, con mucho juego y pocas interrupciones, los segundos 45 minutos del colegiado ceutí unido a las lesiones de Mario Robles y Carrascal en los visitantetes terminaron por frenar las mejores sensaciones del Toledo. Miguel Falcón, ante los contratiempos de la zaga visitante, buscó más velocidad con la entrada de Jony Montiel, pero el joven jugador verdiblanco estuvo impreciso y un tanto chupón, lo que terminó entorpeciendo los ataques verdiblancos. Pese a todo, el recién entrado al terreno de juego, Montiel, protagonizó otra de las ocasiones de la segunda parte cuando botó una falta desde larga distancia con un potente disparo que Dennis no pudo blocar, pero sí salvar a su equipo cuando Figueroa intentaba pescar el gol de la vitoria en el rechace. Dennis volvió a mostrar su candidatura a MVP del partido con una tremenda parada a bocajarro.

El Toledo lo intentó en los instantes finales sin mucha profundidad y acierto ante un Valladolid B que se sentía cómodo sobre el terreno de juego, y sobre todo, con el empate establecido en el electrónico. El final del partido denota que ambos conjuntos tuvieron sus momentos en el encuentro, pero quien más coraje y ambición presentaron fueron los verdes. Lamentablemente para ellos, los goles no aparecieron pese a la enorme figura de su delantero, Héctor Figueroa, y aparentemente el vencedor más claro de este empate no es otro que el Valladolid B después de encadenar su octava jornada consecutiva sin conocer la derrota. Lo dicho, mucha ambición y pocos goles, o lo que es lo mismo, querer y no poder.