Imanol Alguacil debutaba en Anoeta frente al Girona como entrenador de la Real Sociedad y el partido empezó como a cualquier entrenador le gustaría que comenzara, dominando el encuentro y creando ocasiones de peligro, haciendo que el Girona se limitara a correr detrás del balón sin crear ninguna ocasión de peligro.

Los txuri urdin salieron decididos a volver a recuperar las sensaciones de los primeros encuentros de la temporada y en la primera jugada del partido Januzaj avisaba a Bono que el partido iba a ser complicado para él y para su equipo. Tras unos primeros quince minutos de dominio por parte de los donostiarras llegaría el primer gol del encuentro, Canales obtendría el balón fuera del área y tras ver el desmarque de Oyarzabal, decidió centrar con la fortuna de que el balón se envenenó y acabó entrando por el segundo palo sin darle la opción a Bono de evitarlo.

La presión alta del Girona no hacia efecto ante la salida de balón de la Real, haciendo que Zubeldia y Pardo estuvieran más cómodos en el medio del campo. Este último sería uno de los protagonistas del segundo gol. Imanol apostó por el riojano y este le devolvió la confianza con una magistral asistencia entre líneas, tras un buen desmarque de Januzaj, para que el belga con toda la tranquilidad regateara con clase a Bono y marcara el segundo de la tarde.

La primera parte siguió dando mucho para los intereses de la Real quienes atacaban y manejaban el partido sin ninguna oposición del rival. Aun así, no pudieron alargar más las distancias por los fallos de Héctor Moreno y Oyarzabal. Estos dos pudieron marcar a pase de Januzaj pero ambos dispararon fuera, el belga que estaba en estado de gracia, llegó a línea de fondo en las dos ocasiones para regalar una asistencia pero ninguno pudo materializarlo.

Este inicio perfecto de los de Imanol consiguió neutralizar al equipo revelación del equipo quién no consiguió crear ninguna ocasión de peligro en la portería de Moyá. El portero tendría que pedir el cambio por un pinchazo en el aductor derecho haciendo que Toño, ante una gran ovación, se pusiera los guantes. El equipo se fue al descanso ante los aplausos de la afición quienes vieron una primera parte sensacional.

Sorpresa txuri urdin

Como viene siendo habitual, las segundas partes de los donostiarras son totalmente diferentes a los primeros 45 minutos, las remontadas, el perder peso en el partido y las derrotas lo caracterizaban, pero en este encuentro las sensaciones positivas tuvieron más importancia. El primer aviso de los gerundenses hacía presagiar lo peor de la Real. Stuani perdonaría la primera ocasión clara de su equipo tras aprovechar un espacio grande en la defensa txuri urdin. Toño salió a tapar espacios y lo consiguió, ya que, el uruguayo no consiguió rematar adecuadamente y el balón salió ligeramente desviado.

La Real empezaría a adueñarse de la posesión y de las ocasiones generando un ambiente de fiesta en Anoeta. William José avisaría con el tercero de la tarde. Tras un centro de Canales, Héctor Moreno prolongaría, desde el primer palo, el esférico para que el brasileño, en posición antirreglamentaria, batiera a Bono. El juez de línea acertó en el fuera de juego y el tanto no subió al marcador.

La ambición de la Real iba a más mientras que el Girona no daba señales de vida. Zurutuza, quien entró en el 65, cambiaría el porvenir del encuentro. El francés en el borde del área asistiría a Oyarzabal tras colar el balón entre las piernas de un defensor dejando al eibarrés delante de la portería. El canterano batiría a Bono disparando a la escuadra con la pierna derecha. Estos mismos protagonistas se verían involucrados en el cuarto gol de la tarde. Tras una magnífica combinación en el medio del campo, Zurutuza encontró un hueco en la defensa para asistir entre líneas a Oyarzabal quién llegaría al límite ante la salida de Bono, pero el rechace favorecería al conjunto donostiarra haciendo que el extremo empujara el esférico a la meta rival.

Tal fue la superioridad del equipo guipuzcoano que a falta de dos minutos del final Juanmi pondría la guinda al pastel tras finalizar la jugada en gol tras el pase de Zurutuza. Tres asistencias del francés en 25 minutos noquearon a los gerundenses quienes fueron incapaces de crear peligro. Hacía tiempo que Anoeta no disfrutaba tanto con el equipo, además los de Imanol consiguieron recuperar las sensaciones de las primeras imparables jornadas del equipo y la afición lo hizo notar tras despedir al equipo con una gran ovación.