El conjunto pucelano vuelve al José Zorrilla con el ánimo por las nubes y la mente en los puestos de playoff tras la victoria que consiguieron como visitantes en el partido en el que se enfrentaron al Real Oviedo, donde consiguieron llevarse la victoria por 1-2 en el Estadio Carlos Tartiere

En frente tendrán al Cádiz, un equipo que llega a esta jornada 36 ocupando la cuarta plaza de la clasificación con 58 puntos, distanciado del conjunto vallisoletano, que ocupa la novena posición, en cuatro puntos.

Sin duda, el conjunto de Sergio González buscará darle la vuelta al partido que disputaron en la jornada 16 de la Liga 1|2|3 en el Estadio Ramón de Carranza, en el que el conjunto Blanquivioleta cayó derrotado por 1-0 con gol de Álex Fernández al poco de comenzar el partido.

El partido ya iba teniendo una sensación un tanto extraña para el conjunto visitante desde el momento en que Luis César, antiguo entrenador del club, daba a conocer la lista de convocados, en la que no incluía ningún lateral izquierdo puro, por lo que optó por probar con Javi Moyano jugando a pierna cambiada.

El guion del partido fue claro reflejo de lo que se ha visto del Real Valladolid esta temporada en los partidos que ha disputado fuera de casa. Un equipo que, como venía siendo habitual, disfrutaba de la posesión durante todo el partido pero que no llegaba a tener una idea muy clara de lo que hacer con el balón en lo que al ataque se refiere.

Fruto de esta irregularidad que se dejaba ver desde el principio llegó el gol local en el minuto ocho tras un disparo desde la frontal del área de Álex Fernández, que llegaba sin marca y que pudo golpear sin problemas el balón que, tras rebotar en Kiko Olivas, defensa Blanquivioleta, el esférico despistó a Masip y terminó dentro de la portería

Muestra de la mentalidad del equipo fue Michel Herrero, que anduvo desubicado durante la mayor parte del partido, teniendo que retrasar bastante su posición cada vez que el equipo quería comenzar una jugada. Algo más notables fueron las actuaciones de Óscar Plano y Toni Villa, que fueron los únicos que, aunque escasamente, inquietaron en cierta medida a la zaga gaditana.

Aunque la afición y el conjunto local sabían que el partido no estaba ni mucho menos cerrado, la expulsión de Luismi en el minuto 84 terminó por desequilibrar del todo la balanza, haciendo que se esfumaran así las pocas posibilidades de los pucelanos para conseguir al menos el empate.