Azul y roxu. Así amaneció el día en Langreo. Balcones, ventanas y puentes del concejo engalanados para la ocasión, para devolver al Unión Popular a su sitio, la Segunda B.
Sol de justicia, temperatura más propia del sur de la península, y las calles repletas desde primera hora de la mañana. Era un día de fiesta. Los desplazados desde Orihuela, muchos y ruidosos, mezclados con la parroquia local en una demostración más de que el fútbol es una fiesta.
Recibimiento a los futbolistas
Más de dos horas antes del inicio, la afición local marchó recorriendo las calles de La Felguera, dejándose las palmas y la garganta en dirección al estadio para recibir y dar el último empujón a los suyos antes de la batalla. La afición visitante también estuvo presente para recibir a los jugadores del conjunto alicantino. Ambiente de gala con casi 4.000 almas en Ganzábal.
Primera mitad de tanteo
El primer acto siguió el guión esperado. Tanteo, nerviosismo y mucha, muchísima precaución para no cometer errores. El Orihuela esperaba consciente de su ventaja, y el Unión buscaba llegar a la meta amarilla, si bien es cierto que sin excesivo peligro en esta fase del encuentro. La primera fue para Omar, que envió alto un disparo desde fuera del área. Los visitantes tuvieron su único acercamiento del partido a la media hora, con un disparo de Brian con el interior tras una buena dejada dentro del área que se fue arriba. El respeto imperó y todo quedaría para la segunda mitad. Pablo Acebal envió la última del primer acto al limbo de falta directa. El susto lo dio Aimar. El mediapunta del Langreo tuvo que ser sustituido antes de la media hora de partido tras un choque con el visitante Marc.
La segunda, del Unión y de Cris Montes
Salió el cuadro langreano a por todas en la segunda mitad, sin especular y en busca del ascenso. Dio dos pasos hacia adelante el equipo de Hernán y la defensa del Orihuela comenzó a sufrir cada vez más. Fue Nacho Calvillo el primero en estrechar el cerco con un cabezazo que se fue arriba, pero, a la hora de partido, la locura. Centro desde la derecha, dejada perfecta y Omar Sampedro que engatilló de primeras con el alma para reventar la red amarilla. Patas arriba Ganzábal. Se vino abajo el coliseo langreano que tenía el regreso a la B a media hora.
Le tocaba proponer al Orihuela, lanzarse arriba y hacer obligatoriamente un gol que los ascendiera a la Categoría de Bronce. Nada más lejos de la realidad, aún más serio el conjunto de Hernán. Un Hernán que dio con la tecla con la entrada de Cris Montes. El pequeño jugador langreano hizo lo que quiso desde que pisó el verde. En su primera aparición, cogió el balón en tres cuartos escorado a banda derecha, dejó clavados a dos rivales por velocidad y al tercero con un caño, y su disparo desde la linea de fondo se estrelló en la parte exterior del poste izquierdo de la meta visitante. Cada vez que cogió la pelota le hizo un descosido a la zaga visitante y eso lo sabían los locales, que lo buscaban continuamente.
El Orihuela se lanzó a la desesperada en busca del ansiado gol, pero no consiguieron disparar entre los tres palos y, además, permitieron que el Langreo casi sentenciara el partido en una contra de libro que cruzó en exceso Andrés Cabranes.
Al final, victoria, remontada y ascenso. Volvió, tres temporadas después el Unión Popular de Langreo a Segunda División "B", dejando atrás la Tercera División por qué no, de manera definitiva.
