Las oscura sombría que marcaba un ‘vía crucis’ eterno, lúgubre y taciturno. Capaz de lo mejor y lo peor, el Barça B sucumbía en el desastre tras descender a Segunda División B en la temporada de su ascenso. Capitaneados por Gerard López, el filial azulgrana descuidaba su esencia para naufragar a la deriva en un guión anunciado. Sólo García Pimienta, al mando de la tripulación en el último tramo de la temporada, conseguía resguardar las partituras de una obra precipitada al olvido.

García Pimienta en el banquillo del Barça B esta temporada. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Pese a no poder mantener la categoría, el sabio de La Masía logró encauzar el frágil comando azulgrana encadenando una racha de resultados óptima en el tramo final del curso para devolver la sonrisa perdida en el vestidor catalán. Erguido como capitán del navío desde primer momento, García Pimienta asentó este curso las bases perdidas en el filial para mantener la cantera como columna vertebral de un proyecto que comienza a volar. Forjado con una plantilla ‘made in Masía’, el técnico catalán dirige a sus pupilos anteponiendo la calidad de la cantera frente a la eterna duda de la cartera. Convencidos de ello, y con los canteranos como estandarte de un esbozo que empieza a brillar, el Barça B vislumbra desde lo alto de la tabla un plan trazado para soñar.

Terceros en la tabla con 14 puntos, sólo dos separan a los catalanes de las primeras plazas ocupadas por el Villarreal CF B, líder con 16 puntos, y el Hércules CF, colíder del Grupo III de la Segunda División B. Atrás dejan un mal arranque de temporada con las dos derrotas iniciales frente al CD Alcoyano (3-1, jornada 1) y la SD Ejea (0-1, jornada 2) para encadenar una espiral de seis partidos consecutivos puntuando (cuatro victorias y dos empates) y una suma de 14 puntos de los 18 posibles. El estilo, marcado a fuego como estigma inequívoco, encauza el camino del Barça B en una temporada con la formación de las promesas de la cantera como objetivo. Despojados del manto de la presión del ascenso, el conjunto de García Pimienta focaliza un propósito esclarecedor que permite volar sin ataduras a una plantilla que aspira a ganar.

El Barça B celebrando su primera victoria de la temporada ante el CE Sabadell. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Con una plantilla formada en su esencia por el grupo del FCB Juvenil A que alzó al cielo de Nyon la temporada pasada la segunda UEFA Youth League de la historia ‘culé’ y dirigidos por el propio 'Pimi', el Barça B endulza su escuadrón con jugadores de la casa. El siempre omnipresente Carles Aleñá, figura engrandecida en el filial, la táctica depurada en la medular de Oriol Busquets y Ferrán Sarsanedas, y el excelso estado de forma de Rafa Mújica tras completar el curso anterior su cesión a la UE Cornellà culminan el equilibrio perfecto de una plantilla formada en La Masía adornada con hombres como Ballou Tabla para fortalecer los cimientos de la cantera.

Carles Aleñá y Rafa Mújica esta temporada. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Sin presión, pero saltando sobre el verde con el propósito siempre de ganar, el FC Barcelona B baila liberado esta temporada en la Segunda División B. Una combinación perfecta que bajo la batuta de un genio en el banquillo dotan al filial catalán de la mejor receta para engrandecer un equipo con ganas de más.