Análisis postpartido: el estilo de juego del Getafe acabó desesperando a toda Vallecas

El Rayo Vallecano regresaba a su estadio después de un tiempo sin disputar partido alguno con el deseo y hasta la necesidad de brindarle a su afición la primera victoria en este regreso a la máxima categoría de fútbol español.

Análisis postpartido: el estilo de juego del Getafe acabó desesperando a toda Vallecas
Los jugadores del Rayo Vallecano tras el gol de Raúl de Tomás | Imagen: www.laliga.es
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Por Carlos OrtegaMarchamalo

En cierta medida, el encuentro sí exigía a los franjirrojos cosechar un resultado positivo, a poder ser una victoria, ya que encadenaba varias semanas sin obtener el triunfo, hasta cuatro jornadas consecutivas. Esta circunstancia tan importante en el mundo del fútbol, había hecho que ya aparecieran los primeros que cuestionaran la labor de Michel en el banquillo rayista. Sin embargo, para la mayoría de los que tienen el corazón cruzado por una franja, el entrenador gozaba de toda su confianza, apoyándose en el magnífico trabajo que hasta el momento había realizado en el club.

El parón por selecciones había otorgado al técnico madrileño la posibilidad de trabajar aspectos importantes del juego junto a gran parte de su plantilla, así como concienciarles de la relevancia del partido que llegaba frente al Getafe. Para el propio choque, el míster había tenido que llevar a cabo retoques en la convocatoria, en la que no estaban presentes hombres que hasta la fecha habían sido titulares indiscutibles como Álex Moreno, baja de última hora, o el propio Kakuta, además de otros hombres con presencia durante las jornadas disputadas hasta el momento, caso de Álvaro Medrán, expulsado en el último partido que el Rayo disputó frente al Leganés. De este modo, formaban parte de la convocatoria hombres que hasta el momento había sido poco habituales, como Javi Guerra o el joven canterano franjirrojo Sergio Akieme, este último siendo incluso titular para cubrir la inesperada baja de Álex Moreno.

Enfrente, sobre el terreno de juego, se iba a encontrar el conjunto vallecano al Getafe. Por todos los que prestan cierta atención a la Primera División, es conocida la peculiar forma de juego que plantea el equipo azulón. Y no menos consciente de ello iba a ser el propio Michel. Durante estos días sin partido oficial, el técnico se había empleado en estudiar a su rival, además de confeccionar un planteamiento para superarles.

En cambio, en el campo no todo iba a ser tan sencillo. Desde un primer momento los visitantes dieron muestras de cómo iban a afrontar el partido. Así, se empleaban con contundencia para erradicar cualquier intento de crear jugadas de peligro de los franjirrojos. Mientras tanto, el Getafe trataba de aprovechar las jugadas a la contra, empleando el juego directo, para adelantarse en el marcador. Pese a los intentos de ambos equipos, las defensas y en último término los porteros, se mostraban muy acertados poniendo fin a cualquier ataque de los delanteros, llegando incluso el guardameta rayista Alberto a realizar una parada decisiva para evitar que su equipo encajara gol.

El paso de los minutos no provocaba que la peligrosidad de los acercamientos a las áreas se incrementara. Los jugadores locales debían sobrepasar el rocoso entramado defensivo getafense, caracterizado por la contundencia y la intensidad. Por momentos, los azulones se empleaban con demasiada energía, encadenando numerosas faltas que interrumpían constantemente el juego. Estas acciones cada vez desagradaban más a la afición vallecana. Al descanso se llegó con el mismo marcador con el que había dado comienzo el partido.

El segundo tiempo lo inició el Rayo con la idea de adquirir mayor dominio en el juego a través del control de la posesión. Sobrepasado el minuto 60, tuvo lugar un hecho que iba a cambiar el devenir del partido. El Getafe lograba ponerse por delante en el marcador mediante una jugada aislada. Esto fue un mazazo para todos los franjirrojos, que veían como su insistencia para lograr el gol no daba sus frutos. Pocos minutos después, un infortunio del lateral izquierdo rayista Akieme, suponía que los visitantes aumentaran su ventaja. Un golpe aún mayor para el Rayo. Sin embargo, en el minuto 75, los vallecanos recortaban distancias gracias al gol anotado por Raúl de Tomás. Desde ese momento, las esperanzas de los presentes en Vallecas aumentaban al mismo tiempo que los franjirrojos incrementaban sus ataques. Para poner fin a estos, el Getafe volvía a recurrir al juego que había empleado durante algunos minutos de la primera parte, interrumpiendo en continuas ocasiones el desarrollo del partido, a veces con excesiva contundencia, además de pérdidas de tiempo. Los aficionados rayistas, ante este juego tan intenso de los visitantes, mostraban su desaprobación. Este malestar de los aficionados se plasmaba incluso sobre el terreno de juego, llegando incluso los jugadores del Rayo a mostrar su desesperación. La tensión del partido crecía a medida que se aproximaba el minuto 90, con numerosas amonestaciones para los jugadores, y hasta la expulsión por doble amarilla de Óscar Trejo.

El partido concluía con el resultado de 1-2 y el fuerte enfado de todos los rayistas por el juego practicado por el Getafe durante los momentos importantes del partido.