Los fantasmas regresaron al Ciutat de Valencia  para un FC Barcelona plagado de suplentes ante un aguerrido Levante. Desdibujados desde el inicio por un pletórico conjunto granota, que encarriló la victoria en la primera parte, los suplentes de Ernesto Valverde consiguieron en el tramo final un gol que les permite seguir con vida en los octavos de final de la Copa del Rey, pero que no logra borrar la decepcionante imagen culé.

Llegaba el equipo azulgrana al Ciutat de Valencia avisado tras el alarmante resultado cosechado la pasada temporada por 5 goles a 4 ante el conjunto granota. Con el propósito de encarrilar una nueva eliminatoria del torneo del KO, el elenco de Ernesto Valverde se presentaba en tierras valencianas con un once plagado de alternativas en todas las líneas, que salió una vez más con quemaduras del infierno granota.

Salió el txingurri con un plantel repleto de suplentes,con Jeison Murillo luciendo por primera vez la zamarra azulgrana como la principal novedad en una inédita zaga que completaban Juan Miranda, Chumi y Nelson Semedo. Habiendo dejado a las vacas sagradas en la ciudad condal, apostó desde el inicio por un trivote formado por Sergio Busquets como referencia,  acompañando a Carles Aleñá y Arturo Vidal. Los tres, con el objetivo de calibrar la labor creativa azulgrana, daban paso a un eléctrico tridente formado por Malcom, Ousmane Dembelé y Philippe Coutinho, que sin embargo quedó fuera de cobertura a lo largo del choque. Velocidad y calidad se mezclaban en la alternativa ofensiva decidida a encarrilar desde el minuto uno el cruce.

Sin embargo, nada salió como estaba previsto, almenos para los visitantes, y se encontraron otra vez con el desparpajo granota. No escondió  sus cartas Paco López, que a pesar de no contar con algunas de sus referencias, dejando fuera de la lista previa a hombres como Roger Martí o Rober Pier, mostró un plantel ofensivo dispuesto a dar guerra a su favorito enemigo. Con Borja Mayoral y Emmanuel Boateng como lanzas en ataque, trató el conjunto granota de repetir la gesta del mes de mayo, en el que su conjunto vapuleó en juego y resultado a la armada de Ernesto Valverde, por lo que salió desde el minuto uno a por el marcador, mediante una presión alta y una defensa avanzada que volvieron a sorprender a los visitantes. Con la intensidad como estandarte consiguieron los locales noquear desde el inicio a un descentrado conjunto barcelonista, que se vio sorprendido por el conjunto de Paco Lopez en los primeros compases del choque.

Tan sólo tres minutos después del pitido inicial, el central uruguayo Erick Cabaco cabeceaba un centro desde la banda del exblaugrana Ruben Rochina  para poner el 1 a 0 en el marcador, haciendo presagiar otra noche estrepitosa en el Ciutat de Valencia. Mucho más intenso, lograba el premio  un incómodo Levante nada más empezar y no desistió en el hito de sorprender de nuevo al barcelonismo. Boateng, principal amenaza en la arremetida granota, la tuvo en sendas ocasiones antes de que llegara otro bazazo de los locales.

Fue el exmadridista Borja Mayoral quien dilapidó las esperanzas del conjunto de Valverde poco antes del minuto veinte, culminando bajo las piernas de Jasper Cillessen una jugada individual. Así, un  frío y descolocado Barça veía como empezaban a hacerse realidad sus delirios, presagiando la peor de las pesadillas, en un duelo que presentaba imágenes antagónicas de ambos equipos.

Arriba, el infortunio se incrustó entre el tridente azulgrana, y ni Malcom, ni Ousmane Dembelé eran capaces de fulminar sus escasas llegadas. El insaciable acervo de Paco López superaba a los azulgrana en todas las facetas del juego, y no dejaba opción a una alejada remontada. Aitor Fernández, bajo palos, fue el principal encargado de mojar la pólvora barcelonista, para mantener la renta hasta el término del primer periodo. Al descanso, 2 a 0 para un Levante que desdibujaba por completo a un desconocido conjunto visitante, empezando a gestar otra nueva goleada en el Ciutat de Valencia.

Salió con más chispa en la segunda mitad el elenco de Ernesto Valverde, pero sin acierto en la finalización. En los primeros compases de la vuelta del entreacto presenciamos a un incisivo Carles Aleñá, que junto a Philippe Coutinho quiso dotar de calidad al juego culé mediante rápidas transiciones. Sin embargo, seguía sólido el conjunto levantino, que no aflojaba y probaba constantemente el marco del neerlandés Cillessen. Consiguió por fin el cuadro barcelonista retener la posesión en el primer tramo del segundo tiempo, pero sin peligro alguno, resultando estéril todo intento de combinación o acercamiento a la meta rival.

Ernesto Valverde, trató de añadir combinaciones en su desdibujado puzzle para evitar males mayores. Sergi Roberto y Clement Lenglet se erigían como relevos de los verdes canteranos Chumi y Juan Miranda, a los que se les quedó grande su papeleta. Pudo Morales hurgar en la herida del Barça, verde tanto por el color de su camiseta como por su juego, en un mano a mano con Cillessen que se marchaba ligeramente desviado.

Dejaba el terreno de juego un desaparecido Malcom, dando entrada al oportunismo de Denis Suárez, quien empezó desequilibrando con cierto desparpajo nada más entrar. Fue precisamente el gallego el más incisivo en los compases finales del encuentro, provocando un penalti en el minuto 84 que permitía al cuadro azulgrana recortar distancias de cara a la vuelta. Sin merecerlo en exceso, Coutinho se encontró con su diana de la noche, dando vida al Barça en la eliminatoria. El brasileño, sin mostrar su mejor versión, batía por bajo a Aitor y colocaba el primer tanto culé. Denis  siguió siendo la principal amenaza desde su ingreso al verde, y aprovechó los minutos que le regaló el cuerpo técnico. Dembelé lo probó con la misma poca fortuna que a lo largo del encuentro, mediante tímidos disparos desde la frontal aerea.

Salvó los muebles Denis Suárez, dando a Coutinho el gol que permitía al conjunto culé salir con vida del infierno granota, en el que decepcionó en todas las facetas del juego. Tan solo la nueva cara de Valverde, Jeison Murillo y los minutos del centrocampista gallego, endulzaron mínimamente una amarga velada en Valencia que todo culé preferirá mantener en el olvido.