Con los ojos llorosos, con la tristeza facial presente y un gol que le había partido el corazón. Así mostró su cara Dani Ceballos después de castigar a la que fuera su afición con el gol del triunfo para el Real Madrid. Porque el andaluz no olvida y sí perdona los pitos recibidos en su casa. Allí donde los de Setién estuvieron dominadores, asediaron la meta blanca tras el tempranero tanto de Modric y hallaron el empate con suspenso, con VAR y con Canales. Al final, el fútbol no fue justo con el juego bético desplegado. Pero tampoco fueron justos los silbidos al 'Mago de Utrera'. Justicia, la justa. 

Eso sí, antes de rodar el balón, novedades en ambos conjuntos con cambios tanto de Setién como de Solari. Por parte bética, el técnico introducía un sistema diferente con cuatro defensores. Mientras, el argentino daba la titularidad a Valverde para sustituir al lesionado Kroos, jugaba Reguilón y también Keylor Navas. Tornas cambiadas, pues el Real Madrid era el que salía al Benito Villamarín con tres centrales. 

Modric golpea y el Madrid aguanta atrás

Esa apuesta táctica la ganó el entrenador blanco al cántabro. Además, con Vinicius Jr jugando, pronto iba a generar la primera llegada peligrosa. Porque su velocidad y regate complica a las defensas. La del Betis no iba a ser menos. Tampoco la filosofía de tarjetas que caracteriza al colegiado Hernández Hernández. Daba igual que apenas se llevasen jugados tres minutos: amarilla a Guardado por frenar con una entrada al brasileño en su primera carrera.

La segunda sirvió para que el Real Madrid se adelantase en el minuto 13. Recibe e inmediatamente la toca hacia atrás en un auto-pase (o eso parecía), pues por allí andaba Benzema para continuar la contra, perfilarse y disparar. Bloqueo rival, también al posterior intento de Carvajal. Al tercer chut, la vencida blanca: golazo de Luka Modric con su zurda. Helado se quedaba el estadio andaluz. El Betis dominaba, el equipo madridista golpeaba. Pero por poco tiempo.

Porque los de Setién tocaron y tocaron con un equipo rival replegado atrás. Disparo desviado de Lo Celso, falta directa fuera de Canales y otro tiro del ex madridista sin coger portería. Solo respondió Vinicius en una rápida transición blanca dirigida por Carvajal y Benzema. Entonado andaba el talento brasileño, pues en otra salida tocó preciso para dejar solo a Valverde. Por suerte para los verdiblancos, fue al suelo Barragán para salvar en el último instante. 

Apretón del Betis y triste castigo de Dani Ceballos

Benzema se dislocó un dedo en la última jugada antes del descanso y tras la pausa, Cristo debutó en Liga Santander. Con ni Dios en el banquillo para la delantera (aunque aún están en mes de mercado), le tocaba salir al canterano. Eso sí, prácticamente no toco balón. Porque el apretón del Betis fue tan serio que los de Solari se olvidaron de jugar. En una encerrona total, monopolio bético

Entre toque y movimiento del esférico de un lado a otro, una volea fuera de Guardado ya avisaba del devenir. Pero ese futuro llegó con retardo. Es el gafe del VAR. Balón al espacio para Sergio Canales y definición con caño del ex madridista. En principio, fuera de juego. Como si de un control remoto de jugada se tratase, pausa en medio de la celebración hasta que Undiano Mallenco observó que el futbolista estaba en línea. Ajustada posición, pero gol. Merecido empate local. 

Pero el sufrimiento que se preveía blanco terminó siendo de un Villamarín que pagó su crueldad. El Betis se creyó la remontada y achuchó, pero Ceballos salió para achicar agua a lo grande. Como los talentos saben: con un gol de falta magistral. Corrió Casemiro, recibió el atropello de Calvalho y en el duelo de pivotes, victoria para el utrerano.

Golpeo fabuloso, silencio en el estadio y manos arriba de arrepentimiento de ese jugador "especial", como calificó  una vez Luis Enrique al mago sevillano. Sensación agridulce para él, pero tres puntos para los blancos. Sin haber jugado ni llegado casi al área. Al final, mucho oficio y un nombre -Ceballos- decidió con ese karma cayendo sobre la hinchada de un buen Betis. En el fútbol, los sentimientos también cuentan.