El conjunto franjirrojo visitaba a un rival rocoso y complicado como era el Getafe con la predisposición de mostrar también en este encuentro las buenas sensaciones transmitidas en la última jornada liguera disputada frente al Atlético de Madrid. De inicio ambos equipos mostraban su intención de hacerse con el control de balón, pero, la realidad del juego era bien distinta, caracterizándose el desarrollo del partido por lo trabado del mismo. Sin ocasiones muy destacadas se aproximaba el minuto 30. En ese momento, el cuadro local conseguía ponerse por delante en el marcador al materializar una jugada un tanto trabada que, a posteriori, tuvo que ser revisada por el VAR durante algunos minutos por un más que probable fuera de juego de un jugador getafense. Aún en el primer tiempo, los azules anotaban su segundo tanto, pero era anulado por posición antirreglamentaria. Con este resultado y las malas sensaciones transmitidas por el Rayo, se llegaba al descanso. El segundo periodo lo iniciaron los vallecanos con la intención de reconducir la situación. En las proximidades del minuto 60, Raúl de Tomás igualaba el electrónicos y su equipo proseguía con su idea de controlar el encuentro. Pero, poco después, recibían un nuevo mazazo en forma del segundo gol local al materializar una contra. Pese a intentarlo con todas sus fuerzas, los futbolistas visitantes se marcharon con una nueva derrota.

El Rayo Vallecano afrontaba un nuevo choque liguero como una nueva oportunidad para prolongar las buenas sensaciones mostradas en el último duelo frente al todopoderoso Atlético de Madrid. Los vallecanos, además, poseían una cierta obligación por reconducir su situación, pues enlazaban tres jornadas consecutivas siendo batidos de forma dolorosa por su rival. Para lograr un resultado positivo y volver al buen momento de comienzo de año, el técnico rayista Míchel volvía a disponer prácticamente de la totalidad de su plantilla tras el regreso del tocado Imbula y del sancionado Velázquez.

Por su parte, el Getafe llegaba al partido con la posibilidad más que real de situarse en los destacados y privados puestos de Champions League en caso de triunfo, al menos de forma provisional y a expensas de los resultados de los demás equipos situados en las cercanías de estas posiciones. En suma, los azulones pretendían continuar la racha de resultados positivos que encadenaban y que le habían situado en la parte alta de la tabla clasificatoria.

Primer periodo poco vistoso

El partido se iniciaba con la intención de ambos conjuntos por adueñarse de la posesión del balón y el control del juego. Sin embargo, buena parte de los minutos de la mitad de la primera parte se caracterizaron por ser un tanto trabados, sucediéndose continuas pérdidas de balón por los jugadores de ambas escuadras debido a la escasez de precisión de estos en los pases que se producían. El Getafe, si acaso, era el equipo que generaba algo más de incertidumbre sobre el área vallecana, pero sin traducirse estas aproximaciones en ocasiones fructíferas.

Cuando el minuto 30 del choque estaba a punto de alcanzarse, los getafenses lograban ponerse por delante en el marcador al convertir en gol una jugada aislada, así como trabada. Inmediatamente en ese momento daban comienzo unos instantes de incertidumbre, pues la jugada del tanto era revisada por el VAR por posible fuera de juego de un jugador local. Finalmente, y tras varios minutos, la acción era dada como válida.  Desde ese momento, el peligro generado por los azulones se incrementaba del mismo modo que lo hacían sus ocasiones sobre la portería rayista. De nuevo, en el minuto 40 los locales anotaban una nueva diana, pero, en esta ocasión, resultaba invalidada por fuera de juego.

De esta forma se llegaba al descanso, con el resultado de 1-0 a favor del Getafe y las no muy buenas sensaciones transmitidas por el Rayo Vallecano durante los primeros 45 minutos.

Tras la reanudación, mejores intenciones de los franjirrojos

Después de pasar por los vestuarios para descansar, además de reordenar ciertos aspectos para reconducir la situación, los vallecanos iniciaban el segundo tiempo con la apariencia de transmitir una mejor impresión, tratando de hacerse con la posesión del cuero. En un primer momento, parecía que así era y el peligro generado por los azulones disminuía. En cambio, esto no se traducía en ocasiones medianamente claras. Para generar más peligro, el técnico del Rayo, Míchel, daba entrada al veloz Álvaro García en sustitución de Embarba.

En el minuto 60 tenía lugar un hecho inesperado para algunos. El goleador rayista Raúl de Tomás lograba igualar el resultado al introducir en la portería local un disparo desde fuera del área en una jugada aparentemente sin demasiado peligro. Toda una alegría para los franjirrojos, que con el tanto de su equipo aumentaban sus esperanzas de cosechar un resultado positivo, incluso un triunfo. Inmediatamente después, el fichaje invernal Mario Suárez hacía acto de presencia en el partido en lugar de Imbula para, de esta forma, mejorar la fluidez del juego vallecano.

Pero la alegría visitante poco iba a durar. Cuando no habían pasado ni diez minutos del tanto que igualaba el marcador, el Getafe materializaba un contragolpe rápido y conseguía volver a situarse por delante en el marcador. Un nuevo mazazo para el Rayo, que creía que con el gol del empate se podía reconducir la situación.

A pesar de esto, los jugadores rayistas lo intentaban a la desesperada, conscientes de que el resultado ya no podía ser peor, pues se encontraban por debajo en el luminoso. El técnico vallecano gastaba su último cartucho dando entrada a Pozo y retirando a un defensa, pero, pese a las pretensiones del Rayo, de nada servían tales esfuerzos.

De este modo, se llegaba al final del partido con el resultado de 2-1 a favor del Getafe, y lo que suponía una nueva derrota para el Rayo Vallecano, convirtiéndose en la cuarta consecutiva. Un nuevo duro golpe para los visitantes, más aún si cabe por las malas sensaciones transmitidas durante muchos instantes del partido.

Pensando ya en el futuro, el Rayo miraba ya en la siguiente jornada, que supondría un partido de vital importancia al enfrentarse frente al Girona, un rival directo por la permanencia y para el que contaría con el apoyo extra de la incansable hinchada del Estadio de Vallecas.