La torre del asedio, pieza clave

En Motilivi, Alguacil, debió optar por un falso ariete. Esta disposición, le quitó peso al ataque donostiarra y por ello, valoramos la importancia de dos elementos indispensables en esa faceta: Willian José y Mikel Oyarzabal.

La torre del asedio, pieza clave
Foto: Oscar Alonso-VAVEL-.
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Por Oscar Stefano De Antoni

La Real Sociedad encuentra dificultades cada vez que no está Willian José. El delantero brasileño de pasado reciente en la Unión Deportiva Las Palmas, desde que se vistió como txuri urdin se ha convertido en una pieza esencial en el esquema del equipo de San Sebastián. Tanto el '12' como sus dos alas: Adnan Januzaj y Mikel Oyarzabal. Ese tridente, en combinación, configuran una sociedad sustancial para el esquema de Imanol Alguacil. 

Willian José de 27 años de edad en su segundo curso bajo las filas del representativo guipuzcoano, lleva un total de 84 encuentros con 43 goles en su cuenta personal (0.5 de promedio). En forma colectiva, desde una perspectiva numérica, el aporte del delantero verdeamarelo y Oyarzabal ha sido destacable, ya que de los 32 goles que posee el cuadro realista en Liga, 17 (53%), además de tres y una asistencia. Mientras tanto, el futbolista belga concedió desborde y también tres asistencias. 

En lo que se refiere a su participación en el once de arranque, estas tres piezas del ataque donostiarra presentan un historial positivo en la presente temporada. El delantero brasileño de 21 titularidades cuenta con un acumulado de ocho victorias, siete empates y misma cantidad de derrotas. En tanto, el eibarrés de 28 presentaciones a partir del minuto cero, nueve triunfos, once igualdades y siete derrotas. Por su parte, el belga, siete victorias, cinco empates y dos caídas. 

Las alas y cabeza txuri urdin

Desde lo futbolístico, en caso de que la Real Sociedad sea una figura que necesita mantenerse de pie para avanzar. Lo primero que necesita ese cuerpo es mantenerse estable y de pie, a través de un cimiento sólido, con su tendón de Aquiles en Gerónimo Rulli, responsable. Este, respaldado mediante  un sostén vigoroso por delante en la zaga defensiva (Héctor Moreno-Raúl Navas-Diego Llorente) por la zona central de la retaguardia. También, contenidos para no quedar en soledad a la intemperie por las coberturas de los laterales, firmes  a la hora de marcar y sin complejos para ser una opción en ofensiva (Joseba Zaldúa y Theo Hernández). 

Foto: Gio Batista-VAVEL-.
Foto: Gio Batista-VAVEL-.

Luego, el punto de equilibrio, el intermedio que mantiene al cuerpo ante cualquier contingencia para que no se desestabilice y pueda proseguir en pie. El doble pivote (Igor Zubeldía-David Zurtuza), ejerce esa faceta para actuar de caparazón en la protección de la última línea, que cuenta con un escudero para que no sea atacado (Mikel Merino), laborioso sin el balón y criterioso cuando lo tiene. Este, posee a su derecha e izquierda dos alas (Mikel Oyarzabal-Sandro/Januzaj) que son esas turbinas que le dan el toque de distinción a la hora de diagramar los ataques para que la referencia, la cabeza (Willian José) culmine las jugadas y el balón llegue limpio, no deba retroceder en demasía, no se vaya de la zona de influencia. 

Para ser más concretos, la Real Sociedad necesita de esos tendones y todo el tren inferior (arquero, defensa), punto de equilibrio y escudero (doble pivote, mediocentro ofensivo) como así también de esas alas, para que juntos en forma asociada y colectiva, funcionen de un modo óptimo. Dentro de dicho andamiaje, la labor de Willian José y Oyarzabal, prima como punto distinguido, tanto en la faceta ofensiva (el potencial goleador) como en la defensiva (primera línea de presión, retroceso, etc.). Estos dos, deben acoplarse al resto como asimismo los demás, para que las partes formen un todo sólido como lo ha ido consolidando el capitán del barco, su entrenador, Imanol.