El Real Valladolid ha conseguido levantarse de la goleada recibida en el Camp Nou, y de qué manera. El conjunto blanquivioleta sumó tres puntos tras derrotar al RCD Mallorca por 3-0 en un partido muy raro en todos los aspectos. El Pucela empezó dormido los primeros 30 minutos, y un córner puesto por Michel lo remató Joaquín al fondo de las mallas, lo que se criticó al mediocentro por poner mal los balones parados, y por fin han surgido efecto.

La segunda parte empezó con un penalti de Fabricio a Unal, que transformó el turco, su primer gol esta temporada. Por si fuera poco, Sergio sacó a Sandro a falta de 20 minutos para el final y el canario puso el 3-0 con un trallazo y rompió su maleficio de más de dos años sin marcar en partido oficial. Todo esto, ante un Mallorca que no creó mucho peligro sobre la portería de Masip, pero que compitió con mucha intensidad.   

El conjunto bermellón salió con mucha ambición, especialmente con un activo Lago Junior que intentó hacer daño desde la banda. Sin embargo, el costamarfileño se topó con una línea defensiva blanquivioleta infranqueable que se encargó de evitar que el rival tuviese un solo disparo claro. El nivel defensivo del Valladolid es espectacular, sobre todo gracias a Salisu y a Olivas, cuarto partido de los últimos siete sin encajar.

A partir del minuto 25 el Pucela creció, se hizo con balón y llegaron las oportunidades. Plano fue el que consiguió llevar el equipo hacia delante y dio un recital de como jugar entre líneas, suyas fueron las ocasiones más peligrosas. La más clara con un centro de Moyano, que se fue de su par y pisó área, pero con la pierna derecha Plano no encontró portería. El Mallorca rondaba también se acercaba al área local, pero con centros laterales que no encontraban rematador, Masip apenas tuvo que intervenir.

La del “10” había sido de las pocas ocasiones del partido, pero en el minuto 40 se rompió el marcador. En un encuentro al que le faltaba chispa llegó el gol a balón parado, en un córner, que Michel colgó al segundo palo donde entró, imperial, Joaquín para mandarla al fondo de la red, un centro de Michel surgió efecto, ¿se acabaran las críticas con eso? Con 1-0 y un Valladolid más asentado en el campo se llegó al descanso.

El gol dio al Pucela la confianza para irse hacia delante y buscar el segundo, y lo consiguió. El Enes Ünal peleón y luchador de siempre por fin encontró recompensa a tanto esfuerzo. Luchó por un balón dividido, forzó el error de la defensa y fue muy listo para provocar el penalti cometido por Fabricio. El internacional turco se encargó de transformar el penalti para poner el 2-0 en el marcador en el minuto 50.

Este segundo gol tan rápido fue un duro mazazo para los mallorquines, que no supieron reaccionar. Se vio a un equipo blanquivioleta sin pasar ningún apuro y que en varias ocasiones pudo sentenciar. La ocasión más clara fue una contra liderada por Guardiola, que arrastró a dos defensas y se la cedió a Plano para el mano a mano, pero Fabricio evitó la sentencia con una gran parada. Budimir y Abdón tuvieron sus opciones ya en la recta final, pero Masip detuvo ambas con facilidad.

En el minuto 94, llegó el tan ansiado gol de Sandro. El Estadio José Zorrilla enloqueció con el golazo del delantero canario. Al borde del llanto, lo celebró abrazado a sus compañeros y se acabó su sufrimiento. Es un gran delantero al que le faltaba marcar, y por fin llegó un gol que esperemos que sea el primero de muchos con la camiseta blanquivioleta.   

El Real Valladolid se sitúa décimo con 17 puntos en la clasificación y ya piensa en el próximo partido, en Vitoria, ante el Deportivo Alavés el sábado 9 de noviembre a las 13 horas.