El pasado 26 de noviembre, el club confirmaba los malos augurios sobre la lesión de Escudero. El lateral zurdo tuvo que retirarse en camilla en el encuentro frente al Krasnodar por una mala caída que terminó con una luxación en el codo, una lesión muy parecida a la que tuvo frente al Villarreal en la temporada 18/19. Esta baja le costará al vallisoletano unas diez semanas de rehabilitación, dejando así al Sevilla sin laterales.

Para el partido frente al Huesca, el técnico vasco ha tenido que confiar de nuevo en Karim Rekik, recientemente estrenado con el Sevilla, para ocupar ese carril izquierdo que se ha quedado totalmente huérfano.

Esta posición no le resultaba novedosa al ex del Hertha de Berlín, puesto que ya desempeñó dicho rol en Rusia el pasado martes frente al Krasnodar. El futbolista ofreció un buen rendimiento y es que el holandés desde sus inicios ha estado muy pegado a la banda y siempre se ha mostrado cómodo defendiendo el flanco izquierdo.

En el encuentro de hoy, 28 de noviembre, ha vuelto a demostrar que Lopetegui puede confiar en él para ocupar esa posición. Además de ser acertado en la defensa, ha demostrado su empeño en anotar su primer gol con la entidad sevillista. En la primera mitad del partido tuvo una buena ocasión tras rematar de cabeza un balón puesto por Ocampos desde el córner que , finalmente , acabaría en las manos del guardameta murciano. Este fue el primer aviso de los rojiblancos y marcaría el dominio del partido. También pudo anotar su primera asistencia como sevillista tras un magnífico pase a Ocampos que pudo haber sido el primer tanto del partido. 

Tras su buena actuación, es muy probable que el míster de Nervión vuelva a contar con él para ocupar el carril izquierdo, pese a que su posición tradicional sea la de defensa. Así, Julen podrá seguir manteniendo su tradicional 4-3-3.