Desde que llegó Coudet al conjunto vigués, el Celta encadenó cuatro victorias en los primeros seis partidos con el argentino en el banquillo. Sin embargo, el inicio de año no sentó bien a los celestes. La cuesta de enero se convirtió en el Tourmalet y encadenaron tres derrotas consecutivas. Ese momento vino propiciado por la lesión de Iago Aspas, que lleva demostrando durante años que cuando está en el campo todo cambia. Los gallegos finalizaron el primer mes del año sin ganar, con dos empates ante Éibar y Granada.

En febrero empezaron empatando ante el Atlético de Madrid y consiguieron esa tan ansiada victoria ante el Elche en Balaídos. Sin embargo, eso solo fue un mínimo cambio en esa mala racha, porque en la jornada 24 volvieron a perder 2-0 ante el Valencia CF.  La “Chachoneta” que tanto alegraba la vista con la llegada del argentino al banquillo pasa por un tramo de baches del que les está costando mucho salir.

Todo esto traducido a cifras significa que los vigueses tan solo han conseguido la victoria en uno de sus últimos ocho encuentros, en los que han obtenido cinco puntos de 24 posibles. Un botín muy pobre que les coloca 11º con 29 puntos, de momento sin riesgos si miran hacia abajo, pero si se alarga esta mala racha pueden llegar los apuros para el Celta. En su feudo ha sacado 19 de esos casi 30 puntos con los que cuenta y es donde consiguió su última victoria. Esos cuatro triunfos nada más llegar Coudet permiten a los vigueses que con una racha de este calibre todavía no haya miedo, pero no sacar la victoria ante el Valladolid sería el golpe definitivo para que el Celta empezara a preocuparse.

Y si la racha del Celta de Vigo es mala la del Real Valladolid es aún peor. Tan solo una victoria en los últimos 12 partidos pone al Pucela en una situación crítica. El equipo ha estado al borde del alambre la mayoría de las jornadas. Al final de la primera y al comienzo de la segunda vuelta venían los encuentros clave para el conjunto blanquivioleta ante rivales directos y el Valladolid solo fue capaz de empatar ante Éibar, Cádiz, Elche y Levante y ganar al Getafe. Todos los demás se saldaron con derrotas que llevan hasta la situación actual.

Ocho puntos de 36 posibles es un bagaje que asusta a cualquiera y si a eso le sumas el tres de 24 de las primeras ocho jornadas pues parece mentira que el Valladolid siga vivo. Pero esto es el fútbol y más en zonas de descenso. Ganas tres partidos seguidos y respiras, estás sin ganar otros tres y te vuelves a hundir. Solo con ver la situación de Cádiz, Getafe, Huesca o Éibar se entiende perfectamente que tan pronto estás “tranquilo” como te metes en descenso. La fase por la que pasa el conjunto de Sergio es límite. Quedan 14 jornadas y el equipo tiene que cambiar muchas cosas si quiere quedarse otro año más en Primera División.