El Real Madrid disputaba su tercer partido de la temporada en el Estadio Santiago Bernabéu ante el Villarreal en la séptima jornada de LaLiga Santander 21/22. El conjunto dirigido por Carlo Ancelotti fue superado durante la mayor parte del encuentro por el planteamiento de Unai Emery. A diferencia de lo visto en las últimas temporadas con Zinedine Zidane, el Real Madrid no controló el partido a través de la posesión. El Villarreal se hizo con el balón durante toda la primera parte, haciendo correr al Real Madrid que no era capaz de recuperar la posesión. No obstante, este dominio de la posesión no se vio transformado en un sinfín de ocasiones de gol. El Real Madrid mejoró en la segunda parte, aunque seguimos viendo una mala versión del conjunto blanco.

  • Presión descoordinada

Desde los primeros minutos se pudo ver cómo el Villarreal se hacía con el control de la posesión y el Real Madrid no conseguía recuperarla pese a sus intentos de presión alta. El conjunto dirigido por Unai Emery tenía muy claro su plan para dañar al Real Madrid. En primer lugar, tanto Rulli como los dos centrales buscaban atraer la presión de los blancos lo más arriba posible y, tras ello, encontrar al hombre libre (normalmente uno de los laterales). Con la presencia de Rulli en la construcción de juego, el Villarreal siempre disponía de 1 jugador más con el que crear superioridad. Al quedarse quietos con el balón en los pies, obligaban a los blancos a ir a por ellos ante la desesperación de la grada. En el momento en el que Benzema saltaba a por Rulli, siempre quedaba un jugador del Villarreal libre, al cual encontraban con suma facilidad. 

Tras activar al hombre libre, el Real Madrid se encontraba en estado de caos. No fue tanto por falta de intensidad, los jugadores blancos corrieron mucho pero corrieron mal. Llegando siempre tarde al poseedor de balón, dejaron a los extremos groguets en ventaja. Tanto Danjuma como Yéremi Pino atacaron de forma muy agresiva la espalda de los laterales blancos. Este fue el gran peligro del Villarreal, sobre todo con algunos disparos de Danjuma que salvó Courtois.

  • Centro del campo superado

La mala presión del Real Madrid dejó en evidencia a su tridente del centro del campo, muy superado sobre todo en la primera parte. En este inicio de temporada, tanto Casemiro como Modrić no están mostrando el nivel esperado. Tanto ayer como en anteriores partidos, el mediocentro brasileño se está mostrando muy fatigado, sin esa capacidad recuperadora que tanto le caracteriza y con una lentitud gestual mayor a la normal.

Es importante destacar que el planteamiento de Ancelotti no ayudó nada a sus centrocampistas. Al perder el control de la posesión, el Real Madrid necesitaba energía para presionar. Y esta energía no se encontraba en el centro del campo, sino que se encontraba en el lateral derecho (Fede Valverde) y en el banquillo (Camavinga). Con la entrada de Camavinga en el descanso, el Real Madrid comenzó a sentirse algo más cómodo que en la primera parte. 

  • Ataque por impulsos

El Villarreal superaba muy fácil la presión blanca y se instauraba en la mitad del campo madridista. En este contexto de partido, al cual el Real Madrid no supo dar la vuelta en la primera parte, la única salida para los blancos era robar el balón y salir rápido a la contra. Sin embargo, no fue un plan que llevasen a cabo con éxito. Asensio no se vio cómodo en su primer gran partido como interior. Benzema estuvo mucho más impreciso de lo que viene mostrando su juego. Vinícius se encontró con un gran Foyth que no le permitió correr. Solamente Rodrygo generó algo de peligro, aunque con poca regularidad en el juego. 

Al bajo nivel individual de los atacantes blancos, se le sumó el gran posicionamiento del Villarreal. No dejaron al Real Madrid progresar en ninguno de los intentos de contragolpe. Es por ello que, el Real Madrid únicamente conseguía atacar por impulsos. Carreras de Vinícius contra 4 defensas, un tiro lejano de Benzema, un centro envenenado de Rodrygo, y poco más.

  • Las certezas

Que el Real Madrid no perdiese el partido solo se explica por las actuaciones individuales de Courtois, Alaba y Militão. El más destacado de los tres fue el portero belga, que realizó una parada brillante a un disparo de Danjuma en la primera parte y volvió a parar todo en la segunda. Thibaut se mostró una vez más muy seguro y sólido, con nivel de mejor portero del mundo. Courtois da tiempo a su equipo. Tiempo para recuperarse y mejorar sin tener que hacerlo con el marcador en contra. Fue el mejor jugador blanco del partido.

Por su parte, los dos centrales hicieron posible que Courtois no tuviese que intervenir más en el encuentro. El Villarreal generó la mayor parte de su juego ofensivo a través de los extremos. Ellos ganaban con suma facilidad la espalda a los laterales y servían envíos al área, lugar donde Alaba y Militão se mostraron infranqueables. A pesar de su poco tiempo en el equipo, Alaba ya se muestra como uno de los líderes de este Real Madrid.