El Barça sigue sin estar a la altura de una gran noche de Champions

El fútbol se mide en momentos. Y el Barça sigue penalizando no ser capaz de imponerse en esas pequeñas acciones que deciden un partido. El conjunto de Xavi no pasa del empate, y tocará esperar un milagro para seguir con vida en Champions League.

El Barça sigue sin estar a la altura de una gran noche de Champions
Gavi disputando un duelo con Barella, evitando un gol del Inter | Foto: Inter
daniortega
Por Daniel Ortega

A Xavi le tocaba afrontar su primera final de la temporada a mediados de octubre. No había punto intermedio. Héroes o villanos. En lugar de sentarse en la mesa de Frodo, Hermione, Luke Skywalker, James Bond, Terminator o Clarice Starling, cayeron en el bando de Cruella, El Joker, Darth Vader, Hannibal Lecter, Voldemort, T-800 y Freddy Krugger. Un partido gravísimo con errores inaceptables en la máxima competición europea.

El de Terrassa optó por un 433, transformándose en un 343 con rombo en fase ofensiva, con la particularidad de Sergi Roberto en el once. En el primer tiempo, el canterano culer cuajó 45 minutos a un nivel altísimo. Posicionalmente, atacando espacios, e incluso llegando, dando la asistencia del primer gol a Ousmane. En líneas generales, el Barça fue superior a los de Inzaghi, corrigiendo errores del partido de ida, y yendo de menos a más.

Una vez más, los minutos iniciales del segundo tiempo vuelven a crucificar al Barça. Un error de Piqué, y otro de Sergio Busquets, donde Eric García pudo hacer mucho más, le dieron la vuelta al marcador con goles de Barella y Lautaro. A raíz de ahí, el Barça siempre tuvo que nadar a contracorriente. Los esfuerzos incansables de Pedri, los regates de Dembélé, y un Lewandowski que marcó un doblete en mitad del partido gris del conjunto local, fueron insuficientes para conseguir los tres puntos que mantenían en la pelea al conjunto de Xavi.

El partido deja varias conclusiones. Y muchas de ellas bastante negativas. Una vez más, los capitanes quedan bastante señalados, sobre todo Sergio y Gerard. Su influencia en el equipo es antagónica a la que debería. Ni dan sostén, ni son los líderes que transmiten paz y tranquilidad a los más inexpertos. Al contrario, cometen errores individuales que se convierten en el desencadenante al fracaso. Los fantasmas del pasado se apoderaron de ellos, y cada vez parece más difícil rescatarles.

  • Un Lautaro superlativo

El argentino cuajó un partido espectacular. Demostró una vez más que come en la mesa de los mejores delanteros del mundo. Con su gol, y con su asistencia. Con su buena lectura de juego para atacar continuamente a la zona más débil del Barça. Y con su repertorio de movimientos, para recibir entre líneas, cuando era necesario, o para alargar al equipo fijando a los centrales.

  • La capacidad de aislarse

Podría extenderme sin llegar a un final argumentando por qué Pedri es un jugador élite. Una estrella. Pero la más destacable de los últimos partidos del Barça ha sido su capacidad de aislarse del mal estado de forma del equipo. Jamás le verás perderle la cara al partido, esconderse, o dejar de ser un aventajado a sus rivales. Es el corazón del equipo. El que marca los pasos cuando tiene el balón, y el que se deja la vida en cada carrera por recuperar la posesión. Que sea capaz de hacer esto a sus 19 años es impropio de un jugador en edad de formación. No somos conscientes del techo del canario. Él mismo decidirá hasta donde quiere llegar.

Pedri en el partido ante el Inter de Milán en Champions | Foto: FC Barcelona
Pedri en el partido ante el Inter de Milán en Champions | Foto: FC Barcelona
  • Alertas económicas de cara a la próxima temporada

El presupuesto anual del club contemplaba que el equipo pasara a cuartos de final. Lo que implicaba ganar, al menos, cuatro partidos. Tan sólo por pasar de grupos, el Barça ingresaría 9,6 millones de euros. Y 10,6 más por pasar de octavos. Hasta el momento, el Barça tan sólo ha ganado 1 partido de los 4 jugados, dejando 7,5 millones por victorias sin ingresar. Es decir, caer de esta forma tendría un impacto negativo de cara al próximo curso de más de 25 millones de euros. No sólo a nivel deportivo la imagen del club queda muy manchada, sino que el próximo curso habrá consecuencias económicas muy negativas después del esfuerzo realizado por la junta directiva en el pasado mercado de fichajes.

Barcelona se vistió de gala, con un ambiente en los aledaños del Camp Nou a la altura de cita. Los socios respondieron con una participación bestial, rozando el aforo máximo del estadio. Pero el equipo no respondió, y les fallaron. A ellos, y a una junta directiva que se desangró por hacer su trabajo lo mejor posible. Una debacle más en Europa, que no fue peor gracias a un Ter Stegen que sigue manteniéndose a un nivel altísimo. Al menos, ha quedado claro sobre qué se debe construir el futuro del club; y qué jugadores deben dar un paso al lado. Hay que saber cuándo marcharse, y ese momento ya llegó hace tiempo.