‘Kiricocho’ Molina

La mala suerte se ceba con Jorge Molina, lesionado de gravedad para lo que resta de campeonato

‘Kiricocho’ Molina
Jorge Molina, en un lance del juego contra la Ponferradina | Pepe Villoslada - GCF
manuelruizgrx
Por Manuel Ruiz

Jorge Molina ha dicho adiós a la temporada tras confirmarse el peor de los pronósticos: rotura de ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda. El delantero alcoyano de 40 años se lesionó en un lance fortuito cuando el marcador señalaba el minuto 54 del duelo que medía al Granada y a la Ponferradina en la noche de este domingo en Los Cármenes.

Es la primera lesión de gravedad del veterano ariete, que apenas había sufrido contratiempos físicos a lo largo de su dilatada carrera. Se trata, por tanto, de una nefasta noticia en clave rojiblanca, pues el Granada CF pierde a una de sus referencias dentro y fuera del campo, justo en su mejor momento de forma de la temporada, máxime después del doblete más asistencia que lo consagró como el héroe de la remontada en Burgos hace poco más de una semana.

Curiosamente, a raíz de esa brillantísima actuación, su popularidad cruzó el charco y los aficionados de Peñarol, club donde Matías Arezo está sobresaliendo desde su llegada en el mercado invernal, orquestaron en redes sociales poco menos que una campaña de enaltecimiento a Molina cargada de humor y sarcasmo, tratando así de prolongar la estancia del charrúa en su país. A la vista de los acontecimientos, cualquiera diría que la sorna de esos mensajes se ha convertido en maleficio al más puro estilo Kiricocho.

La leyenda cuenta que Kiricocho era un aficionado de Estudiantes de la Plata cuya presencia en los partidos era sinónimo de desgracia en forma de lesión o fallo estrepitoso de algún jugador rival. Carlos Bilardo creyó en aquella mística circunstancia y esa palabra lo acompañó en su carrera como entrenador hasta el Sevilla a principios de los 90. Desde entonces, es muy frecuente escuchar a jugadores y entrenadores gritar esa palabra para gafar algún penalti o alguna ocasión clara del rival.

Maleficio y mística aparte, lo que sí llama la atención es que se trata de la cuarta lesión similar en un año tras las de Raúl Torrente, Carlos Neva y Rubén Rochina. Confiemos en que el de anoche no fuera el último baile de Jorge Molina sobre un campo de fútbol, que el club esté a la altura de las circunstancias y que pueda volver para resarcirse de aquel fatídico penalti de mayo y recibir el homenaje que merece.