Las Leonas no pudieron dar el último rugido para imponerse a España en la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, pero aun así su torneo debe considerarse un éxito.
Aunque llegaban al torneo como vigentes campeonas de Europa, su plantilla había pasado por un trabajo de restauración tras las lesiones y retiradas sufridas desde el verano anterior.
Sin embargo, a pesar de un comienzo de torneo poco convincente, Inglaterra protagonizó una trepidante carrera a través de las fases eliminatorias que la situó en el precipicio de la gloria mundial.
Reinas del reino animal, segundas en la línea de sucesión al trono de campeonas.
Posición: Subcampeona (perdió 1-0 contra España en la final).
Resultados: Inglaterra 1-0 Haití, Inglaterra 1-0 Dinamarca, China 1-6 Inglaterra (Grupo D); Inglaterra 0-0 Nigeria, Inglaterra gana 4-2 en los penales (octavos de final); Inglaterra 2-1 Colombia (cuartos de final); Australia 1-3 Inglaterra (semifinales); España 1-0 Inglaterra (final).
Goleadores: Lauren Hemp, Lauren James, Alessia Russo (3), Chloe Kelly, Ella Toone, Rachel Daly, Georgia Stanway (1).
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Expectativas: Orgullo de la manada
Las Leonas llegan a Australia como campeonas de Europa y entre las favoritas para ganar el Mundial.
Contaban en sus filas con una máxima goleadora de la WSL, ganadoras de la Liga de Campeones, la mejor portera de la FIFA y numerosas ganadoras de la Eurocopa.
Sin embargo, persistían las dudas sobre una plantilla que había visto cómo las lesiones descartaban a jugadoras clave. La capitana Leah Williamson, junto con su compañera del Arsenal Beth Mead, se habían quedado fuera por una lesión del ligamento cruzado anterior.
Fran Kirby también se perdería el torneo por una lesión de rodilla, privando a Inglaterra de la columna vertebral de sus campeonas de Europa.
La retirada de Ellen White y Jill Scott no contribuyó a dar seguridad a un equipo cada vez más cuestionado.
Abundaban las preguntas. ¿Tendrían suficiente experiencia? ¿Podrían sustituir a las lesionadas? ¿Podrían volver a llevárselo a casa?
En este ambiente de expectación e incertidumbre afrontaba Inglaterra su primer partido, contra Haití. La paradójica creencia de que las Leonas podrían arrasar en su grupo se mezclaba con la persistente duda que se cierne sobre cualquier equipo inglés en un Mundial.
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La historia del torneo: La caza
En el reino animal, las leonas suelen cazar a sus presas. Lo hacen al acecho, tratando de permanecer ocultas el mayor tiempo posible antes de hacerse con su presa.
El planteamiento de Inglaterra en la Eurocopa había sido audaz, llevando el juego a su rival, sin desviarse de su alineación favorita y jugando con la libertad de un equipo que se sentía ganador en espera.
Un año más tarde, el equipo que se enfrentó a Haití parecía cualquier cosa menos audaz. Una exhibición poco convincente que parecía demostrar el peaje de las turbulencias causadas por las lesiones en la fase previa al torneo.
Inglaterra arañó los tres puntos gracias a un penal transformado por Stanway, sus pases parecieron descoordinados y una fragilidad quedó al descubierto en un equipo que a primera vista había sido una potencia de Europa.
Menos reinas de la jungla tomando Brisbane por asalto, más gatos callejeros atigrados encontrados en un callejón de los suburbios de Milton Keynes.
El siguiente rival era Dinamarca, considerado el rival más difícil del Grupo D, pero una oportunidad para que Inglaterra mejorase su flojo debut.
Un gol tempranero del cubo de la manada, James, que se había ganado la titularidad, prometía encender la campaña de Inglaterra. Sin embargo, las inglesas volvieron a pasar desapercibidas, sin tomar la iniciativa y resignándose a una nueva victoria por 1-0.
Sin duda, las Leonas estaban pasando desapercibidas a pesar de su registro del 100%, agrupadas con un colectivo de equipos de bajo rendimiento en el torneo.
Sin embargo, parecía que se habían cansado de acechar a su presa en el último partido de la liguilla.
Al llegar al partido sin Keira Walsh, el eje del mediocampo, que se había lesionado contra Dinamarca, las dudas se apoderaron del equipo inglés.
Un cambio táctico de Sarina Wiegman permitió a las Leonas alinear a cinco defensas, un cambio que se mantendría casi hasta el final, mientras que Katie Zelem entró en sustitución de Walsh.
China se sentó como un búfalo en el agua, con Lauren James una vez más al timón de la matanza. Con dos goles y tres asistencias en un partido que terminó 6-1, la jugadora de 21 años se había anunciado sin duda en la escena mundial.
Las Súper Halcones fueron el siguiente rival de las Leonas inglesas, un equipo que había superado el "grupo de la muerte" a costa de las campeonas olímpicas, Canadá.
Con una defensa resuelta y un físico a la altura, Nigeria fue capaz de dejar al descubierto una inexperiencia en la selección inglesa que se temía desde el principio...
La confianza acumulada en el partido contra China pareció disiparse en los primeros compases, cuando las Súper Halcones fueron capaces de hacer temblar el larguero con un punzante disparo de Ashleigh Plumptre.
Lauren James se dejó llevar por la frustración y vio la roja en el minuto 81 por un pisotón a Michelle Alozie, una amonestación que la dejaría fuera los dos próximos partidos.
Las Leonas lograron el pase en la tanda de penales, agradecidas de que Nigeria se hubiera olvidado aparentemente de que su objetivo era el gol.
Recién eliminadas en el último partido de la liguilla, parecía que las Leonas volvían a pasar desapercibidas.
De la misma manera que los tres primeros partidos de Inglaterra habían llegado al clímax de una masacre, sus tres siguientes encuentros fueron in crescendo de forma similar.
Colombia fue su siguiente presa, aunque no cayó sin luchar. Las Leonas volvieron a verse presionadas tras encajar el primero ante el entretenido conjunto sudamericano.
Los goles de Hemp y Russo les devolvieron el orgullo antes de un sabroso choque contra la coanfitriona, Australia.
Una cacería en el corazón del territorio rival. En juego, un puesto en la final de la Copa Mundial Femenina.
Las Matildas se mostraron tenaces en ataque, pero también con espacios en la retaguardia.
Tras una primera fase de tanteo, en la que los dos equipos se intercambiaron goles maravillosos como si de un partido de Match Attax se tratase (un trallazo de Ella Toone seguido de un disparo lejano de Sam Kerr), fueron precisamente esos espacios atrás los que aprovecharon las Leonas.
Hemp y Russo, una vez más, marcaron la diferencia y, mientras las lágrimas corrían por Sydney, las Leonas se pararon sobre un canguro inerte.
En la final, Inglaterra volvió a verse las caras con la roja de España.
Como a cámara lenta, David Attenborough narrando el ataque, la tensión creciendo, parecía destinado que las Leonas ganarían.
La narración perfecta: victorias consecutivas en grandes torneos, derrota del villano de Jorge Vilda, por fin un título mundial para la entrenadora suprema, Sarina Wiegman. Inglaterra parecía dispuesta a rugir.
Sin embargo, parecía que no tenía la resistencia necesaria para lograrlo. Un equipo sin fuelle se enfrentó a la habilidad de la Roja y un gol de Olga Carmona marcó la diferencia.
Un cambio táctico aparentemente desesperado en el descanso fue revelador de una actuación deficiente, y las Leonas nunca dieron sensación de poder marcar.
España les había robado el rugido.
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Lo más importante
- ¿Le falta instinto asesino? A pesar de contar en sus filas con la máxima goleadora de la WSL, Daly actuó como lateral durante la mayor parte del torneo, mientras que Hemp fue utilizada como delantera. Wiegman adaptó a las jugadoras a su formación, lo que podría decirse que hizo perder a Inglaterra parte del toque clínico que le habría venido bien en la final.
- Flores a la defensa. Inglaterra quedó a menudo en deuda con una zaga que había sido cuestionada al principio del torneo. Jess Carter, Millie Bright y Alex Greenwood fueron las más destacadas del equipo, mientras que Mary "la reina de las paradas" Earps se erigió en salvadora una vez más, incluyendo un penal atajado en la final.
- Esperanza para el futuro. Éste no era más que un equipo lleno de cachorros. A pesar de la aparente profundidad de la experiencia en el equipo, muchas de las Leonas todavía estarán entrando en su mejor momento en la próxima Copa Mundial. Stanway sólo tiene 24 años, y James no hará más que mejorar a medida que madure su juego, algo de flexibilidad en una jugadora que arrasó en la fase de grupos. Por lo demás, Inglaterra puede recurrir a su banquillo y a jugadoras secundarias como Maya Le Tissier para reforzar su candidatura a la Copa Mundial.
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Reflexiones: El legado de las Leonas
La angustia encapsula la emoción no sólo de un equipo, sino de una nación que ha seguido a esta selección durante la euforia de 2022 y el tumulto de la Copa Mundial.
Sin embargo, siguen siendo un orgullo. El orgullo de una nación.
Ser la primera selección inglesa en alcanzar una final de la Copa Mundial desde 1966 fue un logro en sí mismo. Hacerlo sin su capitán aún más.
Puede que su torneo no haya sido siempre bonito, pero su trayectoria ha sido ciertamente majestuosa.
Las Leonas, sin embargo, han trascendido más allá de las fronteras de la gloria deportiva. Se han convertido en pioneras del deporte femenino y han marcado la pauta de lo que pueden llegar a ser los logros de las mujeres cuando reciben el apoyo adecuado.
Puede que Inglaterra no haya vuelto a casa con una medalla de oro colgada al cuello, pero su legado merece una corona.
