Gustavo Poyet: "Me gustaría que me llamaran los árbitros y me expliquen por qué"

Tras caer derrotados en el derbi, el técnico del Betis acudió a la sala de prensa con el portátil en la mano para mostrar a los medios el gol mal anulado a su equipo. La crítica hacia el cuadro arbitral y el análisis táctico de su equipo fueron los temas protagonistas.

Gustavo Poyet: "Me gustaría que me llamaran los árbitros y me expliquen por qué"
Poyet y Sampaoli antes del Sevilla - Betis | Foto: Raúl Pajares (Vavel)
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Por Azahara Sanchez Perez

“¿Lo vieron o lo quieren ver?”. Esa fue la primera respuesta de Gustavo Poyet durante la rueda de prensa posterior al partido frente al Sevilla. Entró en la sala portátil en mano y todos los presentes sabían lo que portaba en él: la imagen del gol que Estrada Fernández le anuló al Real Betis Balompié.

En un partido de estas características, las diferencias son mínimas, son detalles. Cuando hay una jugada dudosa, yo voy con el árbitro, porque soy un ser humano y sé lo complicado que es el fútbol. Cuando es tan claro y es imposible, no voy con el árbitro. La semana pasada ocurrió lo mismo. Llevamos cinco partidos de liga y ya estoy un poco harto”, continuaba el técnico uruguayo. Quería dejar las cosas claras, mostrar su descontento, pero siendo políticamente correcto: “No puedo decir nada, porque si digo algo me suspenden, así que lo tienen que decir ustedes. Dejen de hablar de tonterías y de cosas que les interesa y hablen de lo que sucedió en el partido. Fue un partido competido, con dos equipos dejándose todo. Los dos equipos preocupados de no perderlo y una decisión determinó el partido. Es la verdad. Ahora, si se quieren inventar otro partido, allá ustedes. Hay que ser honesto en la vida. Yo soy honesto, aunque debo tener cuidado, así que no le busquemos más vueltas”.

"Ha sido un partido clásico de los de antes, de corazón, de pelear, de gente enojada, de protestas. Creo que es lo que sirve en el fútbol, tener pasión y tener ganas de jugar un clásico"Y Poyet insistía que no hubo ningún equipo superior a otro en el Sánchez Pizjuán, pero sin obviar las críticas al cuadro arbitral: “Al final podía haber pasado cualquier cosa. Ha sido un partido clásico de los de antes, de corazón, de pelear, de gente enojada, de protestas. Creo que es lo que sirve en el fútbol, tener pasión y tener ganas de jugar un clásico. Ahora, que lo decidan los jugadores. Cuando es dudoso, voy con el árbitro, soy el primero que dice que es el peor trabajo del mundo. Ahora, cuando es tan claro y es el último jugador que tienes que ver, porque si al que primero ves es a Rubén, hasta voy con el árbitro. Cuando no ve a Rubén, no hay forma. A mí que me expliquen, a ver que me van a decir. Me gustaría que me llamaran los árbitros y me expliquen por qué, a ver si tiene una explicación. O me va a decir que se equivocó, como el de la semana pasada en casa con el Deportivo. Cuidado, que esto es un trabajo y dependemos de las cosas que suceden en la cancha. Hay que tener cuidado, porque ya van dos o tres en cinco partidos”.

A pesar de los pocos partidos de liga disputados, no es la primera vez que el conjunto verdiblanco tiene problemas arbitrales. En la otra ocasión, que conllevó la sanción a Poyet, Ángel Haro y el club salieron a protestar y a defender sus colores. ¿Lo harán también esta vez?, preguntaba la prensa: “Eso es decisión del Club. Yo no le puedo pedir al presidente que haga lo que quiero yo. El presidente y el director deportivo están por encima de mí, ellos tienen que tomar sus decisiones”. E insistía en que, aunque el partido “no fue bonito”, no fue un partido con “muchas ocasiones”, a él le “encantó” y estaba seguro de que si la acción hubiera sido al contrario (si el gol se lo hubieran anulado al Sevilla), la reacción de Sampaoli hubiera sido la misma: “Cuando te pasa una semana, te la tragas. Cuando te pasan dos, ya me empiezo a preocupar. Lamentablemente es así. Me voy triste por haber perdido pero había que competir y al menos competimos. Dentro de la circunstancia de jugar al fútbol, de pasarse la pelota y de tratar de controlar, que no hubo mucho, por lo menos competimos. Una pequeña cosita podría haber cambiado el resultado final”.

"La perfección hubiera sido estar muy agresivos sin balón y muy calmos con la pelota"Dejando a un lado al cuadro arbitral, el Real Betis tampoco hizo el partido deseado: “Con el balón, no, queríamos un poquito más. Nos costó muchísimo tirar a puerta”, indicada Poyet. Por ello, en el descanso les dijo a sus jugadores que tenían que tomar más protagonismo “y llevar a Sevilla al otro lado”. “Creo que hasta después del gol de ellos no pasó, al final fue más por empuje que por calidad. Es muy fácil analizarlo antes o después, hay que estar ahí. Se partieron la cara y me siento orgulloso de los jugadores. Era un test. Esa gran final que se había creado, que parecía que mañana no había nada más, que se acabó el fútbol. El equipo trató en el campo por todos los medios que consideraron necesarios, pero no se dio”.

Tampoco fue “tan fácil” ejercer presión sobre el rival. “La perfección hubiera sido estar muy agresivos sin balón y muy calmos con la pelota. No logramos ese nivel de tranquilidad en el balón entonces hubo periodos en los que hemos jugado más largo de lo que jugamos en todo el campeonato, no hemos jugado nunca tan largo. Desde afuera uno quiere más control, más jugadas de peligro, más llegadas por fuera, gente en el área. Pero hoy era lo que era, un clásico, y son así”, continuaba el uruguayo, recordando que, los que jugó como futbolista, no fueron así de “bonitos” y se caracterizaban más por “mucha pelea, mucho problema, mucha interrupción y muchas decisiones”.

A nivel de jugadores, tras dos partidos prácticamente consecutivos, algunos terminaron tocados: “Va a haber que refrescar el equipo, pero con cuidado. Creo que tenemos ejemplos de otros equipos y técnicos y les ha costado mucho mantener una cierta consistencia cuando hay muchos cambios. Hay gente que tiene su edad, hay algunos que tienen un golpe. Ahora tenemos un partido que se torna mucho más importante porque tienes que ganar en casa”.

"Yo no descubrí nada. Él mismo (Alegría) se lo está buscando"Cambios que, por otra parte, ya empezó a introducir también en el feudo sevillista. Rubén Castro ha caído a la banda izquierda tras un acuerdo con el técnico: “Para poder jugar con dos puntas y un sistema que queremos, la forma mejor que encontramos de momento es jugando con él ahí. Se encuentra muy cómodo e iremos para adelante”. Todo ello con el fin de ver “seguir creciendo” a Álex Alegría: “Es un jugador de partidos. Es un jugador que nos da una presencia y un control. Quizás el juego de hoy le vino al pelo, porque tuvo que lidiar con muchas pelotas largas. Me gustaría verlo más en situación de gol. Por eso juega, porque se lo merece, yo no descubrí nada. Él mismo se lo está buscando”, decía su entrenador.

Para quien sí tuvo algo bueno el derbi fue para el último fichaje bético. Por primera vez Ryan Donk se ponía la elástica blanquiverde, aunque solo fuera durante algunos minutos: “Donk lo utilizamos un poquito por cómo estaba el partido. Ya que no estábamos jugando mucho, por lo menos tener un poco de presencia y tratar de buscar otra cosa en alguna pelota aérea. Fue más un cambio viendo el partido que previsto. Normalmente no va a ser esa su posición, será más retrasado. Ya vivió lo que es jugar con nosotros, vivió lo que pasa en el vestuario. Lamentablemente debutó con un partido perdido pero ya es parte de nosotros, lo que es importante”.