En su primer partido de un torneo, la Copa del Rey, en el que se espera mucho de este Real Betis, los pupilos de Quique Setién supieron sacar las castañas del fuego en el momento que se le exigió, y cerró el partido de ida con un resultado muy favorable de cara a la vuelta en el Benito Villamarín, que será dentro de un mes. Prueba del buen encuentro que hicieron algunos titulares y otros no tan titulares en Cádiz lo reflejan las estadísticas del enfrentamiento, más favorables a la idea de juego de Setién que nunca.
En el total del tiempo de juego, el Betis retuvo la posesión del baló el 79'4% del tiempo, lo que demostró que aún desplegando en el campo a los jugadores que normalmente suelen disfrutar de menos minutos, el sistema está totalmente integrado en el equipo y funciona bien. El gol tempranero de Sergio león ayudó a que los béticos se sintieran con más confianza para controlar el juego. Sin embargo, entró en una fase de relajación que el Cádiz aprovechó para lanzarse al ataque, pues además de estar mucho más recuperador que el Betis en cuanto a balones, con un total de 56 recuperaciones de balón. En su ofensiva por darle la vuelta al partido, no sólo marcaron su primer y único tanto del encuentro, sino que encontraron la forma de incomodar al cuadro bético, con un total de 9 remates en el partido, 5 en la primera parte. También fueron much más agresivos, con un total de 15 faltas cometidas, que les costaron 3 tarjetas amarillas.
El Betis, más replegado en la ofensiva del Cádiz, esperó a la segunda parte del encuentro para crear peligro, donde hizo la totalidad de sus 7 remates a la portería cadista, los de más peligro en las botas de Campbell y Sergio León, en el 92' y 88' respectivamente que podrían haber colocado a los visitantes en una tesitura mucho más cómoda si cabía para la vuelta.