La llegada del frío y del otoño parece que está causando malos síntomas al equipo de Quique Setién. Desde hace ya unas semanas el conjunto verdiblanco, no da muestra de esa alegría que transmitía jugando al inicio del campeonato, ni se impone a sus rivales como lo hacía antes. Desde la goleada, allá por el mes de septiembre, al Levante por 4-0, el Real Betis solo ha cosechado una victoria más, contra el Alavés y en casa. En un partido que tampoco dominó y al que se le debió exigir mucho más ante un equipo situado al fondo de la tabla y además jugando como local.

Empates que podrían haber sido victorias

Cierto es, que el empate contra la Real Sociedad no se dio por malo. Fue un partido en el que se adelantó hasta en tres ocasiones y que pudo llevarse los tres puntos perfectamente, visitando además el complejo campo de Anoeta, ante un equipo con aspiraciones similares a la del conjunto sevillano. Sin embargo, el empate del otro día ante el Getafe no estuvo igual de bien visto por los aficionados béticos, que vieron como su equipo se fue al descanso con 0-2, ante un equipo que solo se dedicó a defender y a correr. Luego el equipo logró empatar en los últimos minutos, pero la imagen que mostró el equipo en la primera mitad y parte de la segunda perpetuó.

Derrotas dolorosas

El partido contra el Valencia ya todo el mundo sabe cómo fue, y la realidad es que el Valencia está este año imparable, pero aun así el Betis desde el inicio no dio ninguna sensación de posibilidad en disputarle el encuentro. Contra el Espanyol el asunto cambia. El equipo no encontró esa frescura ofensiva de partidos anteriores. Estuvo espeso. Recordando al Betis de años anteriores. Esperemos que tras el parón de selecciones la cosa cambie, por el bien del espectáculo.