Patxi Salinas fue uno de los jugadores referencia del Celta de Vigo gracias a su carisma y su entrega en el campo y su lucha constante por cada balón. De este modo, el bilbaíno consiguió dejar una huella imborrable en el equipo vigués y en los corazones de la hinchada celeste. La carrera del defensa vasco se dividió entre Athletic y Celta, en el equipo bilbaíno empezaría su trayectoria como zaguero y en Vigo la terminó tras vestir de celeste durante seis temporadas y siendo el capitán del cuadro gallego en múltiples ocasiones. Ambos conjuntos se enfrentarán el próximo lunes en su primer compromiso liguero de esta temporada 2016-2017, un duelo que promete ser atractivo con dos propuestas atrevidas que han conseguido llegar a dieciseisavos de final de la Europa League.

Este defensor se formó como futbolista profesional en la cantera del Athletic Club junto a su hermano Julio Salinas. Con tan solo 18 años, a punto de cumplir los 19, Patxi debutó en primera división con el conjunto vasco en el Helmántico en la undécima jornada liguera en noviembre de 1982, en el que el Athletic Club se impuso al U.D Salamanca por 0-1. Tras su debut en la máxima categoría española ganó dos ligas con el conjunto bilbaíno, una Copa del Rey (1983-1984) y una Supercopa de España (1984).

Tras 10 temporadas formando parte del equipo titular de los leones, en 1992 decidió cambiar de aires y fichar por el Celta de Vigo. En esta ocasión, el zaguero vasco no tendría un gran comienzo con el equipo vigués, ya que acabaría expulsado por doble amarilla en el derbi gallego en Riazor, que acabó con triunfo deportivista por 2-0. A pesar del mal inicio con el cuadro vigués, Patxi Salinas, a base de trabajo y esfuerzo, consiguió mantenerse como titular en la zaga celtiña hasta su retirada en la temporada 1997-1998, siendo un pilar fundamental en la defensa para todos los entrenadores que dirigieron el conjunto celeste durante estas seis temporadas, desde Txetxu Rojo, paisano suyo que apostó fuerte por él desde un inicio, hasta Javier Irureta, con un pasado futbolístico vinculado al cuadro bilbaíno.

Uno de los episodios más recordados de su paso por Vigo fue el que vivió con Mostovoi en el año 1997 en Gijón. Cuando el Sporting marcó el 2-1, el ruso tiró la toalla y decidió abandonar el terreno de juego cuando el Celta ya había realizado las tres sustituciones, dejando a su equipo con uno menos. Como consecuencia, Patxi, entre otros compañeros, le hicieron volver al campo a empujones recriminándole su falta de compromiso con el equipo, señalando el escudo de la camiseta. Fue una situación bastante delicada, porque tras el encuentro, Mostovoi afirmó que se quería irse a final de temporada y el club le puso una multa de dos millones de pesetas y ocho días apartado del equipo. Finalmente, después de un inicio complicado y trabado en Vigo, el atacante ruso acabó siendo un jugador referencia con magníficas actuaciones que hicieron vibrar a la hinchada celeste.