Temporada para el recuerdo. La Cultural y Deportiva Leonesa retornó a Segunda División 42 años después en una campaña que no será fácil de olvidar. El cuadro culturalista consiguió el ascenso después de dominar el Grupo I de Segunda División 'B' y superar al filial del FC Barcelona en la eliminatoria de campeones. Además, el Real Madrid también pasó por el Estadio Reino de León en los octavos de final de la Copa del Rey. VAVEL.com te trae el mejor resumen individual de los protagonistas de este hito histórico para una ciudad que vuelve a vibrar con su equipo. En esta entrega se centrará en conocer como le fue a los mediocentros que formaron parte de la plantilla en la presente temporada.
Criado en la cantera del Real Madrid, Antonio Martínez recaló en las filas de la Cultural y Deportiva Leonesa después de no tener la continuidad esperada en la División de Plata. No lo hizo en el filial merengue, ni tampoco en sus siguientes destinos: el Mirandés, el Alcorcón y el Numancia de Soria. La necesidad del jugador madrileño pasaba por recuperar la continuidad en la categoría de bronce para retornar a la élite. Pese a ello, las molestias físicas siempre han sido malas compañeras del jugador y en León no iba a ser diferente en el transcurso de la temporada.
Tres meses de baja condicionaron la temporada de Antonio Martínez.
Pese a todas estas cuestiones, Rubén de la Barrera confió plenamente en Antonio Martínez y quedó patente con la presencia del jugador en buena parte de los primeros partidos de competición. Incluso en las eliminatorias de Copa del Rey, con el fin de coger ritmo al no poder hacer toda la pretemporada junto al resto de sus compañeros. Ésta circunstancia sería determinante en el devenir de la campaña del centrocampista madrileño. Precisamente, ante el Real Madrid en el Estadio Reino de León disputó su último encuentro del 2016 antes de vivir un auténtico calvario.
Una leve lesión física se fue complicando con el paso de las semanas y su proceso de recuperación se alargó a los tres meses sin poder vestirse de corto. Reapareció ante el Coruxo FC, pero su protagonismo había cambiado radicalmente por el buen hacer de un Mario Ortiz que le superó en la lucha por las labores de creación. Si bien, la confianza de Rubén de la Barrera en el jugador le hizo enfrentarse a los rivales directos. Pese a ello, el preparador gallego optó por utilizarlo de revulsivo en la eliminatoria de ascenso ante el filial del FC Barcelona. Su continuidad en el equipo parece asegurada, ya que el entrenador culturalista considera que el centrocampista es un jugador importante en el campo y en el vestuario.