La esperanza duró 45 minutos

La calidad individual de los azulgranas desequilibró un partido muy igualado en la primera parte. La lesión de Diego López sentenció los ánimos del conjunto espanyolista.

La esperanza duró 45 minutos
Foto: Alex Gallardo (VAVEL)
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Por Guillermo Garcia

El Espanyol se presentaba en el derbi con la etiqueta de equipo prácticamente imbatido en las últimas jornadas. Se enfrentaba a un Barcelona con la obligación de ganar y convencer en su estadio, donde no está sacando el rendimiento esperado últimamente.

Se preveía que el planteamiento de Quique sería parecido al que diseñó para jugar en el Vicente Calderón, y así fue. Presentó sobre el terreno de juego un equipo sólido, bien plantado en el campo y con la solidaridad defensiva necesaria para encarar este tipo de partidos.

El problema fue que el Barça tiene a dos jugadores que la gran mayoría de equipos no tiene: Leo Messi y Andrés Iniesta. Comenzó el Espanyol combinando la presión alta a la defensa azulgrana con un repliegue excesivo en su propio campo, que no evitó el dominio plácido y estéril de la pelota por parte de los barcelonistas.

La primera parte transcurría tranquila para los intereses pericos, pero cuando los buenos jugadores se conectan al partido, es muy difícil pararles. El atrevimiento del Espanyol, adelantando la línea defensiva en exceso, combinado con la visión de Iniesta, le pasó factura.

Un tipo de jugada habitual en el Barça de Luis Enrique rompía las tablas en el marcador. El fenomenal pase de Iniesta, desde su casa, acompañado por un gran control de Luis Suárez, dejaba a Diego Reyes con la única opción de molestar al uruguayo antes de perforar la red.

De esta forma acabó la primera parte, sin ningún disparo a puerta del Espanyol, pero con las esperanzas aún latentes de conseguir revertir la situación. Pero al comienzo de la segunda mitad, todo se torcía para los intereses periquitos. Diego López se lesionaba por un corte en la rodilla y entraba un Roberto que no tendría su mejor noche bajo palos. La lesión del arquero afectó en demasía a los hombres de Quique y así lo certificó Luis Suárez, después de una jugada de videojuego de Leo Messi y Jordi Alba minutos después.

Un gol de pura fe de David López a pase de Gerard Moreno y otro de Leo Messi tras un pase de fantasía de Luís Suárez cerraban una noche más de derbi que el Espanyol tardará en olvidar