Visitar el estadio Municipal de Riazor nunca ha sido tarea fácil para el Real Club Deportivo Espanyol. En su último partido allí cayeron por una auténtico baño, cocina y comedor de los locales, el marcador final lucía un 3 – 0 que aún se quedaba corto dado al nivel de los locales y el poco acierto defensivo de los pericos.
En el 2015, el conjunto estaba dirigido por Sergio González, y estaba en una situación difícil a nivel futbolístico dado a que igual ganaba con claridad y mostraba un nivel alto, que cuando se situaba abajo en el marcador le era imposible venirse arriba para poder darle la vuelta al encuentro.
Y asi se iba a demostrar durante el encuentro, al cuarto de hora de partido el central Álvaro González que en esta temporada milita en el Villareal, se iba a anotar un escandaloso gol en propia de puerta. Y esa iba a ser la dinámica del encuentro porque quince minutos después iba a anotar el primero de su doblete Lucas Pérez. Y así se iba el encuentro al descanso.
Con el comienzo de la segunda parte, renació la esperanza de la afición blanquiazul de que su equipo diera un golpe en la mesa para plantar cara al rival, pero iba a ser imposible porque en el minuto dos de la segunda mitad iba a volver a mojar el pistolero Lucas Pérez. Para sentenciar el partido.
Y con todo el segundo tiempo por delante el partido se convirtió en lo que quiso en Deportivo de La Coruña dado a que en frente tenía un RCD Espanyol con los brazos abajo y sin acierto. Y durante el monologo local, la mala suerte iba a llegar de manera más contundente al equipo perico, que a falta de quince minutos se iba a quedar con un hombre menos dada a la expulsión de Pape Diop.
Aquella noche del domingo 27 de septiembre del 2015, se quedará guardada en la memoria de los jugadores del club de Cornellà. El domingo la oportunidad de resarcirse de aquel mal partido y asi seguir creyendo en el pleno de victorias hasta el final. En frente un equipo con la permanencia asegurada pero con una temporada muy irregular.