Un Messi centenario acaba con el Chelsea

El FC Barcelona hace los deberes y elimina a un Chelsea que plantó algunos problemas al inicio pero acabó desinflándose.

Un Messi centenario acaba con el Chelsea
Messi decidió la eliminatoria para el Barça. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
santi_arcar
Por Santiago Arxé Carbona

Algo tiene la luna barcelonesa que brilla más ilumina una noche europea. El Camp Nou se preparaba para recibir al Chelsea en la vuelta de los octavos de final de la Champions League. Tras el empate a uno en Stamford Bridge, la eliminatoria llegaba a Barcelona totalmente abierta y con dos equipos dispuestos a todo para llevarse le gato al agua.

Lo que no sabía el coliseo azulgrana es que estaba a punto de vivir otra de esas mágicas noches de Champions que han embrujado tantas veces sus gradas. Lejos de esconderse, Valverde optó por salir con un planteamiento ofensivo y apostar por Iniesta y Dembélé, en lo que fue una verdadera declaración de intenciones.

Con un gol tempranero de Messi sin que el Chelsea llegase a tocar el balón, los locales sentaron las bases de un partido que iba a teñirse de azulgrana minuto a minuto. El Chelsea intentó subir el ritmo y confundir a los azulgranas, pero estos supieron reaccionar y amansar a la bestia.

Una vez el Barcelona se hizo con el control. poco tardaría en llegar el segundo gol; un gol muy especial. Tras robar el balón en el centro del campo, Messi salió a la contra y despistó a todo el mundo colocando un magnífico balón para que Dembélé consiguiese su primer gol ante su afición.

Los blues volvieron a apretar el acelerador en la segunda mitad, pero el Barça supo mantener la calma y vivir con la presión. Su control nunca llegó a ser el de la primera mitad, pero sí es cierto que consiguieron adaptarse al ritmo y aprovecharse de él.

Fue así como llegó el tercer y definitivo gol de los azulgranas, que ejecutaron a las mil maravillas un contraataque que volvió a sentenciar Messi. Con este tanto, el argentino lograba el centenar de goles en la Champions y permitía que el Barça accediese por undécima temporada consecutiva a los cuartos de final de la Champions League.

La magia del Camp Nou

El ambiente en el Camp Nou era magnífico, así como aspiraban a serlo los protagonistas del espectáculo. El Chelsea debía salir a por el partido tras el resultado adverso de la ida y el Barcelona, lejos de querer especular con el marcador, iba a por todas una noche más.

El Chelsea presentó una alineación más capaz ofensivamente y planteaba un partido más abierto que el de Stamford Bridge. Por su parte, los locales arriesgaban y desafiaban a los pronósticos saliendo con Dembélé e Iniesta de inicio.

Los azulgranas comenzaron como un tiro y no tardaron nada en crear mucho más que peligro. El Barcelona controlaba el balón y amasaba la primera posesión. Una posesión que iría envenenándose conforme pasaban los segundos y el balón se acercaba a la portería de Thibaut Courtois.

Fue cuando el esférico llegó a Messi que el destino del cuero tomó acabó por definirse. Messi recibió el balón en la banda derecha y, prácticamente sin hueco alguno, lo colocó entre las piernas del guardameta belga. El argentino abría la lata y hacía enloquecer al Camp Nou en lo que parecía que iba a ser una noche mágica de Champions.

Dembélé jugó uno de sus mejores partidos vestido de azulgrana. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
Dembélé jugó uno de sus mejores partidos vestido de azulgrana. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Sin embargo, el gol no cambiaba demasiado las necesidades ni el plan del Chelsea. Los ingleses continuaban necesitando un gol; si bien antes para hacerse con la ventaja, ahora para empatar la eliminatoria. Con la misma mentalidad, no tardaron nada en reaccionar los londinenses, que apretaron el acelerador de manera instantánea.

Los blues abrieron el campo y aplicaron un ritmo eléctrico al encuentro. Con constantes llegadas y aproximaciones al área culé, acercaban el peligro a Ter Stegen. Ese era el ritmo que necesitaban, y bien lo sabían. El Camp Nou y el Barça sufrían mientras la defensa local se veía obligada a sacar más de un balón in extremis.

El sufrimiento fue intenso pero corto para un Barcelona que acabó reaccionando al cuarto de hora calmando el partido. A base de controlar los tempos, los locales acabaron hipnotizando al Chelsea, que parecía marearse más y más cada vez.

Fue tal el trance en el que entraron los blues que se convirtieron en su peor enemigo. Rondaba el minuto 20 cuando Messi robó el balón en el medio campo después de un descuido del Chelsea que firmaba su sentencia de muerte. El astro argentino se lazaba al ataque como un gamo y preparaba otra de su mágicas jugadas.

Tras un par de recortes y autopases, Messi se marchaba de dos rivales y se avecinaba sobre la portería custodiada por Courtois. Suárez se ofrecía por el centro, pero el argentino tenía otros planes. Solo su mágica visión le permitió ver a la gacela que se acercaba por la derecha. Y es que Messi puso un magnífico balón para Dembélé, que aprovechó su oportunidad y marcí su primer tanto ante la afición culé.

El Chelsea sucumbió en los primeros 20 minutos. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
El Chelsea sucumbió en los primeros 20 minutos. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Con dos goles en 20 minutos, el partido parecía ya finiquitado, pero nada más lejos de la realidad. Ambos equipos apretaron los dientes al término de la primera parte, y tanto Barça como Chelsea tendrían sus oportunidades.

El tiempo pasaba y, mientras los locales maravillaban a su público, nunca llegaban a estar totalmente en calma. Los blues tuvieron sus oportunidades, pero no fue hasta el minuto 45 cuando metieron realmente el miedo en el cuerpo a los aficionados del Camp Nou.

Tras una falta cometida en la frontal del área por los locales, el Chelsea disfrutaría de su mejor ocasión. Willian y Marcos Alonso se acercaban al balón y lo acariciaban con mimo, mientras intentaban maquinar lo imposible. Fue finalmente el español el que golpeó el balón y lo envió al poste izquierdo de Ter Stegen, que no pudo ni estirarse.

Así finalizaba una primera mitad de total control azulgrana más allá de los sustos de los primeros minutos. El resultado de 2-0 ponía en un verdadero aprieto a los visitantes, que debían prepararse para hacer lo imposible en la segunda mitad.

La varita de Messi no descansa

Tras una primera mitad maravillosa, los azulgranas no necesitaban hacer demasiado para llevarse la eliminatoria. Sin embargo, iban a tener que vérselas con un Chelsea hambriento y necesitado. Como no podía ser de otra forma, los blues saltaron al terreno de juego con ganas e ilusiones renovadas.

Los visitantes volvieron a imprimir ese ritmo eléctrico que tanto complicó las cosas a los azulgrana en la primera mitad. Con un ataque tan rápido como constante, hicieron retroceder al Barça y arrebatar al partido de cualquier tipo de control. Willian y Hazard eran fueron siempre los más peligrosos del Chelsea, mientras Giroud era una amenaza constante por arriba.

El Chelsea continuó apretando y apretando, pero no era capaz de dar con la tecla adecuada. Mientras tanto, los de Valverde crecían minuto a minuto y, pese a no controlar el juego como en la primera mitad, se soltaban cada vez más en ataque.

Los 'blues' no cesaron de toparse contra un muro. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
Los 'blues' no cesaron de toparse contra un muro. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

El técnico azulgrana no tardó en reaccionar desde el banquillo. Fue en el minuto 56 cuando decidió inclinarse por le músculo, dándole entrada a Paulinho y permitiéndole a Iniesta el descanso que tanto merecía. Cinco minutos después llegó el segundo cambio. En este caso fue Busquets el que se marchó del césped y dejó paso a André Gomes, que fue ovacionado por todo el estadio.​

Parecía que el Barcelona buscaba calmar el encuentro, pero aún quedaba demasiado por jugarse. Y es que Messi no tardaría en volver a iluminar el planeta fútbol. Tras una muy buena jugada a la contra, el balón caía sobre el argentino, que no dudaba en fulminar a Courtois y cerrar definitivamente la eliminatoria.

Con este gol, el Barça prácticamente sentenciaba al Chelsea y se aseguraba el pase a cuartos con un gol mágico. No solo por el escenario ni el rival, que también, sino por la cifra que alcanzaba Messi, que llegaba al centenar de goles en la Champions.

El partido continuó avanzando con un ritmo parecido pero una mentalidad muy diferente. Con una desventaja de tres goles, el Chelsea parecía no creer ya en la remontada, mientras el Barcelona no tenía necesidad alguna de arriesgar lo más mínimo. Tras los cambios de Iniesta y Busquets, fue Dembélé el que se retiró del terreno de juego, esta vez con la sensación de haber ilusionado a todo el coliseo barcelonés.

André Gomes recibió el cariño del Camp Nou. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
André Gomes recibió el cariño del Camp Nou. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Poco quedaba ya por vivir en el Camp Nou. El Barcelona apuraba los últimos minutos mientras el Chelsea había dejado de creer en sus oportunidades. Prácticamente lo más emocionante que pasó hasta el final de partido fue la ovación que recibió Pedro al sustituir a Hazard en el minuto 82. Moría así otro partido y otra eliminatoria mágicas en la embrujada luna barcelonesa.

El conjunto azulgrana terminaba con el Chelsea dando un golpe sobre la mesa y dejando muy claro que no han perdido un ápice del apetito que tenían hace unos meses. Otro año más, el conjunto de la ciudad condal estará entre los ocho mejores equipos de Europa. Será, por tanto, uno de los protagonistas del sorteo que se celebrará el próximo viernes y en el que le acompañarán Real Madrid, Manchester City, Juventus, Bayern de Munich, Liverpool, Sevilla y Roma.