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Los turrones más dulces se los llevó el Girona

El Girona acaba 2016 en posiciones de ascenso directo tras derrotar al Nàstic de Tarragona (4-2), que seguirá siendo el farolillo rojo. El partido contó con expulsiones, penaltis, interrupciones y todos los ingredientes de un 'derbi'.

Los turrones más dulces se los llevó el Girona
Fran Sandaza besa el escudo del Girona tras el 3-2 provisional, que él mismo transformó de penalti. | Foto: Andrea Ruiz (VAVEL).
narcis91
Por Narcís Franch Molinet

Si no fuera por aquello de las rachas y las dinámicas, si no fuera porque hay un equipo que no baja nunca los brazos y nunca se rinde, el Girona seguramente habría perdido ayer ante un Nàstic de Tarragona que, a decir verdad, no parece el colista de la categoría, y, por ende, habría perdido también la condición de invicto en Montilivi, donde no ha perdido no solo esta temporada sino en todo 2016 en liga regular (el 0-1 de Osasuna fue en el playoff).

Porque hay que ser justos. El conjunto grana fue superior al rojiblanco en la primera mitad y exigió enormemente a los de Pablo Machín, que no llegaron a sentirse cómodos durante los primeros 45 minutos y vieron cómo el cuadro dirigido por Vicente Moreno se iba al descanso con un uno a dos tan sorprendente como real. Evidentemente, el resultado final demuestra que, una vez más, el Girona reaccionó a una adversidad y lo hizo con el carácter y la garra que viene demostrando los últimos años.

¿Quién dijo colista?

El Nàstic vino con la clara convicción de llevarse los tres puntos. Estando abajo, no hay otros resultados que valgan. Los de Vicente Moreno rápidamente se acercaron al área de René y el primero en intentarlo fue Madinda, con una semivolea que se marchó desviada (4'). Algo más de peligro llevó un centro de Ferran Giner que el meta gaditano no pudo controlar y fue la defensa quien apagó el fuego (15'). Jean-Luc y Delgado llevaban mucho peligro en tres cuartos de campo, bien secundados por Tejera y Madinda, que ganaron claramente la batalla en el centro del terreno de juego.

Parecía que el cuadro local despertaba con dos intentonas desde fuera del área. Primero fue Borja García quien, tras un control exquisito con la espuela, buscó una vaselina que Dimitrievski paró a tiempo (20') y después lo probó Pere Pons con un disparo que se marchó alto (24'). Pero nada más lejos de la realidad. El Nàstic encontró el premio desde los once metros. Agarrón de Alcalá sobre Delgado y Uche no se puso nada nervioso para engañar a René y colocar el primero en el electrónico (0-1, min. 25).

El tanto espoleaba a los tarraconenses, que seguían llevando peligro al área gerundense. Jean-Luc culminó una jugada personal con un disparo raso que atajó René (36'). Sin embargo, de una genialidad local llegaría el tanto del empate. Centro de Portu, Aday se anticipa a su marcador y deja un balón franco para que Longo fusile a Dimitrievski y anote su séptimo gol de la temporada (1-1, min. 39).

Los de Machín, que habían conseguido neutralizar el tanto de Uche antes del descanso, se volvieron a dormir en los laureles. Pablo Marí cometió una falta en el borde del área, acción que le podía haber costado perfectamente la segunda cartulina amarilla, y Sergio Tejera ejecutó de forma precisa el lanzamiento, que sorprendió a René por su palo (1-2, min. 42). El Nàstic, con una gran primera mitad, se iba al descanso con ventaja.

El Girona saca la garra

Tras unos primeros 45 minutos más que mejorables en el costado gerundense, el conjunto de Montilivi salió en la segunda mitad dispuesto a volver a decantar la balanza hacia sus intereses. Machín dio entrada a Juanpe por Pablo Marí, que en cualquier acción podría haber visto la segunda amonestación, y el ex del Valladolid fue el protagonista al empatar nada más empezar la reanudación. Centro de Borja García que, con algo de fortuna, remató el canario y el balón que se coló al fondo de las mallas (2-2, min. 48). 

El tanto hizo mucho daño al Nàstic, que no remató entre los tres palos durante todo el segundo tiempo. Longo podría haber volteado el marcador rápidamente de no ser por la buena respuesta de Dimitrievski a un disparo raso desde el área grande (50'). Vicente Moreno introdujo a Cordero, para tener más control en el centro del campo, y a Stéphane Emana, el hermano de Achille, que ha sido fichado de nuevo por la entidad grana esta pasada semana. 

El público local se desesperaba con la permisividad del árbitro con el japonés Suzuki, que agarraba a sus contrarios en cada acción. Las ironía de la vida hizo que el central viera amarilla en un dudoso forcejeo con Portu dentro del área. Sandaza se encargó de transformar el penalti con un disparo seguro al centro (3-2, min. 72). Quien acabó clamando contra el arbitraje de López Amaya fueron los seguidores de Tarragona, que vieron cómo su equipo se quedaba con nueve jugadores tras las expulsiones de Delgado y Stéphane Emaná. El primero llamó "sinvergüenza" al trencilla y el segundo hizo dos faltas en seis minutos.

Si la situación era complicadísima para el Nàstic, la puntilla de Cristian Herrera, que había sustituido a Coris, fue definitiva. Pase en profundidad de Portu para el canario que, desde fuera del área, batió a un Dimitrievski que llegó a tocar el balón, pero no lo suficiente como para desviarlo (4-2, min. 88). El Girona, tras sufrir, volvió a sonreír y descansará estas Navidades en posiciones de ascenso directo, con 33 puntos, y a falta de dos partidos para acabar la primera vuelta. Distinta situación se vivirá en Tarragona, con el equipo colista, con 16 puntos. Con los pies en el suelo, pero este Girona está dispuesto a hacer algo grande. ¿Lo conseguirá en 2017?