El Granada se llevó una manita de Éibar en un partido para olvidar. Un tanto de Inui y dos dobletes de Sergi Enrich y Borja Bastón pusieron los cinco goles eibarreses. El Arabi marcó para los rojiblancos. El partido evidenció las carencias de una plantilla que, salvo sorpresa, sufrirá hasta el final.
Éibar y Granada, dos equipos destinados a luchar por lo mismo, pero en situaciones muy distintas. Ipurúa como telón de fondo. Los nazaríes encaraban el choque con la posibilidad de poner tierra de por medio con el descenso. El conjunto azulgrana lo hacía inmerso en su sueño europeo. Sandoval dispuso un once muy físico para jugar en un campo donde hasta la fecha solo han ganado Atlético y Real Madrid.
Keko superstar
Balones largos, interrupciones, mucho juego en el centro del campo y poco en las áreas. Ese fue el resumen de los primeros veinte minutos de fútbol en la ciudad armera. El encuentro parecía una partida de ajedrez ente dos equipos bien organizados. Ninguno quería arriesgar demasiado, conscientes de las particularidades del pequeño Ipurúa. En tres acciones absurdas de Rubén Pérez, Uche y Peñaranda, los andaluces se cargaron con tres amarillas en los primeros 13 minutos.
La emoción llegó a partir del 20’. Success estuvo a punto de aprovechar un error de Riesgo para poner el primero. Solo fue un espejismo. El orden inicial de los granadinos se fue resquebrajando con el pasar de los minutos. En el 25´ Andrés repelió un buen tiro de Bastón desde dentro del área en la primera aproximación clara de los eibarreses. La tormenta llegó más tarde.
Dos minutos fatídicos, dos goles en contra. En el 35’, la zaga granadina no supo despejar un balón que cayó en los pies de Keko en banda derecha. El madrileño levantó la vista y habilitó a Inui, que batió a Andrés con toda la comodidad del mundo. El público guipuzcoano no había terminado de celebrar cuando llegó el segundo. Keko volvió a marcar la diferencia desde la derecha. El extremo desbordó y dio el pase de la muerte a Sergi Enrich, para que el balear con la zurda alargase el marcador.
El Granada se marchó a vestuarios con un resultado en contra demasiado exagerado. Con la creatividad en la enfermería, la debilidad de la defensa hizo estragos. Un excepcional Keko se ocupó del resto.
Baño de goles
En el descanso Sandoval realizó una doble sustitución. Uche y Rubén Pérez abandonaron el campo para dar entrada a Fran Rico y El Arabi. Los rojiblancos querían pero no podían. El recurso más usado por los nazaríes era lanzar ineficaces balones largos. En el 59’ Success protagonizó una gran jugada personal y habilitó a El Arabi, que no acertó a controlar ni a disparar con la portería vacía. El horizonte era oscuro pero Mauro Dos Santos se empeño en darle una nueva vida al Granada en el 64'. El argentino falló en el despeje, Peñaranda se adelantó a Riesgo y El Arabi marcó a merced.
Quedaba casi media hora por delante. Todo un mundo y más en fútbol. Los granadinos podrían haber acorralado a su rival hasta lograr el empate. Nada más lejos de la realidad. El equipo andaluz se fue del campo y asistió atónito al vendaval de tantos azulgranas. Sergi Enrich y Borja Bastón por partida doble se encargaron de dibujar la manita. Los últimos 30 minutos del Granada no fueron propios de un equipo profesional.
Los de Sandoval perdieron una oportunidad única para alejarse de los puestos de descenso. La plantilla hace esfuerzos inhumanos por darle la razón a aquellos que ven imprescindible fichar en este mercado. Solo consuela saber que por ahora hay tres equipos peores.