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Resumen temporada 2014/2015 del CD Lugo: plácida temporada con protagonismo final

El conjunto gallego, en su tercera temporada consecutiva en Segunda División, logró muy temprano su objetivo principal, la permanencia, gracias a un estilo y una personalidad que le han configurado como uno de los equipos que mejor fútbol práctico durante el año. Además, se erigió inesperadamente en protagonista en la pelea por el ascenso directo, dándole emoción a la clausura de su temporada.

Resumen temporada 2014/2015 del CD Lugo: plácida temporada con protagonismo final
Resumen CD Lugo 14/15: Plácida temporada con protagonismo final
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Por Domingo Martin

El Club Deportivo Lugo consiguió por tercer año consecutivo la permanencia en Segunda División. Un objetivo que, desde que reapareciera en la categoría de plata del fútbol español en la temporada 2012/2013, ha alcanzado con varias jornadas de antelación y que suponen el afianzamiento del conjunto gallego en la Liga BBVA. Además de la consagración en la categoría, el Lugo ha sido uno de los equipos que mejor fútbol ha practicado, con un estilo claro basado en el toque, dando una imagen atractiva en muchos partidos y elogiada por la mayoría de los rivales.

Quizás los aficionados lucenses esperasen, tras lograr el objetivo, que su equipo luchase por cotas más altas en las últimas diez jornadas, pero una vez que el equipo llegó a los 44 puntos, la presión desapareció y con ello la intensidad puesta en cada partido. No obstante, la clausura de la temporada le tendría preparada al conjunto lucense un protagonismo que pocos esperaban, ya que el gol de Caballero en el descuento en el choque frente al Girona privaba a los catalanes del ascenso directo, premio que obtuvo en su lugar el Sporting de Gijón. Lo que había sido una temporada plácida acababa con un papel decisivo en la pugna por el ascenso a Primera División.

Un equipo peculiar incluso en las equipaciones

Los aficionados del Lugo pudieron disfrutar la recién finalizada temporada de buen fútbol, marcando diferencias con muchos de los rivales en la categoría a pesar de haber finalizado la campaña en el decimoquinto puesto de la clasificación. Un equipo con una identidad que ha estado presente dentro del terreno de juego, pero también fuera de él.

En pleno inicio de temporada, el club gallego daba la campanada con la presentación de sus equipaciones para la temporada 2014/2015. Lo llamativo no estaba en las tres indumentarias principales (rojiblanca, blanca y la de tonos azules y verdes), sino en el diseño de otras dos vestimentas especiales. La representación de cada una de ellas no dejó indiferente a nadie: la primera de ellas, representando un vaso de cerveza espumosa que homenajeaba a la empresa patrocinadora de las camisetas; en la segunda, aparecía diseñado el tentáculo de un pulpo que servía como homenaje, también, al pulpo á feira, uno de los platos más representativos de la gastronomía gallega.

Lance del partido de Liga entre el Real Betis y el Lugo, con el equipo lucense vistiendo la camiseta cervecera. Imagen: www.lfp.es

En principio, estos dos uniformes solo sería utilizados para los partidos de pretemporada, aunque solo la camiseta cervecera fue la empleada para los encuentros amistosos. Sin embargo, Carlos Mouriz, director deportivo del Lugo, ya explicó en la presentación de las llamativas indumentarias que no descartaba su uso en las competiciones oficiales (Segunda División y Copa del Rey): “Es una camiseta más dentro del CD Lugo. Se suma a las que ya hay, y claro que en algún momento podríamos tener que jugar con ella, si coinciden los colores de las otras”.

Dicho y hecho. El conjunto lucense se enfundó la zamarra cervecil en 5 encuentros oficiales durante la temporada 2014/2015 (la empleó 4 veces en el campeonato liguero en las visitas a Leganés, Zaragoza, Real Betis y Girona y también en la eliminatoria de Segunda Ronda de Copa del Rey ante el Real Betis). Para los aficionados supersticiosos, a buen seguro que no querrían que su equipo la vistiera más, pues el Lugo no fue capaz de ganar en esos 4 encuentros ligueros, sumando dos empates ante Zaragoza y Girona y dos derrotas ante Leganés y Real Betis, quien también le eliminó en el encuentro de Copa. Lejos de obsesiones maníacas, la originalidad en el diseño de las equipaciones le dio al Lugo un cariz de distinción, algo que también haría en la temporada marcando la diferencia con su juego durante la mayor parte de la campaña.

Una temporada de rachas, sin sobresaltos y con estilo propio

No se puede decir que el Lugo haya pasado por grandes problemas esta temporada. Si nos atenemos a los resultados, el equipo logró 49 puntos en las 42 jornadas de la Segunda División, ganando 11 partidos, empatando 16 y perdiendo 15. En cuanto a la clasificación, el conjunto gallego finalizó el año en el decimoquinto puesto, oscilando su posición en la tabla durante la temporada entre el séptimo y el decimoséptimo lugar. Y la permanencia, que esta última campaña estuvo en 45 puntos, fue lograda matemáticamente ante el Alcorcón siete jornadas antes de acabar la temporada.

Son datos que demuestran el buen hacer de un equipo cuya meta es la estancia en Segunda División. A eso hay que añadirle el matiz distintivo de su juego. Quique Setién, el encargado desde 2009 de dirigir al Lugo, implantó personalidad a su equipo basado en el fútbol de toque. Su sistema táctico habitual fue el 4-2-3-1, que ha dado equilibrio al bloque con el doble pivote y le ha permitido ser un equipo ofensivo gracias a la conexión de los extremos y el mediapunta con la zona de arriba y a las continuas incorporaciones de los laterales. Jugadores como el meta José Juan, Manu, Carlos Pita, Fernando Seoane, Álvaro Peña, Iriome, Toni Rodríguez, Ferreiro o Pablo Caballero han tenido un papel destacado. A las figuras más relevantes se unieron en el mercado invernal Israel Puerto, procedente del Villarreal ‘B’ y Diego Seoane, cedido por el Deportivo de La Coruña, quienes se hicieron con un hueco en el ‘once’ titular nada más aterrizar en Lugo.

Jugadores del Lugo celebran uno de sus goles en la victoria frente al Osasuna (4-3). Imagen: www.lfp.es

Lógicamente, no todo fue positivo, y las lesiones también mermaron a los gallegos, sobre todo entre los últimos meses de 2014 y el inicio de 2015. Pelayo, los habilidosos Jonathan Valle y Ernesto, Víctor Marco, Lolo Plá, De Coz y David Aganzo sufrieron problemas que les impidieron tener continuidad en la temporada e incluso alguno no pudo ni finalizarla. A ellos se unió en febrero Jon García, con rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha, lesión que tampoco le permitió cerrar la campaña en los terrenos de juego.

Numerosas bajas que, sin embargo, no supuso una gran caída del equipo en Liga. Eso sí, aunque el Lugo mantuvo una cierta regularidad durante el campeonato, se puede dividir su actuación en cuatro fases o rachas. La primera de ellas comprende las 15 jornadas iniciales. En esta etapa, los gallegos dieron clara muestra de lo que serían capaces: el equipo obtuvo 21 puntos, allananó el objetivo antes del final de la primera vuelta e hizo un fortín de su estadio, el Anxo Carro, donde no cayó durante esas primera fechas y, además, logró hacerse momentáneamente con el título de ‘matagigantes’ tras conseguir la victoria antes dos recién descendidos y candidatos al ascenso directo como eran Valladolid, al que ganó 1-0, y Osasuna, al que derrotó por 4-3 en un partido no exento de polémica.

Esa primera etapa finalizaba con un triunfo en casa ante el Tenerife. Tras la victoria ante el conjunto insular, el equipo entró una fase de relajación, propia y habitual en todos los equipos, aunque no por ello dejaba de ser sorprendente. El equipo finalizó la primera vuelta con cuatro derrotas y dos empates, entre ellos un llamativo 6-6 con el Numancia, que le hizo caer de la novena hasta la decimosexta posición en la tabla. No fue casualidad. Precisamente, esta etapa coincidió con la plaga de lesiones que comenzó a sufrir y, claramente, le hizo perder un grado de competitividad.

Lance del encuentro entre Numancia y Lugo, que acabó con un llamativo empate a 6 tantos. Imagen: www.lfp.es

El equipo no dio la espalda a su estilo de toque en ningún momento, y con el inicio de la segunda vuelta volvió la imagen atractiva y vistosa del equipo, acompañada además de los resultados. Solo Leganés y Llagostera lograron vencer al Lugo en esta denominada tercera fase, que se desarrolló entre las jornadas 22 y 32. Los gallegos lograron 5 victorias, 4 de ellas consecutivas en casa, además de un empate ante el Zaragoza en un feudo siempre difícil como es La Romareda. El último de esos triunfos, ante el Mallorca por 4-0, daba la permanencia virtual al equipo, que sumaba 44 puntos con diez jornadas aún por disputarse. Con el objetivo prácticamente logrado, la lucha por un puesto para disputar el play off de ascenso parecía factible de conseguir.

Sin embargo, el final de temporada se haría largo para los aficionados del Lugo. El equipo nuevamente volvió a pecar de relajación con una situación cómoda en la tabla, aunque también acusó una gran falta de pegada, anotando solo 7 tantos en las últimas diez jornadas. Los gallegos intentaban arreglar en las segundas partes lo que desperdiciaban durante los primeros cuarenta y cinco minutos y la ilusión del play off se fue desvaneciendo.

Papel decisivo en un final inesperado

Seguramente nadie, ni los propios aficionados del Lugo, esperaban un final de temporada como el que tuvieron. Tras esa pérdida de intensidad en los últimos partidos, el conjunto gallego cerraba la temporada en Montilivi ante el Girona, equipo que llegaba al encuentro como segundo clasificado con 81 puntos y a un paso del ascenso de categoría. Al conjunto catalán le valía la victoria o que el Sporting de Gijón, su rival por la única plaza de ascenso directo que quedaba tras la lograda por el Real Betis, no lograra el triunfo. Dada la imagen y los resultados en los partidos previos de Girona y Lugo, el partido parecía un mero trámite para que el equipo catalán lograra su primer ascenso a Primera División en sus 85 años de historia.

Como si tuviera un guión preestablecido, el partido se fue amoldando a lo esperado: un Girona volcado sobre la meta de José Juan ante un Lugo inofensivo, haciendo poco más que comparecer en el campo. Los locales, poco antes del descanso, lograron adelantarse por mediación de Fran Sandaza. Los aficionados citados en Montilivi estallaron de júbilo y esperaban ansiosos el final del partido para celebrar la gesta gracias a ese triunfo, pues en Sevilla el Sporting ganaba 0-3 al Real Betis.

Álvaro Peña intenta marcharse de un rival en el partido frente al Girona. Imagen: www.lugo.es

Con la misma certeza de que no habría sorpresas en el Benito Villamarín, en Girona nadie esperaba un giro de guión, pero Pablo Caballero se convirtió en protagonista (o antagonista, según desde donde se vea). En el tiempo de prolongación, el delantero argentino cabeceó un balón en el área tras un centro desde la derecha para empatar el partido y arrebatarle el ascenso al Girona. El estadio del conjunto catalán pasó de la alegría al drama tras el tanto de Caballero.

Con seguridad, ningún aficionado del Lugo esperaba que su equipo tuviera la decisión en el ascenso directo. Lo que sí desearán es que la próxima temporada, la cuarta consecutiva en Segunda División y la quinta de su historia en la categoría, siga reafirmando a su equipo y continúe con una personalidad y una identidad única, valores que le han servido para dar la cara ante cualquier equipo. Con ese estilo, quizás el sueño del play off esté más cerca la próxima campaña.