Como cualquier amante del fútbol nacido en la localidad guipuzcoana de San Sebastián, Xabi Prieto soñaba con jugar algún día, en el club de sus amores. Su llegada al primer equipo no fue un camino de rosas. El portador del dorsal número diez, fue fichado en juveniles, pero tuvo que salir en calidad de cedido, concretamente al Hernani, donde gozó de los suficientes minutos para posteriormente poder jugar en el filial blanquiazul. Una vez en la Real Sociedad "B", disputó un total de 48 partidos en los que marcó 8 goles. La buena temporada realizada en el Sanse, hizo que el técnico de la Real, que por aquel entonces era Raynald Denoueix, se fijará en él y el 8 de septiembre de 2003 cumplió su sueño, debutando ante el Real Oviedo, en un partido copero. A partir de ahí, fue progresando de manera paulatina y un par de años le bastaron para convertirse en el ídolo de la hinchada de Anoeta. Suele ser una tarea compleja, la de encajar y caer bien entre la afición, pero para él debe haber sido pan comido. Claro está, que es uno de los jugadores más queridos por los aficionados, y siempre tendrá un hueco en la memoría de cada uno de ellos.

El donostiarra, fue, es y será leyenda txuri-urdin, dado que pocos jugadores pueden presumir de haberse mantenido fieles a unos colores a lo largo de toda su carrera. Xabi es uno de ellos. El capitán finalizaba contrato en junio de este mismo año, pero al estar realizando una campaña sobresaliente, ha decidido prolongar su vinculación con el cuadro blanquiazul. La verdad es que la extraordinaria temporada que están completando, ha sido un aliciente de gran ayuda a la hora de tener que tomar una decisión. Los de Eusebio son la sensación de La Liga Santander y el capitán es uno de los máximos culpables. Pero esto no ha sido siempre así. El easonense, como buen capitán, ha estado ahí en las buenas y en las malas, en el cielo y en el infierno, en la gloria y en la pena... Algo digno de valorar en jugador, y aún más en un líder. Cuando el equipo se veía al borde del abismo, ahí estaba el "10" para tirar del carro; cuando estaban saboreando la gloria, ahí estaba para disfrutar de ella. Es lo que tiene estar comprometido; hace sufrir en las maduras, pero provoca el mayor de los placeres, cuando el éxito es obtenido.

Se puede describir de muchas maneras la relación entre un club y su capitán, pero diciendo que la de la Real y Xabi es diferente, queda todo dicho. Una vida dedicada en exclusiva y al completo, a unos colores. Esa es la vida de una leyenda como, Xabi Prieto.