El choque entre el UCAM Murcia y el Recreativo de Huelva que tuvo lugar en La Condomina vuelve a demostrar, una vez más, que en el fútbol lo realmente importante, lo que prevalece, son los resultados, por encima de sensaciones o de supuestos merecimientos. Son datos objetivos, incontestables, que dirimen entre el éxito o el fracaso. Si consigues alcanzarlos, ganas, sino, pierdes. Así de sencillo y así de duro en la mayoría de ocasiones. Porque no existe aún, aunque alguien manifieste que sí, el ser que se encuentre plenamente contento tras haber terminado una gran actuación que no se ha culminado con el triunfo. Puedes pensar, a modo de autoesperanzarte, que ya falta menos para palpar con las manos aquello que tanto persigues, pero a la vez eres consciente de que has dejado escapar puntos que ya no volverán. 

Y este hecho se acrecienta cuanto más baja sea la categoría en la que un equipo compite. UCAM y Recreativo, por desgracia para ellos, se encuentran actualmente en el grupo IV de Segunda B. A su vez, comparten categoría con 78 equipos más, los cuales unos luchan por el play off y otros tantos por eludir los puestos de descenso, haciendo de esta división una de las más duras del fútbol español, donde los clubes no viven, sobreviven. Eso precisamente fue lo que hizo el conjunto universitario ante la visita del decano, que atendiendo a los resultados de sus rivales se había convertido en una autentica final para permanecer con vida en la batalla por los puestos de promoción. 

Para los onubenses este choque también se presentaba como crucial, porque una posible derrota le acercaba al abismo de los puestos de descenso. Pero a pesar de esto, o quizás precisamente por lo que había en juego, ambos equipos salieron al césped con una timidez y un respeto que, sorprendentemente, mantuvieron prácticamente durante todo el encuentro. Ninguno quería ser cazado en un renuncio, por lo que apenas arriesgaron, prácticando un fútbol plano y previsible para el contrario. 

El tedio solo fue interrumpido por algunas acciones aisladas. El Recre dispuso de los primeros acercamientos a portería. Tras una jugada desde el costado zurdo, Natalio, un viejo conocido de la parroquia universitaria, controló mal dentro del área y Ale Zambrano culminó la acción con un disparo desviado. Seguidamente, Casado, de falta, puso el cuero en juego pillando desprevenidos a los futbolistas del UCAM, pero Natalio, desde el interior del área, tardó en rematar y Johan, lateral del filial que debutaba como titular, rechazaba providencialmente el balón a córner. Los de Luis Casas respondieron con un disparo de Urko Arroyo desde la frontal que repelió la zaga visitante y con un remate de cabeza de Julen Colinas, falto de centrímetros, tras un centro de Kitoko, con la zurda, desde la línea de fondo. 

Sin que los porteros hicieran acto de presencia sucedió la jugada que marcó la primera parte y, por ende, el encuentro. Alrededor de la media hora de choque, Abel Gómez colgó un córner desde el costado zurdo que se marchó demasiado largo, Urko Arroyo controló el cuero y lo cedió para Marc Fernández que lo volvió a introducir en el área. Diego Jiménez, central blanquiazul, "abrazó" temerariamente a Onwu hasta que terminó en el suelo y el colegiado, a instancias de su asistente, señaló el punto de los once metros. El penalti lo transformó el de siempre, el seguro de vida, el futbolista que aporta bocanadas de aire a un equipo tremendamente afixiado: Marc Fernández. El de Corbera de Llobregat, máximo goleador universitario con 12 dianas, realizó un disparo ajustado a media altura que no pudo atajar su tocayo Marc Martínez, a pesar de que adivinó el lado escogido por el extremo. 

La réplica del Recreativo se produjo en forma de centros laterales. Hasta en tres ocasiones los pupilos de César Negredo intentaron inquietar a la defensa local colgando balones desde los costados, ya sea con el pie o utilizando la potencia en el saque de banda de Iván Malón, su lateral diestro, el cual estuvo a punto de propiciar mediante este arma la igualada de su equipo, después de una mala salida de Javi Jiménez, pero Gorka Santamaría no logró conectar con el balón cuando se encontraba en el interior del área. El equipo andaluz adoleció de pegada y esto le acabó pasando factura.

La segunda mitad arrancó con una combinación rápida entre Marc Fernández y Julen Colinas, pero finalizó sin remate alguno. Esta fue, además del tanto de la victoria, el único acercamiento universitario en los segundos cuarenta y cinco minutos, ya que se limitó a defender replegado en campo propio -como de costumbre- esperando a que pasasen los minutos o a que un chispazo, que esta vez sí llegó, solucionase la papeleta. Mientras tanto, el Recre disfrutaba de la posesión pero no encontraba vías por las que hacerle daño a su rival. Hasta que a falta de poco más de diez minutos para la el pitido final, Iván Agudo, recién incorporado, percutió por la banda diestra, cedió el esférico para De Vicente y este, ante la pasividad defensiva local, consiguió adentrarse en el área y realizar un pase de la muerte que tocó el guardameta Javi Jiménez, pero que remachó Boris en boca de gol para poner las tablas en el marcador. 

Con el empate el público de La Condomina estalló contra su equipo, entrenador e incluso presidente, siendo muy consciente de que tras diez minutos el objetivo de toda una temporada prácticamente podía saltar por los aires. Los futbolistas locales acusaron el golpe, por sus cabezas rondaban pesadillas anteriores, muestra de ello fue que en los minutos posteriores no consiguieron realizar una jugada de provecho, ya que se encontraban bloqueados. Pero a cinco minutos para el final volvieron a mostrar la pizca de calma que les quedaba. Abel conectó con Bustos en campo contrario y este con tan solo girarse encontró a Marc Fernández en situación de ventaja, el extremo realizó un centro raso perfecto a media distancia entre los defensas y el guardameta para que Urko Arroyo, libre de marca, empujara el cuero a la red y celebrara el tanto, a la postre de la victoria, con muchísima rabia. 

A partir de este instante, el UCAM fue inteligente y supo jugar con el resultado, esta vez sí, manteniendo el balón lo más lejos posible de la meta de Javi Jiménez. Los futbolistas del Recre, frustrados por haber visto como se les escapaba un punto, empezaron a cometer faltas, hecho que favorecía a los intereses universitarios. Hasta el extremo de que Gorka Santamaría, delantero que pudo formar parte de la plantilla del conjunto murciano el pasado verano, pisó a Bustos sin balón y se marchó expulsado, pasando por la ducha minutos antes que sus compañeros. Con el pitido final la tranquilidad inundó La Condomina, el UCAM sigue teniendo en su mano ser equipo de play off al término de la liga regular. 

Puntuaciones VAVEL.COM

Marc Fernández 3 puntos
Urko Arroyo 2 puntos
Boris 1 punto