En algunas ocasiones, el entrenador tiene una carga adicional acorde con el estatus que regenta su equipo en el país u competición. En el caso de Julio Velázquez y la Agrupación Deportiva Alcorcón ocurre algo parecido. La esencia histórica de los alfareros y la unión táctica al 4-1-4-1 que de manera tan eficiente ha conseguido poner en práctica el técnico salmantino tras muchos varapalos trae consigo el dilema sobre si los amarillos deben continuar manteniendo la posesión como en las últimas citas o regresar al hábito del contragolpe.
La posesión, el mejor arma (Eduard París)
En una categoría tan igualada como la Segunda División, las apuestas atrevidas y que buscan diferenciarse del resto de equipos suelen obtener su recompensa. Pocos podían imaginarse al principio de la temporada, y más teniendo en cuenta la trayectoria del equipo a lo largo de la anterior, que Julio Velázquez y su cuerpo técnico iban a decantarse por una idea de fútbol tan atractiva, pero que al mismo tiempo cuesta tanto de ver en estas categorías. Eran conscientes del riesgo, pero viendo la dinámica que llevaba el equipo en la primera parte de la liga, valía la pena arriesgar, y como se puede ver, los resultados poco a poco están llegando.
Hay que tener en cuenta que el equipo alfarero ha conseguido siempre sus mejores resultados en esta liga con una propuesta de fútbol más bien sencilla: primero Anquela y luego Muñiz o Bordalás apostaron siempre por convertir sus defensas en fortines, sobre todo en Santo Domingo, y esperar sus ocasiones para materializar las victorias. Esto es fútbol, y cualquier estrategia es legítima y te puede llevar a la victoria, como ha quedado demostrado a lo largo de las ocho temporadas que lleva ya el club en la categoría de plata.
Sin embargo, cabe destacar uno de los factores clave para entender este cambio de estilo, y es el tipo de jugadores que hay en la plantilla de esta temporada con respecto a las anteriores. Hasta 29 fichajes ha tenido que realizar la dirección deportiva del club para confeccionar la plantilla de esta temporada (aunque algunos de ellos han abandonado el club a estas alturas), y en muchos la técnica y el talento son las cualidades más destacadas, y éstas están siendo muy bien aprovechadas por el equipo. Dorca, Álvaro Peña, Sangalli, Jonathan Pereira, Mateo García, Asdrúbal y un largo etcétera. Todos ellos son jugadores muy válidos para esta categoría y más aún para jugar de la forma que quiere y que ha implantado Velázquez.
Equipos de la zona alta como el Oviedo, el Cádiz o el Osasuna ya han sido derrotados por los alfareros, que también consiguieron puntuar ante el Huesca, líder indiscutible de la liga pero que mereció perder cuando visitó Santo Domingo. Por lo tanto, las pruebas de que el nuevo sistema ha mejorado el nivel del equipo están ahí, y se espera que los resultados positivos sigan llegando para aupar al equipo amarillo a las posiciones de privilegio de la clasificación.
A la contra también es válido (Adrián Lázaro)
Analizando uno a uno los jugadores y manteniendo por un instante al margen los resultados y las sensaciones que han traído consigo, Julio Velázquez debería volver a apostar por contragolpear manteniendo el sistema en sí, ya que los once protagonistas que cada fin de semana saltan el verde sea cual sea el estadio del territorio español lo tienen cada vez más adquirido e interiorizado. Se han formado unos automatismos independientemente del modo de juego a poner en práctica y eso es un punto a favor que el natural de Salamanca no puede abandonar en balde, pues a diferencia de muchos otros equipos de Segunda División, sus soldados tienen claro el dibujo en el rectángulo de juego.
Ahora bien, a pesar de que en los últimos tres encuentros frente al Real Zaragoza, FC Barcelona B y CD Tenerife, los del sur de Madrid han desarrollado un estilo basado en la posesión logrando cinco de nueve puntos posibles, solo ha sido posible anotar tres goles en casi trescientos minutos contando los añadidos. Una cifra que no permite saciar la sed anotadora requerida en una competición como la que se está examinando y que, a la larga, si el olfato goleador no florece, puede acabar desencadenando en fuertes problemas más que seguramente.
Por ello, y gracias al sistema del 4-1-4-1 en el que Jon Errasti o Dani Toribio ejercen posiciones de mediocentro defensivo para aportar equilibrio y estabilidad a la medular, junto a unas potentes y rapidísimas bandas gracias a Mateo García y Marco Sangalli junto a un hombre objetivo como es Jonathan Pereira, la opción de mantener al conjunto grupal en defensa empeñándose en dichas labores y elaborar contraataques es el mejor método para no encajar y volver a crear grave peligro necesitando muy poco, pues con los jugadores mencionados, es más que posible.
Sobre todo si se tiene en cuenta la experimentada y rocosa zaga que dispone Julio Velázquez con Carlos Bellvís, Esteban Burgos, Hugo Álvarez y Laure. Cuatro pesos pesados en tareas defensivas, el eje central e indispensable para poder esperar el momento adecuado en el propio campo y enviar de forma precisa y efectiva un balón al área contraria para que un extremo o en su defecto en propio delantero, aproveche de forma óptima la oportunidad otorgada, siendo de este modo, en el desarrollo de la segunda mitad de la competición, la mejor manera de llegar con buena forma física al tramo final y sabiendo a ciencia cierta cuáles son los métodos para llevarse los tres puntos de los máximos feudos posibles.