El Lugo y el FC Barcelona B medirán sus fuerzas el próximo domingo en LaLiga 1|2|3. En el filial azulgrana juegan varios jugadores interesantes que ya han debutado con el primer equipo como Carles Aleñá o José Arnaiz, pero la realidad es que las oportunidades con los ‘mayores’ cada vez están más caras en ‘Can Barça’.

Los años dorados

Hace una década el papel que desempeñaban los futbolistas criados en casa en el conjunto catalán era fundamental. Con la llegada de Guardiola a la dirección técnica del conjunto de la Ciudad Condal el número de canteranos, así como el de los minutos que estos jugaban, aumentó considerablemente. Jugadores como Bojan, Pedro Rodríguez o Sergio Busquets se convirtieron en importantes, además de la vuelta de otro canterano como Piqué para convertirse en imprescindible. Otros más asentados en el primer equipo como Xavi, Iniesta o Valdés dieron su mejor nivel con Pep bajo el mando, a los que hay que sumarles a la leyenda Carles Puyol y a un Leo Messi que empezaba a escribir la suya con páginas doradas. Ese equipo escribiría su nombre en mayúsculas en la historia al alzarse con los seis títulos posibles en una sola temporada.

Desde entonces el papel de los canteranos en el primer equipo azulgrana ha ido decreciendo. Los años siguientes a la llegada de Guardiola la tónica seguiría siendo apostar por la cantera, con los debuts de jugadores como Nolito, Thiago Alcántara, Montoya, o Jeffrén, ninguno de ellos en el equipo en la actualidad. Con los cambios de entrenadores y el paso de los años la tónica fue cambiando. Después de Pep llegó Tito, que siguió apostando fuerte por la cantera, pero tras él y con las llegadas del Tata Martino y posteriormente de Luís Enrique, el papel de los jugadores de casa fue reduciéndose, al menos el de las caras nuevas, ya que hombres como Piqué, Busquets, Iniesta o Messi eran y siguen siendo, intocables.

Asentarse no es sencillo

Muchos jugadores pasan por su cantera pero sólo unos pocos consiguen llegar al primer equipo. Algunos llegaron pero acabaron yéndose como Thiago, Bartra, Jonathan Dos Santos, Jeffrén, Deulofeu, Munir o, más recientemente, Rafinha, la mayoría por la falta de minutos. Otros no llegaron a asentarse, pero hicieron carrera más o menos interesante tras salir del filial azulgrana, como Muniesa, Sandro, Sanabria, Tello o Grimaldo. Entre todos estos nombres cuesta creer que algunos no valieran o no fueran valorados en su momento, pero asentarse en el primer equipo del Barcelona no es tarea sencilla. Además estar a la sombra de un equipo casi impenetrable tampoco lo es. En el Barcelona de hoy en día cuesta creer que un canterano llegara a hacerse un hueco en el once inicial llegando directamente de la cantera. Ojo, que obviamente los canteranos siguen jugando un papel importante, prueba de ello es Sergi Roberto, el enésimo jugador de la casa asentado en el once. Pero sí que es muy complicado por el nivel actual, casi estratosférico, de los jugadores. Debido a esto y a la extrema exigencia, el número de jugadores canteranos en el primer equipo ha ido descendiendo en cuanto a número y a importancia en los últimos años.

Las esperanzas del futuro

En la actualidad pocos jugadores de este filial parecen contar para el primer equipo. Las excepciones las encontramos en unos pocos afortunados como Carles Aleñá, el jugador más prometedor del equipo B. Otro de los jugadores con minutos en el primer equipo fue José Arnaiz, aunque el caso de este es peculiar pues llegó este año al filial del Barcelona, un caso similar al de Denis Suárez hace algunas temporadas. Abel Ruíz, jugador fichado hace varias temporadas de la cantera del Valencia y formado en parte en La Masía, es otro de los nombres más interesantes.

Por otra parte encontramos casos como el de Jordi Mboula, que prefirió hacer las maletas antes de llegar al primer equipo con vistas a desarrollarse al máximo nivel cuanto antes o casos como los de Fàbregas o Bellerín, que abandonaron la cantera azulgrana durante su formación.