Tras una larga temporada, los hispalenses estaban a un solo partido de ponerle el broche de oro a un año que no había empezado de la mejor forma posible, llegando incluso a estar últimos en Liga en las primeras jornadas de la competición casera. Con trabajo de Emery, el cuerpo técnico y los futbolistas se cohesionaron formando un gran equipo difícil de vencer.  Nueve fueron los rivales que dejaron atrás para llegar a esta ansiada final. Mladost Podgorica, Śląsk, Estoril, Freiburg, Liberec, Maribor, Betis, Porto y Valencia. Por su parte el Benfica también tuvo un duro camino enfrentándose a equipos muy duros. Empezó en la fase de grupos de la Champions en el grupo C con el Anderlecht belga, el PSG francés y el Olympiacos griego en el que quedó tercero y fue directo a dieciseisavos de la Europa League, donde eliminó al PAOK, al Tottenham, al AZ y la Juventus de Turín.

Garay lamentando una ocasión

En el campo los 11 elegidos por Unai Emery fueron: Beto; Coke, Pareja, Fazio y Alberto Moreno; M´Bia, Carriço y Rákitic; Vitolo, Reyes y Bacca. Por su parte los lusos sacaros a: Oblak; Pereira, Luisão, Garay y Siqueira; André Gomes, Gaitán y Amorin; Sulejmani, Rodrigo y Lima. Un partido que duro más de lo esperado ya se llegaron a los penaltis.

El encuentro acabó con una posesión muy igualada, el Sevilla mantuvo la pelota el en 51% de los 120 minutos disputados. Pero no así fueron las ocasiones o el peligro que generaron ambos equipos. El Benfica dio un auténtico recital en el ataque tirando la friolera de 21 veces y 15 a puerta. Por su parte, el Sevilla solo tiro 11 veces de las cuales fueron solo siete fueron entre los tres palos. Bacca tuvo la ocasión más clara para los españoles con un tiro con el exterior de pie derecho que a punto estuvo de colarse por la escuadra izquierda del actual portero del Atlético de Madrid Oblak. El Benfica tuvo tres ocasiones que lo normal es que hubiesen entrado, pero por inspiración divina o bien por la tensión del momento, tanto Fazio como Pareja tuvieron que ayudar a su compañero Beto en más de una ocasión que la pelota parecía que iba a acabar en el fondo de la portería defendida por los hispalenses.

Sulejmani y Alberto corriendo tras el balón

Emery dio la orden de jugar al filo del fuera de juego, donde Bacca podía ganar en velocidad a sus marcadores, lo que propició que se pitasen nada menos que cinco fueras de juego en contra de los de Nervión. En el terreno físico los dos equipos hicieron un partido Duero con 21 faltas por parte del Sevilla y 25 por parte del Benfica.

Cuando ya las fuerzas eran escasas, el técnico vasco decidió sacar a Marko Marin, que solo aguantó 20 minutos en el terreno antes de romperse y dejarle sitio al lesionado Kevin Gameiro. Vitolo fue sustituido en la primera parte de la prórroga para dejar su lugar a Diogo. Tras los 120 minutos de partido y prorroga llegó la hora de los penaltis. Otra tanda para el Sevilla en esta competición. Otra tanda tras la del Villamarín en la que eliminaron a su eterno rival por 4-3 y donde Beto fue protagonista. Otra tanda para demostrar que el portero luso es un especialista en el campo de la pena máxima.

Penaltis

Gameiro celebrando el penalti decisivo

El primero en poner el balón en el punto de penalti fue delantero del Benfica Lima, que engañó al portero con un tiro raso a la izquierda. 1-0. Bacca fue el primero en tirar por parte de los hispalenses. El delantero estaba lesionado, pero no pudo ser sustituido ya que su equipo había realizado los tres cambios. El cafetero le pegó fuerte y a la izquierda para empatar. 1-1. Cardozo fue el tercero en tirar, un lanzamiento similar al de Lima, pero en esta ocasión Beto lo paro al igual que lo hizo con el de Nono en octavos de final. 1-1. M´Bia, el héroe de la semifinal batió a Oblak con un fuerte tiro a la derecha de la portería engañando al portero. 1-2. Rodrigo quería igualar el marcador a dos, pero se encontró con Beto que paro su tiro raso a la derecha. 1-2. Coke no se lo pensó dos veces y aunque no pudo engañar al portero no le hizo falta tras un gran disparo bajo por la izquierda. 1-3. Luisão, el central que había cuajado un auténtico partidazo, marcó su penalti con un disparo tranquilo a la derecha, que engañó al portero. 2-3. Gameiro tenía en sus botas la copa de la Uefa, la tercera del Sevilla, la que podía poner a su equipo entre los más grandes de la competición. Lanzó un auténtico trallazo a la escuadra izquierda sin que Oblak pudiese hacer absolutamente nada.

Este fue el punto final en la carrera europea del Sevilla que volvió a acabar con un título en sus vitrinas.

El Sevilla festejando el titulo de la Europa League