(3) Carolina Hurricanes 2-6 New York Rangers (4)

Los New York Rangers jugarán la final de la conferencia este frente a Tampa Bay Lightning, todo ello gracias a un séptimo partido muy serio, sustentado en un inmenso Igor Shesterkin que convirtió en papel mojado la mayor presencia de los Canes en la zona rival y su mayor número de tiros. Carolina fue incapaz de superar al cancerbero ruso, y las lesiones de Seth Jarvis en el primer periodo y de Antti Raanta en el final del segundo, mermaron aún más sus posibilidades. Los blueshirts, al contrario si encontraron la red en los momentos que tuvieron sus ocasiones y acabaron desarbolando a un equipo local, que eligió el peor de los días para ceder su imbatibilidad como local.

Los Rangers tiraron de equipos especiales para establecer su ventaja en el marcador con dos goles. En su primera superioridad, justo cuando los dos minutos de sanción estaban a punto de morir, aprovechando el pequeño caos que se formó en la pista con los cambios de ambas escuadras, una combinación lanzada desde la zona neutral por Lafrenière, continuada por Copp y culminada con un pase atrás para Adam Fox, ponía a los visitantes por delante. 

Que no iba a ser la noche de Carolina se vio cuando por culpa de algo tan desafortunado como la pérdida de filo de un patín, provocó que los cambios no se hicieran a tiempo, y los Canes se encontraran con exceso de efectivos en el hielo y con la sanción correspondiente. Chris Kreider volvía a anotar, tras las chanzas del partido anterior porque Shesterkin llevaba más puntos que él en la serie, con una de sus especialidades el tip in, ese toque mortal al disco que lo aleja del alcance de cualquier portero.

No soplaba el viento a favor, pero Carolina no perdió la cabeza, y siguió con su plan, esperando encontrar la vulnerabilidad en la portería de Nueva York, pero los minutos transcurrían y seguían sin encontrar ese agujero por el que pudiera entrar el disco. Para rematar la pesadilla, Raanta se lesionaba además él solo, a falta de poco más de cuatro minutos para acabar el tercio, y otra vez tocaba al tercer portero, Pyotr Kotchekov defender los tubos.

Un Kotchekov que aún entrando frío se marcó un paradón en el primer disco que tuvo que atajar lanzado por los Rangers. Pero como un resumen del partido en menos de un minuto, la parada del portero de Carolina sirvió para lanzar un contraataque, en el que Shesterkin salió una vez más victorioso en el uno contra uno. Y ese mismo disco parado por el titán ruso, tras pasar por K´André Miller y Artemi Panarin, se convirtió en gol en la pala de Ryan Strome. Una losa que ya pesaba tres goles para la tumba de Carolina.

Y si Carolina trató de conjurarse para igualar esos tres goles, Chris Kreider, remató la faena con un contraataque rematado con un backhand que dejó vencido a Kotchekov. 

Y es que Carolina necesitó encontrarse con prácticamente el único momento en que Shesterkin se mostró humano y falible, un disco deficientemente jugado por el trapecio, abrió la puerta para el gol de Trocheck cuando restaban 11:49 de partido. Y todo eso para que 40 segundos después, Chytil volviera a devolver los cuatro de ventaja.

Caras largas en el banquillo de Carolina, público que tomaba la puerta de salida, el resto del partido fue un descenso al infierno para los de casa y un ascenso celestial para unos Rangers que vuelven a encontrarse con Tampa Bay Lightning, por la lucha por el Prince of Wales Trophy y el puesto en la final por la Stanley Cup.