Tanto años preparando a conciencia la cita más importante de su carrera profesional, para perder a las primeras de cambio. Ésa es la sensación que se le quedó a Julia Figueroa tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, con el atenuante de que partía como favorita, y no solo sobre el papel sino incluso a tenor de lo dicho por ella. Y es que la cordobesa declaró unos días antes del inicio de los Juegos, que no se conformaba con nada que no fuera un oro, en lo que supusieron unas declaraciones que le metieron excesiva presión.

El batacazo fue mayúsculo, y Julia Figueroa fue la clara muestra del mal rendimiento de los judokas españoles en Río. Cayó en octavos de final ante la cubana Dayaris Mestre, en lo que es ya el episodio más triste de su vida deportiva, como demostró su llanto desconsolado y las duras declaraciones realizadas, en las que señalaba que "pienso que no vale la pena nada".

Sin embargo, no hay mejor medicina que el tiempo, y más de dos meses después de aquél episodio, Julia Figueroa resurge de sus cenizas y se da otra oportunidad. La judoka cordobesa reaparecerá en el Grand Slam de Abu Dhabi, con el objetivo de "volver a empezar". El desconsuelo va diluyéndose y siendo sustituido por la ilusión, como así atestigua la actitud constructiva de Figueroa en las últimas fechas.

"Como cualquier competición que sale mal te pica, pero hay que seguir, y como siempre mi objetivo será lograr medalla", señaló la española. Miembro del club de judo Valencia Terra i Mar, Julia busca llegar en la mejor forma posible al Campeonato de Europa que se disputará en abril en Kazán, y para el Mundial que se celebrará en México durante el verano. Comienza un nuevo y apasionante camino.