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Natación Río 2016: Michael Phelps, medalla de oro contra el miedo

El deportista estadounidense participará en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Su vida ha sido una lucha constante frente a sus temores y ya se ha colgado su primera medalla de oro. La medalla de la valentía. El mundo de la natación está de enhorabuena y es que podrán disfrutar por última vez de este nadador tan especial. El 'Tiburón Dorado' ha vuelto.

Natación Río 2016: Michael Phelps, medalla de oro contra el miedo
Natación Río 2016: Michael Phelps, la vez que venció al miedo I Foto: ESPN.com
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Por Jaime Egüen Hernández

Los tiburones, al igual que los humanos, tienen miedo. Hace algunos años, un niño de apenas 8 años se encontraba correteando por su jardín, ajeno a que le quedaban pocos minutos para descubrir uno de sus mayores miedos. En ese momento, aquel jovencito estadounidense levantó una roca del jardín de sus padres, y vio por primera vez una serpiente. Era larga y escurridiza, con una lengua silbante y pequeños ojos, aquel ser se hizo dueño de su mente y se convirtió en su mayor pesadilla durante épocas. Casi todas las mañanas, se levantaba temblando, empapado de sudor y sin poder conciliar el sueño. A sus amigos y familiares, incluso, les prohibió siquiera pronunciar el horrible nombre del animal. 

Sin embargo, los humanos según vamos creciendo, cambiamos nuestros gustos y nuestros miedos. En 2014, al protagonista de esta historia, se le pidió que dibujase su mayor temor y en ese caso no plasmó la figura de dicho reptil. El mayor miedo de Michael Phelps era The Meadows, un centro para el tratamiento de adicciones y traumas psicológicos, al noroeste de Phoenix. El medallista ingresó en éste lugar después de su segundo arresto por conducir bajo la influencia del alcohol, el 30 de septiembre de 2014. Al nadador, le bastaron cinco días para descubrir que The Meadows no era su lugar favorito. No salió de su habitación, tampoco comió y por supuesto no durmió ni una sola hora.

Phelps nadando I Foto: JJOO.com
Phelps nadando I Foto: JJOO.com

Phelps envió un mensaje a su madre, contándole que nunca en su vida había sentido tanto miedo. Se estremecía al pensar que tenía que compartir sus demonios más internos con personas totalmente desconocidas para él. Tan sólo dos años antes acababa de enterrar en Londres su prestigio olímpico. 

Las dos cosas que más daño le hicieron

Según contaba Michael Phelps, sus principales problemas se centraban en dos cosas. Sus padres se divorciaron cuando tan sólo tenía nueve años, y él siempre se sintió abandonado por su padre. Fred decidió ignorar a su hijo, éste decidió refugiarse en la piscina y ahí se construyó el mejor nadador jamás visto. 

Michael Phelps: "Pensaba que el mundo estaría mejor sin mí. Me pareció que esa era mi mejor opción: simplemente terminar con mi vida".

En ese momento, apareció la figura de Bowman, una especie de padre adoptivo. En el agua, lo presionaba como el que más y fuera de ella le enseñó todo lo que sabía. Cuando cumplió los 30 años se encontraba perdido y sin identidad. Él pensaba que todos sus metales olímpicos no le hacían olvidar su dolor y, sin embargo, sólo le complicaban y le dificultaban mucho más la vida. Su decisión fue automedicarse y preguntarse si su vida merecía la pena. El que muchos consideraban el mejor deportista de la historia pensaba que como persona no valía para absolutamente nada. El estadounidense estaba completamente seguro de que el mundo estaría mejor sin él y que su mejor opción era acabar con su vida.

Un preso con 18 medallas

La vida le dio un revés cuando fue condenado a un año de cárcel. El medallista fue arrestado cuando conducía en estado de embriaguez y sobrepasando la velocidad máxima permitida. Su condena finalmente fue de 18 meses de inclusión en un programa de desintoxicación del alcohol, algo que no le impediría participar en competiciones fuera del territorio estadounidense, pero sin representar a su país, ya que su Federación le condenó a no participar en los Mundiales de Kazán, que se disputaron en 2015.

Phelps nadando I Foto: JJOO.com
Phelps nadando I Foto: JJOO.com

Era la segunda vez la policía arrestaba a Phelps por este motivo, ya que el 18 veces campeón olímpico también cometió este delito en 2004, cuando tenía 19 años.

Phelps venció a sus miedos y estará en Río

Phelps dijo adiós tras terminar los Juegos Olímpicos de 2012. Ya era el atleta más condecorado con 18 medallas de oro y 22 en total. Michael expresó que no se encontraba mentalizado para seguir compitiendo, que estaba lejos de su estado de forma idóneo y que estaba preparado para abandonar para siempre las piscinas. El mundo de la natación ya se había concienciado de que no iban a volver a ver al Tiburón Dorado en acción, pero le bastaron 18 meses para cambiar por completo de opinión y ahora a sus 31 años se le sigue considerando favorito a todo y va a Río después de realizar una exhibición en la piscina hace escasos meses.

Phelps estará en Brasil como el primer nadador varonil de Estados Unidos que compite en cinco Juegos Olímpicos. Ya es el atleta más condecorado en la historia de la justa olímpica con 18 medallas de oro y 22 en total. Se espera, y se desea, que Phelps incremente de manera importante su cosecha de medallas. Se clasificó en sus tres mejores eventos individuales y es posible que sea parte de los tres equipos varoniles de relevos en la potente delegación estadounidense.

Phelps nadando I Foto: JJOO.com
Phelps nadando I Foto: JJOO.com

Michael Phelps ha vuelto. Los amantes del mundo de la natación podrán disfrutar por última vez del nadador en unas olimpiadas. Su último baile, las últimas brazadas y es que Phelps ha decidido que ya no hay vuelta atrás. Los juegos de Río serán los últimos. Lo más importante es que Michael Phelps ganó su batalla más importante. La batalla al mundo del alcohol y de las drogas. Phelps ha vuelto y la obligación es disfrutar de él. El Tiburón se ha colgado la medalla de oro de la vida y probablemente ésta sea la más importante que ha conseguido.