Poco a poco 2016 se va terminando, las horas se van descontando y la aparición de las luces y árboles navideños dejan un resultado por delante: el fin de una temporada para que en breves e ponga en marcha otra. Como no podía ser de otra manera, cuando una campaña baja su telón se debe hacer un balance, con las luces y sombras que ha deparado la temporada, y donde por detrás del británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, que han estado a un nivel estratosférico, han aparecido el canadiense Milos Raonic y el suizo Stan Wawrinka para que el quinto puesto del ránking ATP caiga en manos del japonés Kei Nishikori, quien con el paso de las temporadas no solo ha sido capaz de ir mejorando su juego, sino que además también ha podido madurar dentro y fuera de las pistas llegando a ser uno de los tenistas más complicados de derrotar, y a pesar de tan solo haber sido capaz de alzar los brazos en Memphis, el nipón ha estado dando la talla en las grandes citas como bien se demostró en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde a pesar de caer en semifinales contra Andy Murray, se sobrepuso para llevarse la medalla de bronce a casa.

Novak y Andy, bestias negras en los primeros torneos

Los comienzos de temporada nunca son fáciles, los entrenamientos realizados durante el invierno se ponen a prueba y los primeros torneos dejan las primeras conclusiones, cayendo Nishikori en Brisbane en cuartos de final frente a Bernard Tomic por 3-6, 6-1 y 3-6, continuando su camino en Oceanía con el primer Grand Slam del curso, el Open de Australia, cita en la que el tenista japonés conseguía llegar hasta los cuartos de final no pudiendo batir a Novak Djokovic, quien le vencía por 3-6, 2-6 y 4-6. En su torneo predilecto durante las últimas campañas, Kei conquistaba el Memphis Open dejando en la cuneta a Taylor Fritz por 6-4 y 6-4, para poner rumbo posteriormente al Abierto Mexicano, donde no era capaz de superar la segunda ronda, pereciendo frente a Sam Querrey por 4-6 y 3-6, continuando su campaña en la Copa Davis contra Gran Bretaña, cita en la que cumplía las expectativas doblegando a Daniel Evans por 6-3, 7-5 y 7-6 (3), no pudiendo vencer ante Andy Murray por 5-7, 6-7 (6), 6-3, 6-4 y 3-6, con la consecuente eliminación de Japón en el torneo copero.

Tras unos buenos resultados en los primeros torneos de la temporada, Nishikori ponía rumbo a los Masters 1000 de Estados Unidos, comenzando en Indian Wells, donde llegaba hasta los cuartos de final para perder frente a Rafael Nadal por 4-6 y 3-6, obteniendo mucho mejor resultado en Miami, cita en la que era capaz de acceder hasta la gran final, cayendo contra Novak Djokovic por 3-6 y 3-6, quedando a un paso del título. La aparición de la tierra batida no cambiaría en absoluto las buenas sensaciones de Kei, que en el Barcelona Open Banc Sabadell conseguía llegar hasta la final del torneo, sin poder conquistarlo al caer ante Rafael Nadal por 4-6 y 5-7, siguiendo sobre la arcilla del Mutua Madrid Open su campaña, llegando hasta las semifinales donde Novak Djokovic le vencía por 3-6 y 6-7 (4). El propio Djokovic sería el encargado de finalizar su camino en el Masters 1000 de Roma al apearle del torneo en las semifinales, imponiéndose por 6-2, 4-6 y 6-7 (5), para que el segundo Grand Slam del año, Roland Garros, cerrara la primera parte de la temporada de arcilla con una cuarta ronda al perecer frente a Richard Gasquet por 4-6, 2-6, 6-4 y 2-6.

La gira americana de torneos, con los Juegos Olímpicos de por medio, dejan la gloria en manos de Nishikori

Una vez la parte de torneos de tierra batida quedaba a un lado, sin apenas descanso Nishikori comenzaba su andadura sobre la hierba de Halle siendo capaz de tan solo llegar hasta la segunda ronda, no pudiendo presentarse por lesión, lo cual no le impedía llegar a Wimbledon en las mejores condiciones posibles, donde firmaba una cuarta ronda al no ser capaz de vencer a Marin Cilic, cayendo por 1-6, 1-5 y retirada, achacando de nuevo los problemas anteriores que no habían aparecido tres partidos antes, pero que si le tocaban a la cuarta tentativa.

Poniendo rumbo de nuevo al otro lado del Océano Atlántico, el Masters 1000 de Toronto mostraba de nuevo la mejor versión de Kei, llegando el nipón hasta la final del torneo, cayendo contra Novak Djokovic por 3-6 y 5-7, para que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueran la cita más importante del curso para el japonés, que conseguía llegar hasta las semifinales, donde Andy Murray no le permitía llegar a la final, teniendo que batirse en duelo por la medalla de bronce con Rafael Nadal, saliendo victorioso Nishikori por 6-2, 6-7 (1) y 6-3. El cansancio acumulado en la ciudad carioca le pasaría factura a Kei en el Masters 1000 de Cincinnati, siendo capaz tan solo de llegar hasta la tercera ronda, donde caía frente a Bernard Tomic por 6-7 (1) y 6-7 (5). Para cerrar la campaña de Grand Slams en el US Open, Nishikori conseguía avanzar con paso firme hasta las semifinales, donde Stan Wawrinka era el encargado de apearle del torneo al imponerse por 6-4, 5-7, 4-6 y 2-6.

Fin de año con malos resultados

En el Rakuten Japan Open Tennis Championships 2016 las sensaciones de Nishikori volverían a ser malas, cayendo en segunda ronda contra Joao Sousa por 4-3, teniendo que retirarse al acusar las molestias que le habían impedido rendir a gran nivel en Wimbledon, meses atrás, y que parecían olvidadas, pero que volvían a aparecer. Con dos semanas de por medio para recuperarse, Kei reaparecía en el ATP 500 de Basilea, donde caía en la gran final ante Marin Cilic por 1-6 y 6-7 (5). En la penúltima cita de la temporada, Nishikori tan solo era capaz de llegar en el Masters 1000 de París-Bercy hasta la tercera ronda, donde Jo-Wilfried Tsonga se cruzaba en su camino para vencerle por 6-0, 3-6 y 6-7 (3), quedando el Torneo de Maestros como su último compromiso del año, comenzando en el 'Round Robin' con una victoria sobre Stan Wawrinka por 6-2 y 6-3, para a continuación sucumbir ante el poderío de Andy Murray por 7-6 (9), 4-6 y 4-6, corriendo la misma suerte contra Marin Cilic por 6-3, 2-6 y 3-6, lo cual no impedía que el japonés sellara su pase a las semifinales del torneo, donde Novak Djokovic era un ciclón que acababa con las esperanzas de Kei Nishikori en un abrir y cerrar de ojos, venciéndole por 1-6 y 1-6.