Pedro Ramírez: El distinto

El volante es nuevo jugador del Deportivo  Táchira. Más allá de su fichaje y su fútbol, el saber porqué se le considera como diferente es necesario

Pedro Ramírez: El distinto
El mediocampista se convirtió en el primer futbolista en la historia del  fútbol venezolano en repartir 20 asistencias en  toda una temporada|Foto: Pagina oficial Zamora FC
carlos-ortiz
Por Carlos Ortiz

En la rama social siempre ha existido aquel concepto que indica que “Siempre habrá alguien con características distintas al resto…”.  Ahora bien, centrándonos en lo que queremos explicar esto se traduce de una manera: En el fútbol siempre ha de encontrarse a un jugador diferente, aquel capaz de exhibir cosas que reclamen atención.

Esto apuntado no está lejano a lo escenificado en el fútbol venezolano. Pedro Ramírez es distinto, y el Deportivo Táchira denotará una nueva oportunidad desemejante a la del Zamora para que el nativo de Barrancas exponga sus cualidades. Esto se afirma a partir de las declaraciones de Jorge Silva presidente del club aurinegro, quien expresó que la institución llegó a un acuerdo con el volante. De hecho el jugador ya entrena con la oncena tachirense y lucirá los colores del octacampeón nacional.

El comienzo

Era 2012 y Zamora empezaba a reverdecer con la llegada de Noel San Vicente un año antes, con ello un nombre emprendía su recorrido por el país, y no era otro que el de  Pedro Ramírez. En Barinas asomaban a percatarse de un tipo que poseía elementos opuestos a los del resto.

A mitad de 2013 un Sanvicente sensacional potenció a Zamora en base al trabajo, el guayanés  asimiló en tierras llaneras algo contradictorio a lo de su  periplo por el Caracas: El dinero no era tan imperioso  transformarlo en fichajes, sino, más bien en brega y preparación. En ese entonces,  el blanquinegro fue magnífico y ganó el Clausura del mismo año. Eso sí, era un plantel carente de jugadores de renombre, pero “El mago” empezaba a emerger. Se ilustraba de alguien como Darío Figueroa. ¡Qué crack!

La Furia Llanera disputó aquella Final Absoluta 2012-2013 con un Deportivo Anzoátegui que había logrado el doblete, Apertura y Copa Venezuela. Pero, no fue óbice, los barineses materializaron un montón de esfuerzo. Reencarnaron el espíritu federalista de Ezequiel Zamora, con hambre de títulos, los de Sanvicente batieron el antagonismo y se proclamaron como campeones absolutos, la primera estrella aparecía. El Mago tomaba protagonismo.

Etapa de consagración

Con la marcha de jugadores fundamentales, Ramírez tomó el listón y adquirió más responsabilidad. Iniciada otra temporada, Zamora se quedó a nada de conseguir el Apertura. Pedro jugaba a otra cosa, un peldaño por delante, marcaba un lúcido ritmo que encandilaba por montón. El fútbol no es una actividad lineal y con ello se iba demostrando que la idea del equipo de Sanvicente -dependía- en gran parte de como amanecía el diez.

No procuro alejarme del tema tratado. En un equipo donde se jugaba con extremos bien abiertos, Ramírez ungía como asistidor del inicio del desequilibrio, era el principal socio de Juan Falcón que hacía de nueve, sacaba la pelota limpia en tres cuartos de cancha. Era el encargado de nutrir a los de arriba, era un capo. En ese mismo lapso de tiempo, despuntó en Libertadores, Atlético Minero, Santa Fe y Nacional de Paraguay cercioraron lo apuntado, el jugador intervenía en una dinámica siendo figura.

Las postales trascendían a otras latitudes, por ende, la puerta internacional tentaba su puerta.

Interpretando la magnitud del asunto,  clubes internacionales consultaban la situación del jugador. Esa temporada la Furia Llanera conquistó el Clausura, asistencias, transiciones, pausas, en fin… Era vital en el funcionamiento,  que todo transitara por sus pies influía, marcaba el porqué y como de los tiempos. Zamora jugó esa final con Mineros, fue campeón de nuevo.  Pedro, completó la campaña 2013-2014 con más de una decena de asistencias y once goles, en 33 partidos disputados. Cifra apreciable.

No era su lugar

En la vida y en el fútbol toda determinada causa genera un efecto ligeramente previsto. En junio de 2014 lo especulado concluía como una realidad, el volante barinés alistaba las maletas y emprendía viaje a suelo suizo, el Sion llegó a un acuerdo con la institución zamorana para adquirir la ficha del volante y se convertía en nuevo elemento del cuadro helvético.

Es real que coexisten numerosos factores que inciden en el rendimiento de un jugador, al migrar de un club todo varía: La idea, los compañeros, el clima… Claro está, a partir del bajo rendimiento que tuvo el mismo en Suiza, las  variables anteriormente formuladas se plantean como posibles agentes que pudieron haber afectado en su juego.

“Algunos futbolistas están diseñados para triunfar en determinados entornos”.

En par de temporadas con el Sion el volante solo disputó siete encuentros oficiales, nunca contó para los entrenadores de turnos. ¿El por qué? Su remoto rendimiento habituado. Está claro y es palpable.

Vuelta al Zamora

Atrás quedó su paso fallido, en Enero de 2016 el hijo pródigo regresó: Nuevos intérpretes, otro entrenador y un Zamora distinto, sobre todo como institución. Francesco Stifano adiestrador de turno, encomendó al mediocampista retornar a su esencia. El volante asumió la responsabilidad como tal, y condujo mitad de la cancha.

Su papel valió para que el conjunto ganara el Apertura, lo que le permitió a la oncena chocar en la Final Absoluta  ante el vencedor del Clausura: Zulia FC. Se repitió la historia, Zamora ganó otra final y con ello la tercera estrella, en todas Ramírez figura con un cargo fundamental. Se convirtió en el primer futbolista en la historia del  fútbol venezolano en repartir 20 asistencias en  una temporada.

Posterior al éxito con el club de sus amores, el de Barrancas decide ponerle otra dirección su carrera. En este momento  los  objetivos son otros, su fichaje por el Deportivo Táchira sobrentiende otra etapa en su vida. Quedará por ver como se desplega en club tan importante como el aurinegro, aún cuando será compañero de hombres de similares características a las suyas.

Es real, Pedro Ramírez es distinto.